¿Cuándo pueden comer marisco los bebés?

¿Es seguro el marisco para mi bebé?

Después de que el pediatra de tu hijo te dé luz verde para introducir los alimentos sólidos -después de los 6 meses- y de que tu hijo haya probado y tolerado varios alimentos menos alergénicos (como frutas o verduras), puedes hablar con tu pediatra sobre la posibilidad de pasar a los alérgenos como el marisco.

Cuando incluyas el marisco en el menú de tu bebé por primera vez, planifica servirlo en casa (en lugar de en la guardería o en un restaurante). Así te resultará más fácil vigilarlo después de comer para detectar cualquier posible reacción alérgica.

Asegúrate también de que el marisco es el único alimento nuevo que se introduce durante la comida.

Cómo preparar el marisco para los bebés

Aunque merece la pena incluir el marisco en el menú de tu pequeño comilón desde el principio, deberás tener un cuidado especial para asegurarte de que se prepara de forma segura, sobre todo si sigues un enfoque de destete dirigido por el bebé, que implica la introducción de sólidos en forma de alimentos blandos y gomosos para los dedos en lugar de purés. La textura firme, masticable o fibrosa de muchos tipos de marisco -especialmente las gambas y las vieiras- puede suponer un riesgo de asfixia para los bebés y los niños pequeños.

Esto significa que el marisco debe cortarse siempre en trozos pequeños (no más grandes que el tamaño de un guisante), sin la cáscara exterior dura ni la cola, ni la cabeza. A la mayoría de los bebés menores de 9 meses les costará coger los trozos, pero incorporar trozos de marisco muy pequeños en otros platos puede ayudar a que la autoalimentación sea más manejable.

Después de cortarlo y antes de servirlo, comprueba a fondo el marisco con los dedos para asegurarte de que no quedan pequeños trozos de concha o cola pegados a la carne.

Consejos para incluir el marisco en la dieta del bebé

Los siguientes consejos podrían ayudar a reducir el riesgo de efectos adversos del consumo de marisco entre los bebés.

  1. Consulta al pediatra sobre la cantidad adecuada de consumo de marisco para tu bebé.
  2. Compra el marisco a vendedores de confianza. Así te aseguras de que el marisco no contiene ningún contaminante, como el mercurio, o que éste se encuentra dentro de los límites de seguridad para el consumo humano.
  3. Nunca hay que dar marisco crudo o poco cocinado a un bebé, ya que puede aumentar el riesgo de intoxicación alimentaria. El marisco debe cocinarse al menos a (65°C).
  4. Cocina el marisco en casa y no le des marisco comprado en un restaurante. No alimentes al bebé con restos de marisco cocido. En los restaurantes es fácil que se produzca una contaminación cruzada por los utensilios de cocina o por el contacto de los cocineros con diferentes alimentos.
  5. Introduce sólo un tipo de marisco a la vez. Sigue la regla de "esperar de tres a cinco días" para comprobar si hay reacciones alérgicas.
  6. Dale pequeñas cantidades, como media o una cucharadita cada vez. Esto podría ayudar a tu bebé a adaptarse al sabor, la textura y la digestión del alimento.
  7. Los bebés menores de 12 meses deben recibir el marisco en forma de puré, pasta o papilla. A los niños mayores de 12 meses se les pueden servir pequeños trozos de marisco bien cocidos como comida para comer con los dedos.

Posibles efectos secundarios del marisco en los bebés

Al igual que cualquier otro alimento, el marisco tiene su cuota de posibles efectos secundarios para los bebés.

  1. Enfermedades transmitidas por los alimentos: El marisco crudo o poco cocinado, sobre todo las almejas, las ostras y los mejillones, puede contener virus y bacterias que pueden provocar intoxicaciones. El marisco procedente de agua contaminada puede contener patógenos peligrosos que podrían ser mortales para los bebés.
  2. Contaminación química: Las langostas, las vieiras y los cangrejos pueden ser propensos a la contaminación por mercurio. Otros mariscos también pueden estar contaminados con plomo y mercurio, especialmente cuando se recogen en aguas contaminadas. Los niveles elevados de mercurio pueden afectar negativamente al sistema nervioso central.
  3. Alergia: La reacción alérgica al marisco depende del individuo y del tipo de marisco. Algunos de los síntomas comunes de la alergia alimentaria son sibilancias, dificultad para respirar, tos, diarrea, dolor de estómago, ronchas con manchas rojas y picor, ojos llorosos e hinchados. Una reacción alérgica extrema puede provocar anafilaxia.

Acude rápidamente al médico si notas algún síntoma de alergia o si tu bebé parece no estar bien después de consumir marisco.

La mejor manera de evitar estos efectos adversos es seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias sobre la selección, el almacenamiento y la cocción del pescado y el marisco.

Beneficios del marisco para los bebés y los niños pequeños

  1. Son ricos en proteínas de alta calidad.
  2. Abundantes micronutrientes: El consumo moderado de marisco puede aportar micronutrientes, como las vitaminas B12 y D, sodio, potasio, cobre, zinc y yodo. Estos micronutrientes ayudan a regular varias funciones fisiológicas esenciales, como el crecimiento físico y mental.
  3. Fuente de grasas saludables: Los ácidos grasos poliinsaturados (grasas buenas), como el DHA y el EPA, que son tipos de ácidos grasos omega-3.
  4. Propiedades inmunoestimulantes: El marisco contiene carotenoides como la astaxantina, que tiene propiedades inmunoestimulantes. También tiene péptidos, ácidos grasos omega-3, vitaminas A, D, B12, hierro, cobre y zinc, que se consideran beneficiosos para el sistema inmunitario. Por lo tanto, el consumo regular de marisco puede ayudar a reforzar la inmunidad a largo plazo.
  5. El consumo regular de marisco puede tener también beneficios cardioprotectores, antiinflamatorios y antivirales.

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