Tener un bebé es algo para lo que hay que prepararse. Para poner todas las posibilidades de tu lado y prevenir complicaciones durante el embarazo, sí que es recomendable hacerse un chequeo médico. ¿Cuándo hacerlo? ¿Cuáles son las pruebas que hay que realizar?
Definición: ¿Qué es una visita de preconcepción?
Este examen debe realizarse antes del embarazo. Su objetivo es iniciar un embarazo en las mejores condiciones posibles. Gracias a una serie de pruebas, se asegura que no tienes ninguna patología que pueda complicar tu embarazo o que pueda agravarse durante el mismo. También es una oportunidad para revisar las normas de estilo de vida durante estos 9 meses: prohibir el consumo de alcohol, tabaco y drogas (si es necesario, se remitirá a un especialista para establecer un tratamiento de sustitución), así como la automedicación.
¿Por qué hacer una visita preconcepcional?
Hacerse un chequeo antes de iniciar tu plan de maternidad te permite hacer un balance de tu salud y detectar cualquier anomalía que pueda afectar a tu fertilidad. También es una oportunidad para comprobar que no tienes ningún problema de salud que pueda empeorar durante el embarazo.
¿Es obligatorio?
No es obligatorio para un primer embarazo, pero es imprescindible en caso de una complicación obstétrica grave durante un embarazo anterior o un niño con una patología grave.
¿A quién debo consultar para una visita preconcepcional?
Este examen puede ser realizado por su médico de cabecera, su ginecólogo o una matrona.
¿Qué pruebas se realizan en una visita preconcepcional?
Se te prescribirán varios exámenes:
Examen general: se comprueba la altura y el peso porque el sobrepeso o la delgadez pueden ser un factor de infertilidad. A veces, se recomienda un reajuste de la dieta. También se mide la tensión arterial para asegurarse de que no corres el riesgo de padecer hipertensión gravídica, una forma de hipertensión que se produce durante el embarazo: puede provocar graves complicaciones maternas y neonatales. También es una oportunidad para decir si estás siguiendo un tratamiento concreto, porque algunos fármacos están contraindicados durante el embarazo.
Exploración ginecológica: mediante una palpación se comprueba que los ovarios y el útero no presentan ninguna anomalía que pueda comprometer o complicar un posible embarazo (útero bicorne, ovarios poliquísticos...).
Revisión de tu historial médico: si padeces una enfermedad cardiovascular, epilepsia, diabetes, cáncer en remisión... es también durante esta visita cuando el médico hace un balance de las consecuencias de la enfermedad sobre un futuro embarazo, para adaptar el tratamiento si es necesario y establecer los términos del seguimiento.
Prueba genética: El médico te preguntará sobre las enfermedades presentes en tu familia, en particular las hereditarias, como la hemofilia, la fibrosis quística o las miopatías. Si es necesario, se puede recomendar una prueba genética para evaluar los posibles riesgos para un futuro bebé.
Análisis de sangre: permite realizar un chequeo general de salud y conocer tu grupo sanguíneo y Rh.
Control de vacunas: la lectura de tu historial médico y la realización de un análisis de sangre permitirán comprobar que estás bien inmunizada contra determinadas enfermedades infecciosas: rubeola, hepatitis B y C, toxoplasmosis, sífilis, varicela, etc. En este caso, se realizará una vacuna de refuerzo antes del proyecto de embarazo.
También se recomienda una revisión dental antes del embarazo.
Visita preconcepcional y suplementos
Esta visita es también una oportunidad para que el médico consultado prescriba un suplemento a base de folato / ácido fólico: también conocido como vitamina B9, su toma reduce el riesgo de defectos del tubo neural en el feto y el desarrollo de ciertas enfermedades congénitas, como la espina bífida. La ingesta de esta vitamina debe iniciarse en cuanto la mujer desee quedarse embarazada y continuar al menos hasta el cuarto mes de embarazo.
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