¿Qué es el sufrimiento fetal y sus consecuencias?

¿Qué es el sufrimiento fetal?

Durante el parto, el bebé puede sufrir una falta de oxígeno o hipoxia, lo que lo pone en peligro. Esto se denomina sufrimiento fetal agudo y sus causas y tratamiento son diferentes del sufrimiento fetal crónico que se produce durante el embarazo. El sufrimiento fetal agudo puede observarse en los fetos frágiles pero también en los que no presentan ninguna fragilidad hasta entonces.

La incidencia del sufrimiento fetal agudo ha disminuido afortunadamente gracias a la monitorización fetal de las que disponen los centros hospitalarios hoy en día. Sin embargo, pueden producirse sufrimientos fetales durante el parto debido a accidentes que impliquen la extracción del bebé por su posición antes del nacimiento o el uso de fórceps o ventosas. Pero aparte de estos casos, el sufrimiento fetal agudo corresponde a una perturbación de los intercambios gaseosos entre la madre y el niño, en particular a una disminución de la oxigenación del bebé o hipoxia, que puede representar un riesgo vital para el feto o provocar secuelas a largo plazo, en particular neurológicas. Por estos motivos, los especialistas aconsejan planificar el parto con antelación en un hospital equipado para prevenir y tratar el sufrimiento fetal agudo, y evitar el tan de moda parto en casa.

Sufrimiento fetal: causas de la hipoxia fetal

Las necesidades de oxígeno del feto son mayores que las del adulto debido a la inmadurez de los sistemas enzimáticos, de ahí la importancia de que el feto tenga un suministro regular de oxígeno. El origen de la hipoxia fetal durante el parto puede explicarse por una interrupción de la circulación útero-placentaria durante las contracciones cuando éstas son demasiado intensas o largas (las contracciones de una intensidad y duración habituales de 10 a 20 segundos son bien toleradas por el feto). Un parto demasiado largo también es un factor de sufrimiento fetal, así como una caída de la presión arterial de la madre porque es causa de una disminución brusca del flujo placentario. El síndrome de la vena cava puede observarse cuando la madre está en posición supina porque la presión del útero grávido sobre la vena cava inferior puede ser responsable de una hipotensión grave en la madre. Por último, la madre puede causar acidosis en el feto si ella misma tiene acidosis metabólica, hemorragia, fiebre o hiperventilación.

Causas de la hipoxia fetal

Las causas del sufrimiento fetal agudo son múltiples y pueden afectar a la madre, al niño o a ambos.

Entre las causas relativas a la madre:

  • Contracciones uterinas demasiado intensas, prolongadas y dilatación cervical estancada.
  • Diabetes, hipertensión arterial, síndrome de la vena cava, traumatismo, hemorragia, bajadas bruscas de tensión, anemia grave, cardiopatía descompensada, insuficiencia respiratoria grave, anoxia aguda, sobre todo por un percance durante una anestesia general.
  • Hematoma retroplacentario.

Entre las causas relativas al feto:

Compresión del bebé por oligohidramnios (poco líquido amniótico) nudos, procidencias o circulares del cordón, dificultades en extracción instrumental, distocia de hombros o presentación de nalgas, prematuridad, bajo peso, fetos infectados o anémicos.

Además, a partir de las 41 semanas de amenorrea, el feto es más propenso a presentar sufrimiento fetal, que se hace más frecuente e importante si el periodo de gestación se prolonga.

El diagnóstico del sufrimiento fetal agudo

En la práctica, el diagnóstico no es muy fácil, pero la monitorización de la frecuencia cardíaca fetal es muy útil. Cualquier anomalía en la frecuencia cardíaca es un signo de sufrimiento fetal. Puede tratarse de una aceleración o ralentización de la frecuencia cardíaca, que puede estar relacionada o no con las contracciones. Si la monitorización de las contracciones no muestra ninguna anomalía pero la frecuencia cardíaca del bebé se altera con o sin relación a las contracciones, es muy probable que exista sufrimiento fetal.

La emisión de meconio en el líquido amniótico es una consecuencia de la hipoxia porque la vasoconstricción estimula los movimientos intestinales del feto y la relajación anal que da lugar a la emisión de meconio. El líquido se tiñe entonces de color marrón o verdoso durante el parto. Otras medidas utilizadas para diagnosticar el sufrimiento fetal son la velocimetría Doppler del cordón umbilical y la medición del lactato en el cuero cabelludo.

La acidosis fetal es un signo importante de sufrimiento fetal. Actualmente, la medición del pH del cuero cabelludo es un método accesible y fiable para medir la presencia y la gravedad de la acidosis metabólica en el feto. Consiste en colocar un electrodo en el cuero cabelludo del feto justo después de la rotura de las membranas. Un pH inferior a 7,20 es un signo de acidosis grave y, por tanto, de sufrimiento fetal severo. Al nacer, se toma la misma muestra del cordón umbilical. Si el pH es inferior a 7,18, hay acidosis. Una puntuación de Apgar inferior a 7, cinco minutos después del nacimiento, es indicativa de un sufrimiento persistente que requiere tratamiento en un entorno especializado para evitar secuelas, sobre todo neurológicas.

Procedimiento ante el sufrimiento fetal agudo

Las primeras medidas que deben tomarse dependen de los mecanismos y las causas de la hipoxia: colocar a la madre sobre su lado izquierdo para descomprimir la vena cava, suministrar oxígeno a la madre evitando la hiperventilación, administrar suero glucosado hipertónico.

Si los signos de sufrimiento no desaparecen rápidamente, hay que extraer el feto con urgencia. Si el cuello del útero está abierto y flexible y si la presentación del bebé es favorable, el médico puede optar por la extracción instrumental del bebé por parto vaginal. Si no es así, es necesario realizar una cesárea de urgencia.

Pero el mejor enfoque, cuando es posible, es evitar el sufrimiento fetal agudo induciendo sistemáticamente el parto antes de la semana 41, lo que también permite vigilar bien al bebé y a la madre y gestionar mejor el parto. Si existe una situación patológica en la madre o en el niño, es más prudente realizar una cesárea de inmediato.

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