Diabetes gestacional: ¿Qué es?, Prevención de la diabetes gestacional

Entre los problemas médicos menores del embarazo, la diabetes gestacional es uno de los más comunes. Suele aparecer durante el segundo trimestre. A veces se trata de una diabetes preexistente, no diagnosticada previamente. Para evitar complicaciones, es necesario un seguimiento especial.

¿Qué es la diabetes gestacional?

La diabetes gestacional se define como una anomalía de la tolerancia a la glucosa que provoca una hiperglucemia de gravedad variable, diagnosticada durante el embarazo. En el 85% de los casos, la diabetes se debe a una anomalía en la tolerancia a la glucosa, que aparece en la segunda mitad del embarazo, entre las semanas 22 y 24. Sin embargo, hay que entender que el hecho de que una mujer embarazada tenga hiperglucemia no significa que no existiera antes del embarazo. De hecho, en el 15% de los casos, el diagnóstico de la diabetes gestacional sólo revela la diabetes de tipo 2, ya presente antes del embarazo, pero no detectada. Hay que recordar que la diabetes de tipo 2 (a diferencia de la de tipo 1) no provoca ningún síntoma y sólo puede detectarse mediante un análisis de sangre (medición de la glucosa en sangre).

La diabetes gestacional es una enfermedad silenciosa. Normalmente se diagnostica al hacer un análisis de sangre y se verifica con la curva de glucemia.
A partir de aquí, la madre tiene que aprender a manejarse con la alimentación, el ejercicio y la medicación.
Su embarazo pasa a ser calificado de alto riesgo. Y el seguimiento lo hará un equipo especializado.
Generalmente, tras el embarazo la tolerancia a la glucosa se normaliza. Sólo unas pocas mujeres (entre el 4 y 10%) continúan siendo diabéticas.
La mujer que ha padecido diabetes gestacional, aunque desaparezca tras el parto, es propensa a padecerla en el futuro. Por lo que es preciso llevar una vida ordena y cuidarse lo suficiente para evitar o retrasar su aparición.

Diabetes gestacional: ¿en qué momento del embarazo aparece?

Durante el segundo trimestre del embarazo, más concretamente entre la semana 22 y 24 de gestación, la placenta comienza a producir una gran cantidad de hormonas cuya función es favorecer el paso de todos los elementos necesarios para el crecimiento del feto (nutrientes, oxígeno, energía...). Objetivo: hacerla crecer y engordar. Este es el periodo de nuestra vida en el que el crecimiento es más rápido y fuerte. Y con razón: el futuro bebé pasará de un peso de unos 500 gramos a 3 kg al nacer, un peso multiplicado por 10 en sólo 3 meses. Estas hormonas placentarias también reducen la eficacia de la insulina, cuya función es regular los niveles de azúcar en sangre. Si todo va bien, esta resistencia a la insulina anima al páncreas a producir más insulina para compensar y mantener los niveles normales de azúcar en sangre. Sin embargo, cuando el páncreas no es lo suficientemente eficaz o cuando la mujer embarazada tiene sobrepeso, no puede adaptar su producción de insulina, lo que provoca una hiperglucemia y, por tanto, una diabetes gestacional.

Diabetes gestacional: ¿cuáles son las causas y los factores de riesgo?

  • Sobrepeso y obesidad: una mujer con sobrepeso, con un IMC superior a 25, corre el riesgo de padecer diabetes gestacional.
  • Una edad superior a 35 años.
  • Antecedentes familiares de diabetes de tipo 2 en primer grado (en padres o hermanos).
  • Antecedentes de diabetes gestacional o parto de un "bebé grande" (más de 4 kg a término).
  • Un historial de niveles altos de glucosa en sangre.
  • Peso al nacer: peso materno al nacer superior a 4 kg o inferior a 2,5 kg.
  • Antecedentes de aborto espontáneo, malformación fetal o muerte fetal. Antecedentes de macrosomía fetal (medidas del feto por encima de las curvas del perímetro craneal y abdominal) en un embarazo anterior.
  • Diabetes gestacional en un embarazo anterior.
  • Parto de bebés de más de 4 kg.

En la actualidad, la prevalencia de la diabetes gestacional es cada vez mayor. ¿La razón? El aumento del sobrepeso y la obesidad, así como el estilo de vida sedentario, contribuyen claramente a esta evolución. El sobrepeso es el principal factor de riesgo de la diabetes gestacional. También hay que recordar que la diabetes gestacional aparece en ausencia de un factor de riesgo en más de la mitad de los casos.

Diabetes gestacional: ¿cuáles son los riesgos para la madre y el bebé?

Si tienes demasiado azúcar en la sangre, ésta atraviesa la placenta y el feto produce más insulina, lo que provoca un crecimiento excesivo, especialmente del tejido graso. Esto puede conducir a un rápido aumento de peso, que puede causar problemas durante el parto, incluyendo un mayor riesgo de cesárea. Además, pueden surgir complicaciones para la madre, como la hipertensión arterial. Las mujeres con sobrepeso u obesidad, por definición, ya tienen un mayor riesgo de dar a luz por cesárea y de desarrollar hipertensión. En el caso de la diabetes en estas personas, el riesgo es por tanto aún mayor. Además, en la madre, se produce un aumento de la diabetes posnatal con un riesgo multiplicado por 7. Por eso el control de la diabetes no se detiene en el parto. En el posparto, las madres deben seguir alimentándose bien y controlar sus niveles de azúcar en sangre cada año.

¿Cómo se diagnostica la diabetes gestacional?

Se mide la glucemia en ayunas. Cuando el nivel de glucosa en sangre es superior a 1,26 g/L, se trata de una diabetes de tipo 2 previa al embarazo. Cuando está entre 0,92 g/L y 1,26 g/L, se trata de una diabetes gestacional. A otras pacientes no diagnosticadas previamente pero con factores de riesgo se les realiza un cribado de diabetes gestacional mediante una prueba oral de tolerancia a la glucosa entre las semanas 24 y 28 de amenorrea, cuando la tolerancia a la glucosa es más pobre. Se realiza una prueba inicial de glucemia en ayunas y luego se ingiere glucosa (azúcar) diluida en agua. A continuación, se debe esperar en el mismo centro y una hora más tarde se realiza un segundo análisis de glucosa en sangre y un tercer análisis de glucosa en sangre al cabo de 2 horas, momento en el que habrás absorbido todo el azúcar.

Diabetes gestacional: ¿cuáles son los niveles de glucosa?

  • El nivel de glucosa en ayunas debe ser inferior a 0,92 g/L.
  • Después de 1 hora, debe ser inferior a 1,80 g/L.
  • Después de 2 horas, debe ser inferior a 1,53 g/L.

Si alguno de los valores es mayor o igual a estos estándares, se denomina diabetes gestacional.

Tratamiento de la diabetes gestacional

Alimentación sana y ejercicio:

Debe ser equilibrada con un aporte extra de proteínas necesarias para la construcción y desarrollo de los tejidos del feto.

En caso de diabetes, se aconseja a la futura madre que siga una dieta. Pero no te preocupes, no se trata de seguir una dieta de exclusión y mucho menos de hacer pasar hambre a la madre. Consiste en limitar los azúcares rápidos, favorecer la fibra y los alimentos de alto índice glucémico (alimentos con almidón) y equilibrar el consumo de proteínas y lípidos. Por supuesto, la dieta debe ser personalizada y adaptarse a la paciente y a sus hábitos alimentarios. Por eso se recomienda encarecidamente el seguimiento por parte de un nutricionista en cuanto se anuncie el diagnóstico de diabetes. Otro elemento importante de la dieta es tener un consumo limitado de calorías. En las mujeres embarazadas con sobrepeso antes de su embarazo, lo ideal es no aumentar más de 8 a 9 kg, que es el peso necesario para un embarazo saludable. Más allá de eso, las mujeres embarazadas ganan grasa por sí mismas. No debemos trivializar este aspecto y concienciarlas desde el principio del embarazo.

Si no se desaconseja, se recomienda la actividad física a las embarazadas con diabetes, a razón de 30 minutos al día, 5 veces por semana. Al mismo tiempo, es necesario el autocontrol de los niveles de glucosa en sangre en ayunas con un medidor de glucosa en sangre de 4 a 6 veces al día. La aplicación de estas medidas es eficaz en personas con sobrepeso y obesidad. Hay un menor riesgo de hipertensión, menos complicaciones y bebés con menor peso al nacer. Al cabo de 8 a 10 días, una vez aplicado el régimen dietético, la paciente revisa su medicina endocrinológica. Con la ayuda del cuaderno de control de la glucemia, podrá comprobar si se cumplen los objetivos. Para el 80% de las mujeres, este es el caso. Por tanto, continúan con su autocontrol y su dieta y el embarazo transcurre con normalidad. Sólo cuando la dieta no es suficiente (20% de los casos) se asocian las inyecciones de insulina, que son seguras para el bebé. Por último, los antidiabéticos orales no están indicados en el tratamiento de la diabetes gestacional.

** La insulina no es perjudicial para el feto.

Autocontroles rigurosos:

Se deben comprobar la glucemia y la acetona, presión arterial, peso, hemoglobina, colesterol, HDL y triglicéridos con más frecuencia para evitar complicaciones. Y por supuesto abandonar el tabaco.

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Autoanálisis:

Se recomienda la realización diaria de un perfil glucémico completo, consistente en comprobar la glucemia antes y dos horas después del desayuno, almuerzo y cena, más una comprobación de madrugada.
Las cantidades orientativas de glucosa que deben aparecer deben estar próximas a las siguientes:
Antes de las comidas: 70 – 105 mg/dl.
Dos horas después de las comidas: 100 – 140 mg/dl.

Control global de la glucemia:

Su valor ha de ser igual o menor al 7%

Control de acetona:

Se hará cuando se tenga una cifra de glucemia mayor de 250 mg/dl.

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