Segundo embarazo con un bebé o niño pequeño

¿Estás esperando tu segundo bebé y tienes un pequeño corriendo por casa? Al principio puede parecer mucho, pero con un poco de orientación y ayuda, podrás sobrevivir al embarazo con un niño pequeño con facilidad.

Al principio, te sentirás cansada, agotada y abrumada, sobre todo en el segundo embarazo, ya que las hormonas también causan estragos en tu cuerpo. Además, como madre de un niño de uno o dos años, eres consciente de que tu pequeño tiene mucha energía y no se queda quieto. Tienes que correr constantemente, jugar y asegurarte de que tu hijo está bien atendido.

Cuando tienes un pequeño humano corriendo de un lado a otro, perseguirlo puede resultar un poco duro durante el embarazo. He aquí cómo puedes asegurarte de que tu segundo embarazo sea tan maravilloso e interesante como el primero. Con un poco de ayuda, por supuesto.

¿Por qué es tan difícil?

Lo mejor del primer embarazo fue que podías descansar y comer cuando querías. Cuando tienes un pequeño que te tira de la ropa y te pide jugar constantemente, se hace mucho más difícil. El segundo embarazo con un niño pequeño es todo un reto, sobre todo porque la mamá tiene que igualar la energía y la atención de su primer hijo y, al mismo tiempo, establecer una rutina para cuidar al segundo en gestación.

Además, el sentimiento de culpa por pensar que no eres lo suficientemente cariñosa y atenta con tu primer hijo debido al cansancio puede hacerte sentir mal. Por suerte, no estás sola en este sentimiento. Estamos aquí para ayudarte ofreciéndote las mejores formas de afrontar tu embarazo con estos consejos.

Formas de gestionar el embarazo mientras se cuida a un niño pequeño

Estar embarazada es un proceso complejo, sobre todo si estás en el primer trimestre, ya que tu cuerpo está haciendo sitio al pequeño que llevas dentro. Con las náuseas matutinas, las hormonas y muchas otras cosas con las que hay que lidiar, es posible que sientas que no le estás dedicando tiempo suficiente a tu primer hijo. Sin embargo, puede que te preguntes cómo lo llevan otras madres. ¿Cuál es su secreto? ¿Existe una rutina especial que te permita superar tu segundo embarazo mientras cuidas de tu primer hijo? Bueno, como ya hemos dicho, el mayor secreto es que no estás sola y que hay muchas formas de aliviar la presión durante el segundo embarazo.

La planificación lo es todo

Cuando te des cuenta de que estás embarazada, tienes mucho tiempo por delante para planificar todo, incluidas las citas con el médico. Coge una pequeña agenda, siéntate con tu marido y prepara un plan de acción. Pequeñas preguntas como "¿Cuánto tiempo estarás de baja por maternidad? ¿Vas a enviar a tu hijo a la guardería? ¿Vas a contratar ayuda cuando llegue el bebé? deben detallarse antes del parto. La planificación calmará tus nervios y te dará el control sobre las decisiones más importantes, reduciendo así el estrés.

No intentes hacerlo todo

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Date cuenta de que lo que estás haciendo en este momento es increíble en sí mismo, así que no tienes que esforzarte por ser una supermamá, porque ya lo eres. Eso te dejará estresada y abrumada. No seas tan dura contigo misma y reduce tus expectativas. Si las cosas van un poco por aquí y por allá, está bien y recuerda que lo estás haciendo lo mejor que puedes. Si tienes un día difícil, respira hondo, toma aire fresco y piensa que todo saldrá bien.

No te desgastes

El mayor error que cometen las madres primerizas es agotarse. Correr de un lado a otro, hacer tareas y cuidar de la familia deja poco espacio para el descanso, lo que hace que las madres se sientan abrumadas. Tómate un poco de tiempo libre para ir a darte un masaje, un corte de pelo o una manicura y pedicura para evitar el agotamiento.

Pide ayuda

Si eres una madre que puede permitirse ayuda o tienes a tus padres, suegros o familiares cerca, no dudes en pedirla. A menudo, como madres, intentamos hacerlo todo solas, lo que nos lleva a cansarnos demasiado. No tengas miedo de pedir ayuda a tus amigos, que tal vez puedan cuidar de tu hijo un rato mientras tú descansas. Además, si existe la posibilidad de ir a la escuela infantil y el pequeño es lo suficientemente mayor, ¡no lo dudes! Puede ser abrumador al principio, pero definitivamente apreciarás la libertad con el tiempo.

Siesta

Combate el agotamiento con una siesta. Cuando estés embarazada, invita a tu pequeño a que duerma la siesta contigo. Cierra los ojos, pon en pausa el mundo y descansa un poco, ya que esto te ayudará mucho a afrontar el resto del día. Una pequeña siesta te ayudará a reponerte, hará que tus niveles de estrés bajen y te dará la energía necesaria para lidiar con el niño una vez que te hayas levantado. En otro caso, si estás muy agobiada, pide a tu marido que cuide al niño y échate una siesta de 15 minutos. Una vez que te despiertes estarás menos irritable y tendrás más paciencia.

Consigue que tu hijo sea independiente

Puede que tu hijo te siga a todas partes y te pida ayuda cuando se trata de cosas, pero asegúrate de animarle a adquirir algunos hábitos y a aprender a ser un poco autosuficiente. Deja que juegue solo, fomenta esos momentos de juego para evitar que se aferre, sobre todo cuando llegue el nuevo bebé. Asegúrate de colmarle de besos y abrazos cuando complete una tarea por sí mismos.

Planifica la noche del parto

Asegúrate de que habrá alguien, preferiblemente un familiar, que pueda cuidar a tu pequeño mientras tú vas al hospital. Ten a mano los contactos de emergencia antes de la fecha del parto.

Relax

La forma en que te sientes afecta a la salud y el bienestar de tu bebé, así que es importante que te relajes. Si tu mente está nublada por sentimientos negativos, siéntate y respira suavemente. La meditación es una buena forma de aliviar la ansiedad o el estrés. Si eso no funciona, sal a dar un pequeño paseo por el parque si puedes. Es importante que hagas ejercicio, te cuides y te ames profundamente cuando estés embarazada, ya que tu estado de ánimo es el de tu bebé.

Tiempo en pareja

Es fácil olvidarse de la pareja y del tiempo especial que pasáis juntos cuando estás agotada y tienes un niño travieso corriendo por ahí. Recuerda que tu matrimonio es lo primero. Pide a alguien de confianza que haga de canguro, pide ayuda a tus suegros o a tus padres y tómate un día libre para salir juntos. Conviértelo en un ritual semanal o quincenal si es posible. Puede ser algo tan sencillo como ir al cine, tomar un helado o dar un buen paseo, pero asegúrate de que pasáis tiempo juntos. Tu mayor aliado es tu marido, así que inclúyelo de nuevo en este viaje de la maternidad.

Ejercicio

Con un segundo embarazo y un hijo, es posible que te sientas más agotada que antes. La mejor manera de evitarlo es moverse, salir a pasear y mantenerse activa. Cuando haces pequeños ejercicios como el yoga, caminar o correr, tu cuerpo libera endorfinas que te mantienen feliz y relajada. Esto, a su vez, te dará la energía necesaria para atender a tu hijo pequeño.

Recuerda que ser dura contigo misma no te facilitará sobrevivir al segundo embarazo, sobre todo si tienes un niño pequeño. Lo que estás haciendo es un trabajo duro, así que no debes sentirte culpable por no hacer lo suficiente. El embarazo viene acompañado de numerosos días buenos y malos. Lo que debes tener en cuenta es aprovechar al máximo cada día y disfrutar de esta hermosa experiencia de la maternidad.

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