Candidiasis y Lactancia

¿Qué es la candidiasis mamaria?

La candidiasis mamaria (o micosis mamaria) es una infección fúngica causada por el hongo Candida Albicans, normalmente presente en nuestra microbiota. Prolifera rápidamente en condiciones "favorables": el calor, la humedad (dos factores a menudo agravados por los tejidos sintéticos), la toma de antibióticos (cada vez más frecuente después del parto), el desequilibrio de la flora intestinal, el exceso de azúcar en la madre, la presencia de otro tipo de micosis (por ejemplo, vaginal), las grietas, la fatiga y la disminución de la inmunidad explican por qué el hongo se desarrolla en exceso, convirtiéndose en patógeno. En cualquier caso, rara vez se trata de una falta de higiene, como a veces se afirma. También es posible que el bebé tenga candidiasis bucal, visible por las pequeñas manchas blancas de su lengua, y que contamine el pecho de la madre.

La candidiasis mamaria frecuente se produce a menudo en los primeros meses de la lactancia. A menudo mal diagnosticada (porque no siempre es visible), puede llevar a un cese temprano de la lactancia si no se trata adecuadamente.

¿Qué síntomas presenta la candidiasis mamaria?

Hormigueo en el pecho, picazón, ardor y sensaciones pulsátiles desde el pezón hasta la axila, el dolor suele subir a lo largo de los conductos lácteos y rara vez pasa desapercibido. Se manifiesta de forma diferente según la localización del hongo, su importancia y la sensibilidad de la madre. A veces es tan intenso que se irradia hacia atrás. Algunas mujeres incluso tienen la sensación de que agujas penetran en el pecho: es realmente muy doloroso.

Se puede distinguir fácilmente del dolor causado por la succión del bebé y de una grieta porque suele aparecer al final de la alimentación o incluso después, entre tomas. Los hongos suelen estar presentes en un solo seno. Los pezones y las areolas pueden tener un aspecto normal o estar descoloridos (más claros), a menudo brillantes. Sin embargo, esto no afecta a la leche, que no tiene un sabor diferente. Si el bebé tiene esta candidiasis en la boca, en forma de muguet, puede resultar incómodo para él y puede tener dificultades para ingerir adecuadamente.

¿A quién consultar?

Lo mejor es consultar lo antes posible a la matrona o a ginecólogo para confirmar el diagnóstico y establecer rápidamente un tratamiento adecuado: lo más frecuente es utilizar un agente antimicótico local en forma de crema o gel oral que se aplica en el pezón y la boca del bebé después de cada toma durante tres semanas.

También se puede administrar un tratamiento oral. No se realizará ningún examen especial, salvo una muestra bacteriológica para diferenciar entre la candidiasis y una posible infección bacteriana. Este es un tratamiento bastante largo que a veces uno está tentado de detener cuando los síntomas desaparecen. Pero hay que tener cuidado de llegar hasta el final, y tratar tanto a la madre como al bebé, si no se quiere correr el riesgo de que vuelva a ocurrir. Cabe señalar que, durante este período, la alimentación puede continuar con bastante normalidad, ya que el tratamiento es compatible con la lactancia materna.

¿Qué tratamientos naturales pueden ayudar en caso de candidiasis mamaria?

Si el hongo no es muy grave y no requiere tratamiento, puede manejarse simplemente aplicando una compresa de bicarbonato de sodio diluido en agua en el pezón y la boca del bebé antes y después de cada alimentación. Recuerda tomar una compresa diferente para ti y el bebé.

Si bien la violeta de genciana se suele promocionar como un tratamiento eficaz, también se describe como una sustancia tóxica y potencialmente cancerígena. Por lo tanto, opta por el extracto de semilla de pomelo, aplicado en una solución diluida (5 a 10 gotas en promedio - pero hasta 25 gotas - en 30 ml de agua) con un bastoncillo de algodón a los pezones y a las areolas después de la alimentación. Lo ideal es combinarlo con una ingesta oral de probióticos. Pide consejo a tu farmacéutico de confianza.

Por último, limitar el consumo de azúcar, ya que promueve el desarrollo de la candidiasis.

No pases por alto las medidas de higiene

Además del tratamiento, es imperativo respetar las medidas de higiene para detener la candidiasis y asegurarse de que no vuelva a aparecer. En primer lugar, recuerda lavarte las manos antes y después de cada toma. Seca bien tus pechos con un paño limpio después de cada alimetación. Además, esteriliza una vez al día todo lo que entre en contacto con el pecho o el bebé, incluido la ropa de cama y toallas. Preferentemente sécalo todo al sol. Lava los sujetadores a alta temperatura (sin mezclarlos con otra ropa sucia) y utiliza almohadillas de lactancia desechables (que deben reemplazarse después de cada alimentación), no lavables, durante la duración del tratamiento. Por último, no te extraigas la leche durante este período, ya que la congelación no es suficiente para eliminar el hongo.

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