¿Qué es un hematoma Retroplacentario?

¿Qué es el hematoma retroplacentario?

El hematoma retroplacentario es un gran coágulo de sangre que se forma repentinamente entre la placenta y el útero, tras la rotura de un pequeño vaso de la placenta. La placenta se desprende entonces en una zona más o menos amplia. Esta complicación del embarazo, afortunadamente bastante rara (menos del 1% de los embarazos), aparece con mayor frecuencia en el tercer trimestre. Hay que tener cuidado de no confundirlo con un desprendimiento marginal de la placenta (en el borde lateral) que puede aparecer en el primer o segundo trimestre, con pérdida de sangre roja.

¿Qué causa un hematoma retroplacentario?

Se desconocen las causas exactas del desprendimiento de la placenta, pero se conocen algunos factores de riesgo, como la hipertensión arterial o la preeclampsia, que está presente en casi la mitad de los casos de hematoma retroplacentario. Pero también puede producirse un hematoma retroplacentario sin que esté presente ninguno de estos factores.

¿Cuáles son los síntomas de un hematoma retroplacentario?

Un dolor brutal y violento en el vientre, como una contracción pero que no pasa, es característico de un hematoma retroplacentario. Al examinarla, se observa un útero muy duro. A menudo se presenta una hemorragia negra (porque es sangre coagulada), no muy abundante. La futura madre también puede experimentar molestias, o los movimientos del bebé pueden ser menores de lo habitual. Ante uno o varios de estos signos, es imprescindible consultar. El médico realizará una ecografía para confirmar el diagnóstico y comprobar la vitalidad del bebé.

¿Cuáles son los riesgos del hematoma retroplacentario?

El hematoma retroplacentario es una de las situaciones de emergencia más graves en obstetricia. Y los riesgos afectan tanto al bebé como a la madre. La parte desprendida de la placenta ya no puede desempeñar los intercambios (de sangre y oxígeno, en particular) entre la madre y el feto. El feto puede entonces carecer de oxígeno (hipoxia). Esto puede provocar el sufrimiento del feto y, en los casos más graves y en ausencia de cuidados, la muerte del feto en el útero. La madre corre el riesgo de sufrir trastornos de coagulación o hemorragias.

¿Qué tratamiento se utiliza para la madre y el bebé?

La cesárea de urgencia se realiza para que el bebé nazca lo antes posible y evitar complicaciones a la madre. Tras el parto, la madre es vigilada estrechamente. En un embarazo posterior, volverá a ser vigilada estrechamente por el riesgo de reaparición del hematoma retroplacentario.

Cesárea de urgencia

En caso de hemorragia, la futura madre debe acudir a las urgencias del hospital de maternidad más cercano. Una descripción de los síntomas y algunas pruebas (palpación del abdomen, monitorización del corazón del bebé, ecografía) suelen ser suficientes para confirmar el diagnóstico. En este caso, se practica una cesárea con carácter de urgencia: la salud del bebé está en peligro y la madre corre el riesgo de sufrir problemas de coagulación y hemorragias.

¿Se puede prevenir un hematoma retroplacentario?

El origen de esta afección suele estar relacionado con alteraciones del flujo sanguíneo en la placenta. Desgraciadamente, no siempre es posible predecir la aparición de un hematoma retroplacentario, especialmente durante el primer embarazo. Sin embargo, para el segundo bebé, la futura madre está sometida a un control especial. La exploración Doppler se utiliza para medir el flujo sanguíneo en las arterias uterinas. Si hay alguna anomalía, se establece una estrecha vigilancia del bebé que puede llevar a la hospitalización y, posteriormente, a la inducción del parto si aparecen signos de recurrencia. Si es normal, el embarazo tiene todas las posibilidades de desarrollarse sin complicaciones.

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