Eccema y embarazo

Eczema durante el embarazo: ¿Cómo prevenirlo y tratarlo?

El eczema durante el embarazo es una realidad para muchas mujeres. ¿Qué tratamientos naturales y medicinales existen para tratarla? ¿Están relacionados el estrés y la dermatitis atópica durante el embarazo? ¿El eczema es hereditario?

El embarazo conlleva muchos cambios en el cuerpo. Entre ellas: una posible aparición, aumento o disminución del eczema, la segunda enfermedad cutánea más frecuente después del acné

Eczema durante el embarazo, ¿Por qué ocurre?

En primer lugar, es importante entender el eczema en general. En pocas palabras, se trata de una afección inflamatoria de la piel que puede reconocerse por una serie de características clínicas: muy a menudo, una mancha roja asociada a un edema y/o ampollas, así como picor. Es importante diferenciar entre dos tipos de eczema: el eczema de contacto y el eczema atópico o dermatitis atópica.

¿Cómo diferenciarlos?

El eczema de contacto es una forma de eczema ocasional, causado por un alérgeno. Por ejemplo: una reacción en las manos causada por el uso de guantes de látex en una persona alérgica a este material. Por tanto, el eczema de contacto sólo afecta a una parte del cuerpo, la que ha estado en contacto con el alérgeno. Para tratar el eczema de contacto y evitar una nueva reaparición, basta con eliminar el alérgeno de la vida cotidiana, una vez identificado.

El eczema atópico, en cambio, es una enfermedad intrínseca que no está necesariamente causada por un elemento externo, como un alérgeno, y suele darse en personas que también padecen asma y rinitis alérgica. Esta forma de eczema es común en niños pequeños y lactantes y puede desaparecer con el tiempo. A diferencia del eczema de contacto, el eczema atópico o la dermatitis atópica pueden aparecer en toda la piel.

Durante el embarazo, es posible que este trastorno de la piel aparezca en mujeres con antecedentes personales o familiares favorables al eczema, pero que nunca lo han padecido. Esto se llama erupción atópica del embarazo. Puede desaparecer por completo al final del embarazo, pero reaparecer durante uno posterior. No tiene ningún efecto sobre la salud del feto. Es importante diferenciar el eczema de otros trastornos de la piel del embarazo, que no están necesariamente relacionados con el eczema. Un ejemplo es el sarpullido polimorfo del embarazo, que suele localizarse alrededor del vientre y produce mucho picor. O la colestasis gravídica, una enfermedad del hígado que también provoca picores, pero que no está relacionada con el eczema.

Por otra parte, cuando una mujer ya padece dermatitis atópica, sus brotes pueden aumentar o disminuir durante el embarazo. Durante el embarazo, el sistema inmunitario es más tolerante para aceptar al feto en crecimiento, lo que generalmente tiende a mejorar la dermatosis inflamatoria, es decir, el eczema o la psoriasis. No es sistemático, en algunas mujeres, los síntomas del eczema atópico tenderán a empeorar. En particular, en las mujeres que tienen miedo de utilizar su tratamiento con cortisona durante el embarazo. Los brotes no se tratan y tienden a empeorar.

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¿Qué tratamiento farmacológico para el eczema durante el embarazo?

Ante los brotes de dermatitis de contacto o de dermatitis atópica, existen varios tratamientos compatibles con el embarazo. La cortisona local, que se prescribe a menudo, es objeto de mucha preocupación entre las pacientes embarazadas. Sin embargo, no existe ninguna contraindicación para su uso durante el embarazo y no supone ningún riesgo para el feto.

Por otra parte, hay otros medicamentos que no son compatibles con el embarazo. En ese caso se debe hablar con el dermatólogo antes de quedar embarazada para sustituir el tratamiento que se ha estado tomando hasta ahora.

En caso de brotes graves, se pueden utilizar otros tratamientos además de la cortisona. Por ejemplo, se puede proponer la fototerapia U.V.B o la Ciclosporina.

¿Qué tratamiento natural hay para el eczema durante el embarazo?

En cuanto a los tratamientos naturales para el eczema, todavía no hay nada realmente probado, ya sea que hablemos de alimentos, complementos alimenticios o aceites esenciales, que, en lo que respecta a estos últimos, incluso tienden a empeorar el eczema. Por otro lado, muchos gestos pueden prevenir la aparición de placas.

Entre estos gestos, el establecimiento de una rutina de higiene suave y regular. Se aconseja una higiene muy suave, con agua no demasiado caliente o incluso tibia, productos de higiene sin jabón (una barra dermatológica o una crema limpiadora, por ejemplo) y la aplicación regular de una crema hidratante (preferiblemente para pieles reactivas) o un bálsamo emoliente. Lo importante es que no sea agresivo con la piel.

El frío también es un factor que favorece el eczema. Así que asegúrate de cubrirte cuando bajen las temperaturas y elige materiales respetuosos con la piel a la hora de elegir tu ropa.

Por último, el estrés también puede provocar brotes de dermatitis atópica. El yoga prenatal, la meditación o el ejercicio suave pueden ayudar a reducir el estrés en su vida diaria.

Eczema y herencia: ¿Mi hijo tiene riesgo?

¿El eczema puede ser hereditario? En el caso de la dermatitis atópica, la respuesta es sí: Existe un factor hereditario real: entre el 50% y el 70% de las personas con eczema tienen un progenitor que también está afectado. Por lo tanto, existe una posibilidad real de transmitir este trastorno de la piel a los hijos.

Sin embargo, es importante saber que la intensidad de los brotes de eczema durante el embarazo no influye en este riesgo de transmisión. Recuerda que el eczema no es una enfermedad contagiosa y no puede transmitirse de madre a hijo por simple contacto con la piel. Sólo la genética juega un papel. Si tú o tu pareja padecen dermatitis atópica, no dudes en informar al médico, que te explicará los posibles síntomas que debes vigilar en tu hijo.

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