Por qué no es bueno comparar tu proceso posparto con otras madres

Llevas cuatro semanas de posparto, tienes una pila de ropa sucia que no para de crecer y te sientes culpable por no tener tiempo, energía o ganas de hacer la colada. ¿Te da pereza? ¿Te pasa algo?

No, acabas de tener un bebé. Y solo porque tu mamá bloguera favorita esté llenando su feed de Instagram posparto con fotos de una vida perfecta, eso no significa que lo estés haciendo mal.

El periodo posparto es duro: estás agotada física y emocionalmente, te estás adaptando a una nueva forma de vida, estás constantemente cubierta de regurgitaciones y leche materna y, por supuesto, te estás recuperando físicamente del parto.

La experiencia es diferente para cada persona, lo que significa que tu periodo posparto no será igual ni durará lo mismo que el de las demás.

Tal vez te sientas mentalmente creativa, sacando fotos de tu bebé y anotando todo en su diario, pero no tienes energía física para limpiar la casa.

O tal vez te ocupes de las tareas cotidianas sin problemas, pero te des cuenta de que no puedes ni siquiera redactar un mensaje de texto coherente para tus amigos. En el peor de los casos, sientes que estás luchando con todo, pero eso no significa que estés fracasando. Te estás recuperando, es una distinción importante.

El proceso de recuperación

Sea cual sea el tipo de parto que hayas tenido necesitas tiempo para recuperarte. Sangrarás durante unas semanas después del parto y puede que también tengas calambres uterinos durante algún tiempo.

Puede que te resulte muy incómodo dar una vuelta a la manzana o subir y bajar escaleras. También es probable que tu estado de ánimo sufra altibajos, y que te sientas alegre y llorosa a la vez.

Todo esto es totalmente normal. Recuerda que también tendrás que hacer frente a la falta de sueño, a la lactancia y posiblemente a otros niños. El autocuidado y, lo que es más importante, la amabilidad contigo misma son esenciales para una recuperación posparto saludable.

Razones para una recuperación posparto más larga

Si te preguntas por qué sientes que no puedes volver a la normalidad mientras tu cuñada está en el mercado con su recién nacido en una mochila portabebés tres semanas después del parto, aquí tienes algunas razones por las que tu recuperación puede ser más larga que la de otras madres.

Un parto difícil

Algunos partos vaginales se desarrollan sin problemas, pero otros dan lugar a intervenciones y complicaciones; las cesáreas son, literalmente, una cirugía abdominal mayor. Y además de las exigencias físicas del parto, también puede haber exigencias emocionales.

Si te han tratado mal durante el parto, si tú o tu bebé han sufrido dificultades, o si simplemente no has tenido el parto que esperabas, puede haber un coste emocional. En algunos casos, puede producirse depresión, ansiedad o trastornos de estrés postraumático.

Necesidades médicas

El cuidado de las suturas de la cesárea, el tratamiento de enfermedades existentes, la lucha contra la congestión mamaria, la baja producción de leche o la mastitis, y la lucha contra las hemorroides y el estreñimiento son tareas que requieren mucho tiempo y son agotadoras. Si les dedicas mucho tiempo entre el cuidado del recién nacido, tu recuperación podría ser más larga.

No es tu primera vez

Las madres primerizas que estaban en buena forma antes del embarazo pueden encontrar que su cuerpo recupera la fuerza y la forma más rápidamente. Sin embargo, si es la segunda o tercera vez que eres madre, podrías tardar más tiempo en volver a sentirte tú misma. Además, los siguientes embarazos suelen producirse cuando ya eres más mayor, lo que significa que tu cuerpo no es tan capaz de recuperar la forma como cuando tenías 25 años.

Falta de apoyo

La crianza de los hijos es dura, pero lo es aún más cuando lo haces casi sola. La falta de un sistema de apoyo de amigos y familiares que se preocupen por ti puede prolongar tu periodo de recuperación posparto, ya que tendrás que encargarte de todo tú misma (desde la cocina hasta la limpieza y los recados) y estarás agotada la mayoría de las veces.

Otros niños en casa

"Dormir cuando el bebé duerme" sólo es un buen consejo si tu recién nacido no tiene hermanos. Puedes tardar más tiempo en sentirte mejor después del nacimiento si pasas todas las horas de siesta del bebé cuidando de niños mayores.

Cómo afrontarlo

¿Preparada para hacer frente a tus problemas posparto? Prueba una de estas soluciones.

  1. Pide ayuda: Acepta las cenas congeladas, las ofertas para hacer recados y la posibilidad de relajarte mientras otra persona vacía el lavavajillas. No tengas miedo de hacer una petición específica de ayuda a un amigo o familiar que te haya dicho "¡hazme saber si necesitas algo!". Toda pequeña ayuda es útil.
  2. Haz algo que te guste: Tu bebé está ocupando todo tu tiempo libre y tus neuronas, pero hacer literalmente cualquier cosa que te guste, ya sea pintar, leer o simplemente pintarte las uñas de los pies, puede ayudarte a sentirte mejor.
  3. Salir a la calle: Si te sientes perezosa y con poca energía, toma un poco de aire fresco y sol. Dar un pequeño paseo puede ser estupendo si te apetece, pero si no es así, el simple hecho de sentarte en el patio trasero o la terraza para dar el pecho puede levantarte el ánimo y ayudarte a resetearte.
  4. No dejes de acudir a las citas con el médico: Lo más probable es que lo que sientes sea totalmente normal. Pero por si acaso no lo es, es importante que acudas a tu médico. La revisión de las seis semanas después del parto es una oportunidad importante para que el médico se asegure de que estás progresando física y mentalmente después del parto y, si no es así, le da la oportunidad de ayudarte a averiguar qué pasa.
  5. Da prioridad al sueño y al descanso: Resiste la tentación de llenar cada minuto libre marcando casillas en tu lista de tareas. Ser productiva es estupendo, pero no es la prioridad: asegúrate de preguntarte si necesitas un descanso en lugar de lanzarte a completar una tarea.
  6. Desconecta las redes sociales: Cuando todo lo demás falle, cierra tus aplicaciones y lee un libro. A veces, ver la vida de otra persona cuidadosamente seleccionada nos hace sentir innecesariamente incapaces.
  7. Considera la posibilidad de contactar con un profesional de la salud mental. No dudes en buscar la ayuda de un profesional de la salud mental de inmediato si experimentas signos de depresión o pensamientos de hacerte daño a ti misma o a tu bebé. Es importante que busques ayuda si sientes una tristeza extrema, indiferencia o ansiedad. También deberías hablar con alguien si tienes dificultades para realizar por completo las tareas cotidianas o cuidar de tu bebé, así como cambios en la energía, el sueño y el apetito.

Lo más importante que debes recordar durante el periodo posparto es que tu experiencia es única. Tu bebé es único, como lo fue su nacimiento y como lo es tu recuperación. No te dejes atrapar por el juego de las comparaciones con los demás si te parece que su recuperación está en una línea de tiempo diferente. Sé paciente contigo misma, enorgullécete de lo que has conseguido y céntrate en cuidar de ti y de tu bebé.

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