Mi pareja no quiere tener hijos y estoy embarazada

¿Qué pasa si uno de los miembros de la pareja quiere tener un bebé, pero el otro tiene dudas?

Quizá nunca hayas hablado de tener un bebé con tu pareja, o quizá hayas mencionado vagamente que querías tener hijos "algún día".  Puede que incluso hayan acordado intentar quedarse embarazados a los 25 (o a los 30 o a los 35). Pero ahora uno de ustedes está preparado para seguir adelante con la concepción, y el otro no está tan seguro.

Pongamos un ejemplo de los muchos escenarios que pueden surgir, una pareja que lleva un tiempo de convivencia o saliendo. Y de repente se ven sorprendidos por un embarazo no planificado.

Una de las partes no está contenta y sigue diciendo que no está preparada para ser padre o madre, y que no quiere que nada cambie entre los dos y que esencialmente esto arruinará lo que tienen. Ambos están en shock.

Inmediatamente después de conocer los resultados de la prueba de embarazo, uno de los dos sabe que quiere tener el bebé, pero no quiere obligar a la pareja que ama a tener un hijo que no quiere.

En el caso de decidir no seguir adelante con el embarazo, puede causar arrepentimiento y resentimiento con la pareja. Y en el caso de decidir tener el bebé, también puede surgir resentimiento con la pareja y el niño. Todo esto trae sentimientos de culpa, irresponsabilidad, ansiedad, incertidumbre, miedo, etc.

Entonces, ¿qué se debe hacer? Hablamos sobre esta complicada situación.

Encontrar el problema subyacente

La actitud a la hora de dar el salto a la paternidad es muy común. Preocupaciones como las finanzas y el tamaño de la casa no suelen ser los problemas principales. La falta de tiempo, la falta de dinero y otras barreras externas son casi siempre resistencias fabricadas. Por ello, es necesario que la persona exprese sus preocupaciones para comprender la verdadera resistencia interna.

Hablar de las cosas suele ser la mejor manera de identificar el problema, pero no necesariamente las parejas deben abordar todas las cuestiones juntas. Es Recomendable que el miembro de la pareja que se resiste tenga una persona, segura y objetiva, como un terapeuta o un amigo que no juzgue, que ofrezca una visión y consejos valiosos.

Estas son algunas de las posibles razones por las que un miembro de la pareja no quiere tener un bebé cuando el otro sí.

Miedo a la responsabilidad: El miembro de la pareja que no desea un hijo puede estar cuestionando su propia capacidad para permanecer en la relación o para ser padre de un niño. Un bebé hace que las cosas sean reales para las personas de una manera que puede ser muy abrumadora, Más que cualquier otra decisión en la vida, un hijo y una relación con la persona que lo comparte dura para siempre.

Problemas de relación: puede pasar que uno de los miembros de la pareja está repentinamente desesperado por tener un bebé, teniendo más que ver con la relación que con el deseo de ser padre. El miembro de la pareja que desea tener un bebé puede esperar consolidar una relación inestable atrayendo a su cónyuge más profundamente. Tal vez, en algún nivel, existe la esperanza de que el bebé proporcione un nivel de intimidad que actualmente falta en el matrimonio.

Problemas de la infancia: Si el bebé estaba planeado y uno de los cónyuges empieza a poner obstáculos de repente, podría haber problemas de la infancia en juego. El miembro de la pareja que se resiste puede tener que trabajar con sentimientos no resueltos sobre sus propios padres.

Encontrar un compromiso cuando uno de los miembros de la pareja no quiere tener un bebé

La pareja debe hablar los sentimientos e incidentes que los han llevado al dilema actual. Aunque hayan acordado en el pasado tener un hijo, cualquiera de los dos puede cambiar las reglas. Pero es importante entender lo que está en juego, para que las parejas se sientan responsables de su decisión y sus consecuencias.

Cada miembro de la pareja debe responder a "¿Qué importancia tiene para ti tener un bebé? ¿Estás dispuesto a renunciar a este hombre o mujer por esta cuestión?". A menos que la relación esté en graves problemas, son muchas la parejas que no quieren renunciar, y una vez que han reforzado su compromiso de estar juntos, son capaces de negociar una solución.

En muchos casos, el mejor consejo puede ser que la pareja siga trabajando en la solución -que puede ser un proceso largo- mientras se intenta concebir o durante el embarazo. Para concluir, los cónyuges que más se resisten suelen convertirse en padres cariñosos. Personas que han sentido una ansiedad extrema durante los nueve meses de embarazo, y una vez con su bebé en brazos jamás vuelven a pensar que ha sido un error.

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