Fobia social, Ansiedad social durante el embarazo, ¿Afecta la ansiedad social al embarazo?

¿Tienes un trastorno de ansiedad social durante el embarazo?

También conocido como fobia social, el trastorno de ansiedad social es una condición que se caracteriza por el desarrollo de ansiedad -que en realidad significa miedo- en relación con las interacciones sociales, o debido a la anticipación de un posible juicio por parte de los demás, o la vergüenza. El trastorno de ansiedad social afecta a muchas personas, por lo que suele coincidir con el embarazo. Junto con la ansiedad, la persona afectada puede sufrir episodios de sudoración, temblores, falta de aliento, náuseas o palpitaciones (el corazón se acelera o parece que se salta los latidos). La gravedad de los ataques de ansiedad puede variar desde la sensación de estar incómodo pero poder adaptarse, hasta el pánico, pasando por el extremo de que la persona no pueda funcionar en el centro educativo o el trabajo o en alguna tarea concreta. Es posible que la persona no quiera comer con otras personas o con extraños o utilizar los baños públicos. Si sufres un trastorno de ansiedad social, probablemente quieras participar en situaciones sociales, pero la ansiedad te impide participar. Esto puede llevarte a aislarte. Esto frena aún más el desarrollo de tus habilidades sociales, por lo que caes en un ciclo viscoso.

El trastorno de ansiedad social es un diagnóstico clínico. Esto significa que no se necesitan pruebas de laboratorio ni exploraciones de imagen. Los pacientes son evaluados por un profesional de la salud mental basándose en el historial del paciente, el rendimiento en la escuela o el trabajo, la interacción con los compañeros y la familia. En el contexto de la información histórica y el rendimiento, los pacientes con sospecha de trastorno de ansiedad social son entrevistados y evaluados para determinar si cumplen los siguientes criterios para el diagnóstico de la afección, tal y como figuran en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.

Miedo o ansiedad específicos de los entornos sociales, en los que una persona se siente notada, observada o escudriñada. En un adulto, esto podría incluir una primera cita, una entrevista de trabajo, conocer a alguien por primera vez, hacer una presentación oral o hablar en una clase o reunión.

  • El individuo teme mostrar su ansiedad y experimentar el rechazo social.
  • La interacción social provoca constantemente angustia.
  • Las interacciones sociales se evitan o se soportan con dolor y reticencia.
  • El miedo y la ansiedad son muy desproporcionados con respecto a la situación real.
  • El miedo, la ansiedad u otro tipo de angustia en torno a las situaciones sociales están presentes durante al menos seis meses.
  • La ansiedad o el miedo causan malestar personal y deterioro del funcionamiento en uno o más ámbitos, como el funcionamiento interpersonal o laboral.
  • El miedo o la ansiedad no pueden atribuirse a un trastorno médico, al abuso de sustancias o a los efectos adversos de la medicación.
  • El miedo o la ansiedad no pueden atribuirse a otro trastorno mental.
  • El miedo o la ansiedad no pueden atribuirse a otra condición que pueda hacer que la persona sea excesivamente consciente de sí misma.

En cuanto a los posibles problemas durante el embarazo, la ansiedad social puede impedir que una mujer embarazada acuda a sus reconocimientos médicos rutinarios y a las clases de preparación al parto en grupos grandes. Sin embargo, no hay consecuencias directas para el bebé, a menos que la ansiedad social implique un miedo o malestar al estar cerca de los bebés.

El tratamiento de la ansiedad social puede incluir medicamentos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o inhibidores de la recaptación de norepinefrina (IRSN). Se están realizando estudios sobre cómo afectan estos fármacos al feto. Si te acaban de diagnosticar y aún no estás tomando medicamentos, tu médico puede recomendarte y recetarte un fármaco que conlleve un menor riesgo de complicaciones para el bebé. Si ya estás tomando un medicamento, tú y tu médico pueden hablar sobre la posibilidad de reducir la dosis habitual para ver qué dosis más baja puedes tolerar sin que la ansiedad vuelva a aparecer. Pero, por lo general, si un medicamento te está funcionando bien para evitar que sufras de ansiedad social, es una buena idea continuar con la medicación durante el embarazo.

En cuanto a las mujeres que están amamantando, entre los ISRS que se administran para la ansiedad social, la sertralina es una opción segura para tomar si se está amamantando. Esto se debe a que la cantidad de fármaco que entra en la leche materna es muy pequeña y no hay pruebas que relacionen el medicamento con problemas en los bebés.

Además de los medicamentos, existen terapias conductuales para tratar el trastorno de ansiedad social. Un tipo de terapia conductual que ha demostrado ser bastante eficaz es la terapia cognitiva conductual (TCC). Otro tipo de terapia conductual que es eficaz es la llamada terapia de exposición, que también se denomina desensibilización sistemática. En esta terapia, se coloca a la persona en situaciones que aumentan gradualmente la cantidad de lo que le produce ansiedad. Si tienes miedo a las alturas, por ejemplo, se te puede pedir que te pongas sobre un bloque hasta que te sientas cómoda, y luego sobre dos bloques, luego más bloques, luego en lo alto de una escalera, y así sucesivamente. Si temes las interacciones sociales en grupo, se te puede llevar a interactuar con unas pocas personas, y la terapia de exposición aumentaría gradualmente el número de personas en tus situaciones sociales. Otra terapia conductual consiste en conectar el estímulo temido con un acontecimiento relajante, lo que hace que poco a poco te sientas más relajada ante la situación temida.

Por último, se ha demostrado que la meditación de atención plena reduce la ansiedad y la depresión durante el embarazo.

Si te han diagnosticado un trastorno de ansiedad social, significa que hay síntomas graves que pueden tener consecuencias negativas para ti y para tu bebé. Por lo tanto, debes tomarlo con la misma seriedad que cualquier otra afección y aceptar la terapia conductual, los medicamentos, la meditación de atención plena o cualquier combinación.

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