Cómo cuidar al recién nacido en verano

Verano y calor con un recién nacido: Guía de supervivencia

El cuidado de los bebés en verano requiere mucho más que en cualquier otra estación. Sigue estos consejos súper importantes y súper útiles para pasar un verano sano y feliz con tu recién nacido.

Los bebés son susceptibles de enfermar, sobre todo en verano. A continuación se enumeran los peligros más comunes para los bebés durante el tiempo de calor:

Deshidratación, fiebre, sobrecalentamiento, vómitos, diarrea, gastroenteritis, enfermedades transmitidas por mosquitos (dengue, malaria y chikungunya), quemaduras solares, insolación, alergias y erupciones cutáneas y picaduras de insectos.

Tu recién nacido necesita que estés muy atento en los próximos meses. Puede que no lo digan en voz alta, pero el verano nunca es amable con los bebés. Aquí tienes algunas cosas que debes saber:

Alimentación a demanda

Seguro que has oído y leído en todas partes que hay que beber más agua en verano para mantenerse bien hidratado. Lo mismo ocurre con los bebés. Su cuerpo también pierde agua rápidamente en la estación cálida y, por tanto, hay que reponerla lo suficiente y con frecuencia.

Sin embargo, a los bebés menores de 6 meses no se les debe dar de beber agua directamente, por lo que la madre debe amamantarlos más que antes. Lo mismo ocurre si el bebé se alimenta con biberón, es decir también se hace a demanda.

Amamantar más significa también que la madre debe ser capaz de producir más leche. La madre debe beber suficiente agua y mantenerse hidratada para satisfacer la demanda. Hay que beber lo suficiente para saciar la sed. No hay una regla general sobre la cantidad que se debe beber. Si te quedas en casa todo el día en un ambiente con aire acondicionado, tu cuerpo perderá agua mucho más lentamente, que si estás paseando por la calle.

Asegúrate de que tu bebé no está deshidratado

La deshidratación puede aparecer en el bebé sin que nadie lo sepa. Vigila la producción de orina de tu bebé y cualquier otro signo de deshidratación, como fiebre, vómitos, diarrea, imposibilidad de alimentarse, ausencia de pañales húmedos durante más de seis horas, somnolencia o inquietud excesivas, labios y boca secos, ausencia de lágrimas al llorar.

Evita salir con el bebé entre las 10 y las 17 horas

Saca a tu bebé sólo por las mañanas o por las tardes, cuando el sol no está en su punto más álgido.

Dado que los rayos del sol son más fuertes entre las 10 y las 17 horas, es mejor evitar salir con el bebé a esas horas. Si no hay forma de evitarlo, asegúrate de tomar las precauciones necesarias. La piel del bebé es muy sensible a los rayos del sol. Asegúrate de que, si sales durante el mediodía, el bebé esté bien cubierto, tal vez vistiéndolo con una camisa de manga larga y un pantalón de color claro, llevando el carrito cubierto o ponle una gorra para proteger su cara.

La piel de un bebé es increíblemente delicada y se quema con facilidad. Cuando salgas a la calle, asegúrate de ponerle un poco de protector solar apto para bebés.

Mantener alejados a los mosquitos y los bichos

Los bichos revolotean alrededor de tu delicado bebé durante el verano, por eso necesitan una protección adicional. Utiliza un insecticida, pero asegúrate de que es orgánico y de que tu pequeño no es alérgico ni puede sufrir ningún daño. Utiliza aire acondicionado o refrigeradores que se limpien regularmente para mantener alejados a los mosquitos. Lo ideal es una temperatura de 25 °C. Usa mosquiteros.

Ventila tu casa manteniendo las ventanas abiertas, a menos que sople el viento seco y caliente. Tira el agua estancada que se haya acumulado en recipientes abiertos, como macetas.

El control de plagas también puede proteger tu casa contra todo tipo de insectos causantes de enfermedades, como cucarachas, hormigas y moscas. Utiliza un desinfectante de calidad para limpiar tu casa y mantenerla limpia.

¿Con qué frecuencia debe bañar a su recién nacido en verano?

Esto depende totalmente de tu bebé y de sus preferencias. Lo único que hay que tener en cuenta es que el agua no debe estar fría. Tampoco debe estar caliente, asegúrate de que esté un poco templada o incluso a temperatura ambiente para un recién nacido en verano, sumergiendo el codo en el agua. Esto es ideal para que tu bebé se refresque y un par de veces al día no será perjudicial.

El calor del verano aumenta la transpiración, lo que puede provocar infecciones y erupciones cutáneas. Cuando bañes a tu bebé, ten especial cuidado en lavarle el cuello, las axilas y otros pliegues visibles de su cuerpo. Aumentar el número de baños adecuados o con esponja le mantendrá limpio y fresco. Puedes añadir al baño unas gotas de aceite de eucalipto o de neem para desinfectar su cuerpo de forma natural. También puedes lavar la ropa de tu bebé con agua caliente y un desinfectante suave para eliminar los gérmenes. Limpia regularmente las manos de tu bebé, sobre todo si se toca continuamente la cara.

¿Se puede usar aceite para masaje de bebé?

Los masajes con aceite para bebés son vitales para la piel de tu pequeño y mantendrán su piel hidratada y fresca durante el verano. Asegúrate de que se trata de un aceite adecuado para su piel y de que se elimina bien. Ten en cuenta que el aceite puede obstruir los poros y no los dejará respirar con ligereza si se mantiene en el bebé demasiado tiempo. Los masajes con aceite para bebés estimulan la circulación del bebé. Tu pequeño tendrá una sonrisa en la cara gracias a este cuidado de la piel del bebé. Se echará una buena y profunda siesta tranquilizadora que dará a la mamá y al bebé la oportunidad de relajarse en el sofocante calor.

¿Se puede usar talco en la piel del bebé en verano?

Cuando se pregunta a las madres, la opinión está dividida, ya que muchas creen que puede ser malo para el bebé y que no tiene ningún efecto refrescante. Aunque algunas personas sugieren que los polvos de talco pueden tener un efecto refrescante para el bebé y evitar las erupciones causadas por el sudor y el roce del cuerpo del pequeño con la ropa de cama, se ha demostrado que estos polvos pueden provocar alergias y, por tanto, deben evitarse. Si no te queda más remedio, echa los polvos en la mano y frótalos suavemente por todo el cuerpo del recién nacido. Así te aseguras de que no respire el polvo y no extiendes el exceso para obstruir sus poros.

Elige la ropa adecuada

Mantén a tu bebé fresco y cómodo con ropa de algodón holgada que deje respirar su piel. Cuando hace mucho calor, algunas madres dejan a sus pequeños con nada más que un bodi o una camiseta todo el día. Utiliza un gorro de verano para proteger su cara cuando salgas.

Si hay mosquitos en tu zona, mantén los brazos y las piernas de tu bebé cubiertos con ropa de materiales ligeros y transpirables, como el algodón.

Escoge bien los colores al comprar la ropa de verano. Compra ropa de tonos claros como el blanco, el rosa claro, el amarillo claro y muchos más. Los colores oscuros atraen los rayos del sol y el calor, lo que no es seguro para los bebés. 

Recuerda: Debes vestir al bebé como lo harías contigo. No querrías ir por ahí con jerséis en julio, ¿verdad?

Mantener la temperatura adecuada de la habitación

Muchos padres están preocupados con la temperatura y la susceptibilidad de su bebé al frío y las enfermedades. No hace falta decir que hay que tener cuidado con el bebé, pero recuerda que no son tan delicados como parecen. Un poco de aire acondicionado nunca hace daño a nadie y una temperatura de 25°C es lo ideal. Si utilizas un enfriador de aire, asegúrate de que esté limpio. La cabeza húmeda del bebé no debe estar expuesta al aire acondicionado y debe secarse con un paño húmedo. Evita los cambios bruscos de temperatura y que el flujo del aire le llegue directamente.

Atención a las señales de que tu bebé está incómodo

No hay ningún indicio claro para que notes si tu bebé está incómodo por el calor. Esto se debe a que los bebés no tienen las glándulas sudoríparas completamente desarrolladas. Sin embargo, hay ciertos signos que tu bebé puede mostrar cuando está incómodo durante el verano. Entre ellos se encuentran el letargo, la piel seca, la irritabilidad, el rechazo a tomar leche, etc.

Comprar el cochecito y la cuna adecuados

Asegúrate de que los lugares en los que duerme tu bebé o en los que pasa algún tiempo descansando son cómodos y frescos. Las sábanas de raso y la ropa de cama de lana pueden calentarse muy rápidamente, sin ofrecer una ventilación adecuada. Cuando compres un cochecito, elige uno con un tejido ligero, preferiblemente de nailon.

Cuando se exponen a temperaturas cálidas, el calor sube instantáneamente en el cochecito, dificultando incluso la respiración del bebé. Tampoco dejes a tu bebé en un coche caliente, ni siquiera un par de minutos. Los coches calientes pueden causar la muerte en cuestión de segundos. ⇒ Bebés, coches y calor. Una mezcla muy peligrosa

Prevenir problemas de salud

La mayoría de las enfermedades del verano pueden evitarse permaneciendo en el interior en un ambiente fresco y limpio. Cuando salgas con tu bebé toma las siguientes precauciones para mantenerlo fresco y sano:

  • Mantenlo alejado de los lugares concurridos, donde las posibilidades de contraer una infección son altas.
  • Mantenlo alejado de la luz solar directa y de las temperaturas elevadas, especialmente de los vientos secos y cálidos.
  • Utiliza una mosquitera para proteger a tu bebé de las dañinas picaduras de insectos.
  • Mantenlo limpio. Lávale regularmente las manos y córtale las uñas.
  • Utiliza crema solar para protegerlo de los rayos nocivos del sol.

A pesar de tus esfuerzos por mantener a tu bebé sano, los bebés pueden enfermar. Si esto ocurre, ponte en contacto con tu médico.

Consulta a un médico si es necesario

Si tu bebé presenta síntomas de deshidratación o tiene un sarpullido persistente que no desaparece consulta con el médico. Si parece que le molesta mucho el calor y está muy angustiado, podría tratarse de otro problema totalmente distinto y requerir una intervención médica.

Como ocurre con cada etapa del desarrollo de tu bebé, su primer verano puede ser difícil pero a la vez maravilloso. Toma nota de lo que tu pequeño necesita, y seguro que te lo hará saber, ¡no te preocupes! Aliméntale con frecuencia y da rienda suelta al vestuario de verano. Además, no dudes en consultar a un médico si crees que algo no va bien con tu bebé.

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