Depresión posparto afecta a los bebés

Los bebés también pueden sufrir cuando sus madres tienen depresión posparto.

Los expertos dicen que los niños cuyas madres tienen depresión posparto tienen más probabilidades de tener problemas de salud mental y desarrollar trastornos como el TDAH y el autismo.

Muchas mujeres son diagnosticadas con depresión y ansiedad posparto. Estas condiciones caen bajo el paraguas de los trastornos del estado de ánimo posparto, que afectan aproximadamente del 10 al 15% de las mujeres.

Cuando hablamos de depresión posparto, tendemos a centrarnos en las mujeres que sufren estas condiciones. Un estudio reciente profundizó un poco más en los impactos que sienten los bebés nacidos de madres que padecen depresión.

El estudio longitudinal evaluó 18 años de datos sobre niños nacidos en un área específica del suroeste de Inglaterra entre abril de 1991 y diciembre de 1992. La investigación misma se propuso identificar grupos altamente vulnerables de madres y niños.

Los más vulnerables fueron las familias donde las madres sufrían de depresión posparto moderada a severa. Los investigadores descubrieron que esas madres tenían más probabilidades de luchar con la depresión 11 años después.

Además, sus hijos tenían 4 veces más probabilidades de tener problemas de comportamiento, 2 veces más probabilidades de tener puntajes matemáticos bajos y 7 veces más probabilidades de sufrir depresión antes de los 18 años de edad.

¿Se heredan estas dolencias?

Uno de los factores de riesgo de la depresión posparto es haber sufrido depresión en el pasado.

De hecho, un estudio de 2017 concluyó que el riesgo era 20 veces mayor para las mujeres que habían luchado contra la depresión anteriormente.

¿Es posible que los números en el estudio más reciente puedan estar sesgados por el hecho de que muchas de estas madres también pueden haber tenido un historial de problemas de salud mental que podrían haberse transmitido? La respuesta puede no ser tan simple.

Como señalan los autores del estudio más reciente, se ha demostrado que reducir los síntomas de los padres con depresión a la remisión reduce los efectos adversos en los niños. Estos efectos se han mantenido en los niños, hasta un año después de la remisión en las madres.

En otras palabras, incluso con factores de riesgo hereditarios, tratar la depresión de una madre puede reducir el riesgo de futuros problemas emocionales o de comportamiento cuando los niños están involucrados.

Tratamiento

Las interacciones tempranas entre padres e hijos son muy importantes. Esos son los meses en que los bebés aprenden cómo serán respondidos y comienzan a establecer confianza para que finalmente puedan regular su propio comportamiento. También creemos que existe un vínculo entre esas interacciones durante el primer año y la función cerebral y la función inmune a largo plazo. Hay mucha investigación sobre cómo el estrés tóxico puede conducir a resultados adversos para la salud tanto de niños como de adultos. Pero lo importante es que la depresión perinatal es muy tratable.

La identificación y el tratamiento temprano de la depresión posparto ​​son la clave para ayudar a las madres y a sus hijos a obtener los mejores resultados de salud posibles.

Pedir ayuda

Una vez que se identifica la DPP, el tratamiento está disponible, aunque encontrarlo a menudo requiere abrirse a los profesionales de la salud y pedir ayuda.

Eso puede ser difícil, ya que muchas mujeres aún temen ser etiquetadas de mala madre por admitirlo. La depresión posparto sigue siendo un tema tabú.

Hay tratamientos disponibles y formas de mejorar los resultados tanto para las madres como para los niños. Si estás pasando por esta situación consulta con el médico lo antes posible.

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