En las comidas con varios platos es necesario servir vinos diferentes: Vinos blancos, para entremeses o pescado. Vino tinto, para la carne o el queso y vino espumoso, para dulces y frutas. Cada vino debes servirlo en copas diferentes, de las que llenarás solo sus tres cuartas partes. Las copas deben ser de cristal transparente, para que se pueda apreciar el color del vino.
¿Qué vino puedes usar con cada tipo de comida?
- Entremeses: para servir entremeses, lo ideal sería el vino blanco y rosado, ligero y suave.
- Mariscos, salmón y caviar: Vino blanco seco, vino espumoso seco, champaña (champagne) brut, jerez seco fino.
- Huevos: Vino seco.
- Consomés: Vino de madrea o de jerez.
- Sopas: Vino blanco seco de elevada graduación, si la sopa es de pescado, utiliza vino blanco suave.
- Pasta y arroz: Si es con pescado, vino blanco seco. Si es con carne, vino tinto, no muy fuerte. Si es caza, vino seco.
- Pescado: Vino blanco seco o ligeramente abocado.
- Asados de carne blanca, aves, carne cocida: Vino tinto no muy fuerte.
- Asados de carne roja, caza: Vino tinto de mucho cuerpo, de gran marca, de un buen año.
- Fritos: De pescado, vino blanco o rosado. De carne, vino tinto o rosado.
- Frutas: Vino dulce, licoroso, espumoso seco, champaña (champagne) seco.
- Postres dulces: Vino dulce, champaña (champagne) dulce o semiseco.
- Ensaladas, encurtidos, verduras: Ningún vino.
Temperatura del vino:
Cada vino debes servirlo a una determinada temperatura, que hay que respetar siempre. Si está demasiado frío pierde su aroma, si está demasiado caliente se altera el sabor. La temperatura de los vinos para entremeces o pescados es de diez a doce grados. La de los vinos espumosos entre cinco y ocho. La de los vinos para postres alrededor de los quince grados. Los vinos para el asado se sirven siempre a temperatura ambiente.
Las botellas de vino, con excepción de los espumosos, no se abren en el momento de servirlas, sino al menos media hora e incluso una hora antes. Para hacer bajar o subir la temperatura se usa una cubitera llena de hielo o de agua tibia.
Si es posible compra el vino al menos una semana antes de su uso, y guarda en una zona fresca y oscura.
Con algunas excepciones, las botellas deben estar siempre acostadas, pero ponla de pie al menos una hora antes de servirla, para que lo sedimentos puedan posarse en el fondo.
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