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Hiperémesis gravídica: cuando las náuseas del embarazo son graves

¿Cuál es la causa de estos vómitos incontrolables? ¿Cuáles son los riesgos para el embarazo? ¿Y cómo se trata?

Las náuseas y los vómitos son comunes en el embarazo, especialmente en el primer trimestre. Algunas mujeres embarazadas experimentan náuseas y vómitos excesivos. Esta condición se conoce como "hiperemesis gravídica" y a menudo necesita tratamiento hospitalario.

La hiperemesis gravídica no es común, pero puede ser grave. Es mucho peor que las náuseas matutinas. Si estás enferma todo el tiempo y no puedes mantener los alimentos en el estómago, informa a la matrona o médico lo antes posible.

Síntomas de hiperemesis gravídica

Los síntomas generalmente comienzan entre las 5 y 10 semanas de embarazo y desaparecen a las 20 semanas. Los signos de este trastorno incluyen:

  • Náuseas y vómitos prolongados y severos.
  • Deshidratación.
  • Cetosis: causado por un aumento de cetonas en la sangre y la orina (las cetonas son sustancias químicas ácidas que se producen cuando el cuerpo descompone la grasa en lugar de glucosa para obtener energía)
  • Pérdida de peso.
  • Presión arterial baja (hipotensión) al levantarse.

Las náuseas y los vómitos suelen ser tan graves que puede causar deshidratación y pérdida de peso. La deshidratación ocurre cuando no tienes suficientes líquidos en tu cuerpo.

Tratamiento de la hiperemesis gravídica

La hiperémesis gravídica, si es grave, puede necesitar tratamiento especializado, y es posible que debas ingresar en el hospital para que los médicos puedan evaluar tu estado y darte el tratamiento adecuado. Esto puede incluir líquidos por vía intravenosa administrados mediante un goteo para tratarte y detener el vómito.

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La hiperemesis gravídica es muy desagradable para la mujer embarazada, pero la buena noticia es que es poco probable que dañe al bebé. Sin embargo, si hace que pierdas peso durante el embarazo, existe un mayor riesgo de que el bebé nazca más pequeño de lo esperado.

El tratamiento de los vómitos incontrolables se basa en primer lugar en normas higiénico-dietéticas similares a las indicadas para las náuseas "simples" del embarazo:

  • Come en pequeñas cantidades, elige alimentos líquidos o que pasen bien y no tengan un sabor demasiado fuerte.
  • Es muy importante intentar romper el ayuno comiendo por la mañana, porque con el estómago vacío se producen cuerpos cetónicos que favorecen el vómito. Por lo tanto, es aconsejable comer algunas galletas saladas o tostadas en la cama y levantarse unos quince minutos después.
  • Si no toleras nada, toma bebidas azucaradas porque tu cuerpo siempre retendrá un poco y te aportará un poco de glucosa.
  • No olvides descansar lo más posible, ya que la fatiga agrava las náuseas y los vómitos.
  • Los medicamentos antieméticos (que evitan los vómitos) pueden recetarse cuando los consejos dietéticos ya no son suficientes. La respuesta varía mucho de una mujer a otra: para algunas, bastan los antieméticos básicos; para otras, hay que utilizar los antieméticos muy potentes que se usan durante la quimioterapia. La solución definitiva para las pacientes para los que esto no es suficiente y que están hospitalizadas es el uso de neurolépticos que detienen los vómitos por un mecanismo central. Esto sería llegando al límite de lo que se puede hacer porque estos medicamentos pueden ser peligrosos para el feto.

Coágulos de sangre e hiperemesis gravídica

Debido a que los vómitos severos pueden causar deshidratación, también hay un mayor riesgo de trombosis venosa profunda (un coágulo de sangre).

En resumen:

Las medidas higiénico-dietéticas y los fármacos antieméticos más o menos potentes pueden ayudar a aliviar a las futuras madres que sufren hiperémesis en el embarazo. En los casos graves, cuando la vida de la mujer embarazada y de su feto está amenazada, es necesaria la hospitalización.

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