Recta final del embarazo en pleno verano ¿Cómo afrontarlo?

El final del embarazo no es una fiesta. Piernas pesadas, vientre prominente, problemas digestivos, la lista de molestias es larga en épocas normales pero se intensifica con el calor. Si sigues estos consejos, te prometo que sobrevivirás a las últimas semanas antes del parto en pleno verano.

Disfruta del sol con precaución

Hay que tener cuidado con el sol. El principal riesgo: la aparición de la máscara de embarazo. En efecto, bajo el efecto de las hormonas, la piel tiende a reaccionar a los rayos UV. Junto al mar o en la ciudad, opta por un look digno de las estrellas de cine: protector solar, un sombrero de ala ancha y unas gafas de sol. Sin embargo, la playa no está prohibida, e incluso puede ser beneficiosa: evita las horas más calurosas del día, entre las 12 y las 16 horas, y opta por el final del día, más fresco. Caminar con el agua hasta los muslos te hará mucho bien. Esto estimulará la circulación y reducirá la sensación de pesadez en las piernas. Un buen baño te hará sentir más ligera. Sobre la toalla, cubre tus piernas con un bonito pareo.

Comodidad a la hora de vestir

Opta por ropa holgada y cómoda de llevar: algodón, lino, olvida los materiales sintéticos que aumentan la transpiración (y favorecen los olores). Un bonito vestido largo y bohemio, femenino y cómodo a la vez, con un bonito collar -una bola de embarazo, por ejemplo- será mucho mejor que unos pantalones de lona o incluso unos leggings que abracen la barriga. Olvídate de los zapatos de verano con tirantes (de todas formas no podrás abrocharlos con tu gran barriga) o de los tacones. Las chanclas y las zapatillas tipo bailarinas serán tus amigas.

Relajación

Cuando se está embarazada, el flujo sanguíneo aumenta y también la presión arterial. Así que no hay necesidad de exagerar. Puede que no estés enferma, pero no necesitas hacer de Wonder Woman. Evita caminar durante mucho tiempo cuando el sol está en su apogeo: no te avergüences de ser un poco perezosa. En casa, túmbate tranquilamente con las piernas levantadas, con un abanico al lado.

Hidratación

Beber es esencial cuando hace calor, sobre todo cuando se está embarazada. No es necesario beber litros de agua, con 2 litros es suficiente: piensa en verduras y frutas crudas. Las frutas como la sandía o el melón también están llenas de agua. Los batidos y los zumos de fruta fresca (sin azúcares añadidos, por supuesto) son imprescindibles.

Para no sobrecargar el sistema digestivo, bebe agua fresca, a 18°C, en lugar de helada.

Evitar el calor

Puedes utilizar un pulverizador de agua y, por qué no, un ventilador. Cuando el calor te abrume hasta el punto de impedirte dormir, pídele al futuro padre que cuelgue una sábana mojada por la ventana para refrescarte.

Mima tus piernas

La pesadez de piernas es una de las principales molestias del embarazo y el calor aumenta esta sensación debido a los problemas de circulación.

Para aliviar tus piernas, no dudes en darte una ducha fría con regularidad. Cuando descanses, coloca un cojín bajo el colchón para elevar las piernas y estimular la circulación sanguínea.

En la medida de lo posible, evita estar de pie durante mucho tiempo.

Puedes pedirle a tu matrona o a tu obstetra que te aconseje sobre cómo aliviar tus molestias. Existen remedios naturales, como la homeopatía, que mejoran los problemas de circulación.

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