desarrollo del tacto del bebe

El desarrollo del tacto en los niños

Los receptores táctiles forman un sistema complejo. Algunos dan al bebé información sobre su propio cuerpo. Otros proporcionan información sobre el medio ambiente. Estos receptores perciben la presión, la temperatura, el dolor, el picor, la vibración, etc. Se encuentran en la piel del bebé, pero también en sus órganos internos, músculos y articulaciones.

El tacto es la primera capacidad sensorial que aparece en el feto, mucho antes que la visión y el oído. Algunos receptores táctiles aparecen ya en la cuarta semana de embarazo. En la séptima semana, se cree que los receptores del tacto están presentes en la boca del feto. El bebé se mueve entonces si algo toca sus labios.

En la undécima semana, los receptores táctiles se encuentran en toda la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies. A las 12 semanas, se pueden observar algunos reflejos desencadenados por el tacto, como el reflejo de prensión y el reflejo de señalización. A partir de la semana 20 de embarazo, todo el cuerpo del feto reacciona a los estímulos táctiles.

En el útero, el bebé está expuesto a muchas sensaciones táctiles. Se mueve en todas las direcciones. Le gusta acurrucarse y frotar su nariz contra la pared de la bolsa amniótica, como hacen los niños con una manta. También siente las contracciones uterinas y la presión ejercida sobre el vientre de su madre. Así es como el bebé descubre su cuerpo y el entorno en el que está inmerso. Se chupa el dedo y juega con el cordón umbilical o con los pies.

Las funciones del tacto

El sentido del tacto permite al niño recibir información sobre el mundo que le rodea. Los numerosos receptores situados bajo la piel comunican un gran número de sensaciones. Le permiten detectar el calor, el frío, la presión y el dolor. Los bebés también pueden sentir texturas como la suavidad de su osito de peluche o de su pijama.

Garantizar la supervivencia o la integridad del cuerpo es también una función importante del tacto. El tacto actúa como un sistema de alarma protegiendo al niño de las agresiones y peligros del entorno. Por ejemplo, su piel le informa de la temperatura de su baño y llora si el agua está demasiado caliente.

Descubrir con la boca y las manos

Hasta los 2 meses, tu bebé tiene el reflejo de cerrar la mano cuando le das un objeto. Sus dedos le permiten entonces determinar su dureza, peso, textura, temperatura, forma, tamaño, etc. Desde que nacen, los bebés empiezan a registrar ciertas características de los objetos mediante el tacto. Esto le permite reconocerlos al tocarlos activamente.

Sin embargo, los recién nacidos no utilizan mucho las manos para palpar las cosas. No saben dirigir, agarrar o sujetar las cosas. Sólo ponen las manos en el pecho o el biberón y se llevan los dedos a la boca.

A medida que los movimientos del bebé se vuelven más precisos, aprende las texturas y formas de los objetos con sus manos, boca y pies. Se necesita algún tiempo para aprender a alcanzar un objeto. Alrededor de los 3 o 4 meses, empieza a estirar el brazo para acercar la mano a un objeto sin conseguirlo o sólo por casualidad. Alrededor de los 4 o 5 meses, extiende las dos manos para coger un objeto. Alrededor de los 6 o 7 meses, sólo utiliza una mano.

A los 6 meses, el niño empieza a establecer la conexión entre lo que ve y lo que toca. Esta capacidad mejora rápidamente entre los 6 y los 12 meses. A los 3 años, un niño es tan capaz como un adulto de reconocer las características de un objeto al tocarlo. Sin embargo, no es hasta los 8 años cuando un niño puede integrar de forma óptima la información de sus diferentes sentidos para comprender plenamente un objeto.

Descubrimiento del cuerpo

Es gracias al tacto y a los diferentes receptores presentes en sus músculos y articulaciones que el niño puede percibir su propio cuerpo y comprender que es una persona única. Aprenden que su cuerpo les pertenece. Los diferentes estímulos del entorno provocan sensaciones táctiles, y esto ayuda al niño a formarse una imagen de su cuerpo y a adivinar cómo están colocados sus brazos y piernas en el espacio.

Además, al tocarse, el bebé aprende más sobre su cuerpo. Antes de los 6 meses de edad, el bebé no distingue entre las sensaciones provocadas por un estímulo externo y las provocadas por el propio tacto. Esta comprensión se desarrolla en los dos primeros años a medida que mejora la visión.

Establecer conexiones con los demás

El tacto permite al bebé mantener el contacto con el cuidador. Los bebés son muy sensibles a los gestos, especialmente a los de sus padres y cuidadores. Gestos como las caricias le dan una sensación de bienestar que a veces es suficiente para calmar sus llantos. Otros, pueden alterarle y reducir su sensación de seguridad.

La presencia física de sus padres no sólo le tranquiliza, sino que estimula su sistema inmunitario y hormonal. Esto tiene un efecto positivo en sus niveles de hormonas de crecimiento y apego, al tiempo que reduce sus niveles de hormonas del estrés.

El desarrollo del tacto en los primeros meses del bebé

Primeros dos meses. El bebé tiene un reflejo de prensión y agarre (reflejo de agarre). Este reflejo se hace menos presente alrededor de los 2 meses. Estas manos se abren más, pero siguen siendo a menudo cerradas. Cuando le tocas la mejilla, tiene el reflejo de girar la cabeza en dirección a tu dedo.

Distingue entre lo que es agradable (texturas suaves, caricias, masajes) y lo que es desagradable (texturas ásperas, manos frías).

Al mes, puede detectar texturas suaves y rugosas con la boca. Sólo utiliza una mano a la vez. Puede meterse el pulgar en la boca (chupar).

A los tres meses. El bebé se lleva la mano a la boca Juega con los dedos.
Percibe mejor la sensación de los objetos colocados en su mano. Descubre las características de los objetos: blandos o duros, suaves o ásperos.

A los cuatro meses. Llevar objetos a la boca se convierte en algo casi automático. También suele chuparse los dedos. Alrededor de los 4 o 5 meses, estira las manos para coger un objeto.

A los cinco meses. El bebé explora su cuerpo: de las manos a los pies, de los pies a la boca. Puede comenzar a transferir un objeto de una mano a la otra. Le encanta jugar en el agua. Se divierte mucho haciendo salpicaduras en la bañera.

A los seis meses. El bebé trata de agarrar cosas con la mano. Le gusta manejar juguetes y diferentes objetos: teléfono móvil, mando a distancia, etc. Palpan las cosas con las palmas y los dedos.

A los siete y ochos meses. Sus gestos se vuelven más asertivos y seguros. Le interesan las dimensiones de los objetos y su forma. Le fascinan los objetos que tienen ciertas características, como asas, cierres, etiquetas, etc. Agarra un objeto entre el pulgar y los cuatro dedos.

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