tos ferina

¿Qué es la tos ferina?

La tosferinatos ferina o tos pertusoide es una enfermedad infecciosa respiratoria muy contagiosa. Está causada por la Bordetella pertussises y su principal síntoma es una tos seca irritativa, paroxística, con un peculiar ruido de “gallo” al final.

El germen se multiplica en el epitelio ciliado respiratorio, la capa superficial en la mucosa, la tráquea y los bronquios. Difunde varias toxinas específicas que causan la enfermedad.

El proceso infeccioso dura unas seis semanas. Los síntomas iniciales suelen coincidir con los de un catarro común y pasan desapercibidos. Unos diez días después comienzan los síntomas más graves. En los niños las crisis de tos acaban con ese ruido o estertor propio de cuando se intenta tomar aire. Es entonces cuando suena ese “gallo” que da pistas de la enfermedad a los profesionales sanitarios.

Hay que tener en cuenta que, en los bebés no vacunados, la tos ferina puede ser muy grave, incluso mortal, y las complicaciones (neumonía, convulsiones, etc.) pueden darse en niños muy pequeños.

Otros síntomas de la tosferina a destacar serían los siguientes:

  • Goteo nasal.
  • Fiebre.
  • Vómitos, provocados por los fuertes ataques de tos.
  • Diarrea.

Contagio y tiempo de incubación de la tosferina

La transmisión se produce por el aire de persona a persona, por la proyección de gotas de saliva durante la tos, principalmente en la fase catarral de la enfermedad durante la cual los signos clínicos aún no son característicos.

El riesgo de contagio disminuye rápidamente en la fase paroxística, pero puede durar hasta 3 semanas. La fuente de contaminación son principalmente los niños en edad preescolar o escolar, y también los adultos y los sujetos de edad avanzada, cuyos síntomas suelen estar mal identificados. La tasa de ataque es del 70-80% si el contacto es cercano.

La incubación puede durar entre 7 días y 3 semanas. Normalmente son unos 10 días.

Una tos característica

El ataque de tos, que se produce sobre todo por la noche, se define como:

Ataques de tos repentinos, violentos y repetidos que provocan espasmos y dificultan la respiración;
la cara está hinchada, roja o azulada.

La tos puede hacer que los pequeños vasos alrededor de los ojos se rompan.

Al final del episodio, el enfermo vuelve a respirar. La "reanudación" es ruidosa y suena como el canto de un gallo.
La sucesión de sacudidas espiratorias de la tos (de 5 a 20, cada vez más cercanas), conduce a una apnea de unos segundos en la espiración forzada (cianosis), seguida de una inhalación larga. Esto es el preludio de una nueva sucesión de sacudidas espiratorias. El ciclo se repite de 5 a 15 veces y termina con una expectoración mucosa que provoca vómitos. 

Hay que tener en cuenta que, en los adultos, la tos ferina no presenta necesariamente todas las características de la enfermedad. Si la tos persiste y empeora después de una semana, consulta con el médico.

Diagnóstico de la tosferina:

El diagnóstico se basa esencialmente en tres criterios: el carácter de la tos, la evolución de la enfermedad y la identificación de los contaminantes.

La observación de los síntomas puede ser suficiente en muchos casos. Pero si los síntomas puedan llevar a confusión, especialmente en niños pequeños o bebés, se tomará una muestra del moco nasal o de la garganta que se analizará en el laboratorio y de este modo se detectará si se trata de tos ferina. En ocasiones puede llegar a confundirse con neumonía. También puede realizarse radiografía de tórax.

Tratamiento de la tosferina:

Si la enfermedad es detectada en sus inicios el tratamiento antibiótico (amoxicilina, eritromicina) es muy efectivo. Pero si la enfermedad está muy avanzada su eficacia es mucho menor.

Jarabes expectorantes o antitosivos no están indicados ya que su eficacia es mínima o nula.

Lo más importante en una enfermedad como esta es la prevención. Es una enfermedad contemplada en el calendario de vacunas, si se cumple los niños estarán protegidos. Y gracias a esas vacunas administradas en la edad infantil en caso de que de adultos se padezca sus síntomas serán siempre menores y más llevaderos.

Especial atención se ha de dar a los bebés que aún no han recibido la vacuna correspondiente ya que los fuertes ataques de tos pueden llevar a la asfixia.

Complicaciones de la tosferina

Hay varios tipos de complicaciones de la tos ferina:

  • Complicaciones mecánicas relacionadas con la intensidad de la tos y la hiperpresión espiratoria intratorial: Ulceración del freno lingual, hemorragias nasales y subconjuntivales, prolapso rectal, hernias, enfisema mediastínico y cervical, neumotórax.
  • Desnutrición, malnutrición, deshidratación, por vómitos repetidos y dificultades de alimentación.
  • Complicaciones infecciosas: infecciones supuradas del oído, sobreinfecciones broncopulmonares, bronquitis aguda purulenta, atelectasia, bronconeumonía, pleuritis.
  • Complicaciones neurológicas, sobre todo en los niños pequeños: convulsiones (2,7%) debidas principalmente a la anoxia o la hipertermia, hemorragias intracraneales, secuelas neurológicas secundarias a las fases de anoxia cerebral (0,7%). La encefalitis por tos ferina se produce al cabo de 2 o 3 semanas y tiene un pronóstico grave.

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