El impétigo en bebés y niños
El impétigo es la infección cutánea más común en los niños. Altamente contagioso, existen dos formas principales: el primero, caracterizado por pústulas y la formación de costras amarillentas, y el segundo, que se manifiesta por ampollas que pueden llevar a erosiones significativas.
¿Qué es el impétigo?
El impétigo es una infección bacteriana causada por el estafilococo áureo o el estreptococo. Hay dos formas de impétigo:
- Impétigo no ampolloso (microvesiculoso o contagioso).
- Impétigo ampolloso.
Esta enfermedad de la piel es común en niños de entre 2 y 5 años.
Características del impétigo no ampolloso
Es la forma más común, alrededor del 70% de los casos, y afecta particularmente a los niños menores de 10 años. Inicialmente, se ve una erupción de pequeñas ampollas o burbujas translúcidas, a veces rodeadas de un área rojiza. Estas pequeñas lesiones se revientan y rezuman después de unas horas, se secan y luego forman una costra amarillenta que cubre una pequeña erosión roja. Estas lesiones rara vez son dolorosas, pero a veces pueden causar picazón. Esta infección es superficial y por lo tanto no causa fiebre.
Altamente contagioso, causa pequeñas epidemias en guarderías y escuelas, principalmente durante el verano, probablemente debido al uso de camisas de manga corta o pantalones cortos, que favorecen el contacto de la piel con otras personas y pequeñas lesiones traumáticas en las zonas expuestas.
Características del impétigo ampolloso
Puede ocurrir en la piel sana y representa el 30% de los casos de impétigo. Afecta más frecuentemente a los recién nacidos y a los bebés. La lesión inicial es una burbuja más grande, que mide de 1 a más de 2 cm. Las lesiones se multiplican y después de 2 o 3 días, se revientan y forman grandes erosiones que se extienden rápidamente.
Por regla general, no hay fiebre ni dolor, pero es aconsejable consultar inmediatamente para evitar la sobreextensión y el riesgo de superinfección.
Causas y lugares del impétigo
Las bacterias responsables de esta enfermedad de la piel son el estreptococo, el estafilococo áureo o ambos. Estos gérmenes a menudo provienen de la membrana mucosa de la nariz, la boca o el área perineal del niño. En estos casos, se denominan autocontaminación. Por esta razón, el impétigo suele estar localizado: alrededor de las fosas nasales, la boca o en la región perineal.
Sin embargo, todas las localizaciones son posibles (brazos, piernas, axilas, cuello...), excepto las palmas de las manos y las plantas de los pies. El impétigo también puede propagarse por el contacto con otra persona (tocando, besando) así como a través de la ropa.
En lo que respecta a las bacterias implicadas, desde hace algunos años el germen que se ha aislado con más frecuencia en Europa en las dos formas principales de impétigo ha sido el Staphylococcus aureus. Se han identificado algunas cepas resistentes a uno o más antibióticos, tanto en entornos comunitarios (guarderías, escuelas) como en hospitales, de ahí el interés de tomar muestras en algunos casos para identificar la posible presencia de una cepa resistente. Esta decisión depende, por supuesto, del médico.
Factores que favorecen el impétigo
Hay una serie de situaciones que pueden conducir a la aparición del impétigo, incluyendo:
- Lesiones de la piel causadas por un traumatismo como una mordedura, un rasguño, picaduras de insectos o lesiones causadas por enfermedades (eccema, varicela, herpes, sarna, pediculosis).
- Falta de higiene.
- La presencia de casos de impétigo en el centro educativo.
- Infecciones nasales, diarrea.
- Medicamentos utilizados para tratar ciertas enfermedades crónicas (corticoides o inmunosupresores).
Tratamiento del impétigo
Independientemente de la forma de impétigo, el objetivo del tratamiento es lograr la curación en el menor tiempo posible a fin de evitar la propagación de la infección, las complicaciones y las reincidencias (infecciones repetidas), así como evitar la contaminación del entorno, tanto en el hogar como en el colegio.
En la mayoría de los casos, el médico prescribirá:
- Un tratamiento local basado en antisépticos.
- La aplicación local de un antibiótico con actividad sobre los gérmenes responsables del impétigo en forma de pomada es el tratamiento de elección. En efecto, la aplicación del antibiótico a nivel de la lesión permite obtener altas concentraciones del producto con muy poca absorción en la sangre y una rehidratación de la piel gracias a las sustancias grasas contenidas en el ungüento. Este tipo de tratamiento se prescribe para lesiones localizadas.
- Un antibiótico oral (lesiones extensas o importantes, recaída después de un tratamiento previo...) o un tratamiento asociado si hay otras enfermedades (eccema, sarna, pediculosis...). Sólo él médico puede decidir el tratamiento más apropiado para cada caso.
Afortunadamente, la evolución del impétigo es benigna y el proceso de curación está bajo control en pocos días en la gran mayoría de los casos, por lo que es importante que se siga cuidadosamente el tratamiento prescrito.
Prevención del impétigo
Para garantizar la eficacia del tratamiento, pero también para evitar nuevas infecciones en tu hijo o entorno, es necesario seguir una serie de reglas de sentido común:
- Mantén a tu hijo en casa para evitar la propagación de la infección en la comunidad.
- Bañarse a diario, lavarse las manos con frecuencia, tener las uñas cortas. Para luchar contra los gérmenes, lava cuidadosamente las aberturas y pliegues naturales de tu hijo,
- Evita, en la medida de lo posible, que tu hijo toque sus lesiones, se chupe el pulgar o se muerda las uñas para evitar la contaminación de otras partes del cuerpo.
- Lávate las manos después del tratamiento local o de cualquier contacto con las lesiones.
- Cambia frecuentemente la ropa potencialmente contaminada.
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