¿Cuánto tiempo tarda en adaptarse un niño en la guardería?  ¿Qué es el proceso de adaptación?

¿Tu hijo está a punto de empezar a ir a una escuela infantil? Esta será una nueva experiencia para el bebé que supondrá muchos cambios en su vida diaria. Aquí tienes algunas estrategias para ayudar a tu hijo a adaptarse a este nuevo entorno.

Etapas de adaptación al cuidado de los niños

Un niño que empieza a asistir a una escuela infantil se enfrenta a muchas cosas nuevas. Se trasladan de un lugar seguro, su hogar, a un entorno desconocido. También tienen que acostumbrarse a que les cuiden otras personas que no son sus padres y aprender a convivir con otros niños. Todos estos importantes cambios requieren un periodo de adaptación. Es importante señalar que tener un fuerte vínculo con los padres ayuda a los niños a adaptarse bien al entorno del centro infantil.

El periodo de adaptación suele durar de dos a cuatro semanas, según la edad y el temperamento del niño. Sin embargo, para algunos niños pequeños esta adaptación puede ser más larga y durar hasta dos meses, el tiempo necesario para acostumbrarse al entorno y sentirse seguros con el educador. Por ejemplo, la adaptación puede ser más difícil para un bebé que empieza a ir a la guardería entre los 8 y los 12 meses de edad. A esta edad, el niño experimenta ansiedad por la separación de sus padres. Tienen miedo de ser abandonados y de no volver a ver a sus padres cuando no los ven. Necesitan aún más tiempo para acostumbrarse a nuevas situaciones y personas.

Dado que cada niño es único, la forma en que reacciona durante el periodo de adaptación al centro infantil puede ser diferente. Sin embargo, hay cuatro etapas en las reacciones de los niños pequeños.

  • Al principio, el niño está fascinado por el nuevo y estimulante entorno, lleno de juguetes y otros niños pequeños. Incluso puede estar emocionado cuando llega por la mañana y no reaccionar demasiado cuando sus padres se van.
  • Después de una semana, la novedad desaparece. El niño se da cuenta de que volverá todos los días. A veces reacciona con fuerza: llora o se opone. Durante el día, está menos interesado en otros niños, juegos y actividades. El choque con la realidad dura de una a dos semanas.
  • Tras el choque con la realidad, el niño se pregunta si los padres volverán. Es posible que lloren cuando los vean irse. Pueden sentirse inseguros y parecer tristes. Algunos niños pequeños se niegan a dormir o a comer y, si son mayores, algunos pueden incluso retroceder (por ejemplo, piden más el chupete). Esta etapa puede durar de una a tres semanas.
  • El niño desarrolla un vínculo de apego con el educador. Por fin se siente en confianza. Ahora el niño puede participar con entusiasmo en los juegos e interactuar con los demás niños. La adaptación está completa.

Cómo preparar a tu hijo antes del primer día

Habla con tu hijo sobre el entro infantil. Incluso si tu hijo es un niño pequeño, explícale que podrá jugar allí con otros niños mientras mamá y papá están trabajando. Hazle saber que un educador estará allí para cuidarle. También es una buena idea leer libros sobre la guardería para que tu hijo se familiarice con el lugar.

Visita la guardería con tu hijo antes de que empiece a ir. De este modo, podrá conocer el lugar contigo. También es una oportunidad para que conozca a las personas que le van a cuidar. Cuando llegue a casa, explícale a tu hijo cómo va a pasar sus días allí.

Pasa algún tiempo en el centro con tu hijo antes de que ingrese oficialmente. Por ejemplo, puedes ir a merendar con la profesora y los demás niños una semana antes de que tu hijo empiece la guardería. Esto le da la oportunidad de ver la rutina de la escuela y conocer a los otros niños.

Explica a tu hijo la nueva rutina que se establecerá en los días de guardería. Por ejemplo: vestirse, desayunar, lavarse los dientes, salir. Describe el recorrido hasta la guardería. Recuérdale el nombre de su profesor y los nombres de algunos de los niños de su grupo, si los conoces. Saber un poco sobre lo que se avecina ayudará a tu hijo a sentirse más seguro.

Habla con el profesor sobre tu hijo. Dale información sobre sus hábitos, los juegos que practica, lo que le gusta comer, sus hábitos de sueño, etc. Esto le ayudará a cuidar mejor de él. Por supuesto, si tu hijo tiene necesidades especiales, deberás comentarlo con la guardería de antemano para que se puedan hacer adaptaciones.

*** Durante el periodo de adaptación, la rutina de tu hijo es importante. Evita que tu hijo deje el biberón, el chupete o la lactancia materna en este momento. La lactancia materna podría continuar por la noche y por la mañana, por ejemplo. Tampoco es un buen momento para empezar a enseñar a tu hijo a ir al baño o para trasladarlo de la cuna a la cama infantil.

escuela infantil adaptación

Cómo facilitar las primeras semanas en la escuela infantil

Intenta una introducción gradual durante las primeras dos o tres semanas. Empieza, si es posible, pasando tiempo con tu hijo en centro. Esto puede ser durante un período de 30 minutos a 2 horas para ayudarle a acostumbrarse al nuevo entorno contigo. Cada día, disminuye el tiempo que pasas con tu hijo y aumenta el tiempo que pasa sin ti. Esto permite que tu hijo y su cuidador se conozcan.

Si es posible, intenta que tu hijo esté con el mismo profesor todo el tiempo al principio. Por ejemplo, si el cuidador trabaja de 8 de la mañana a 4 de la tarde, intenta ajustar tu horario en consecuencia durante las primeras semanas. Esto puede ser más fácil de organizar si tu hijo va a empezar a ir a la guardería mientras estás de permiso por maternidad / paternidad.

Ayuda a tu hijo a anticipar lo que va a suceder. Háblale sobre lo que hará en la escuela cada día.

Hazle saber cuándo vas a recogerlo con palabras y señales que entienda para que sepa que volverás. Por ejemplo, di: "Te recogeré después de la merienda. "Recuérdales que siempre lo recogerás. Si no vas a recogerlo tú, asegúrate de decirle quién lo recogerá al final del día.

Repite los mismos gestos de despedida todas las mañanas (por ejemplo, dos besos, un gran abrazo y te vas). Estos rituales se convierten en puntos de referencia que facilitan la adaptación porque son predecibles para tu hijo. Y nunca te vayas sin despedirte. A muchos niños les resulta más fácil la separación cuando sienten que tienen el control. Por ejemplo, el profesor puede ofrecer que tu hijo te vea salir desde una de las ventanas de la guardería como forma de despedirse.

Lleva un objeto de transición (por ejemplo, una manta, un peluche) que tranquilice a tu hijo. Su olor familiar puede ayudar a tu hijo a sobrellevar mejor la separación. La manta o el peluche permiten a tu hijo pensar en ti y esperar tu regreso sintiéndose seguro. También es una buena idea llevar una foto de familia o un pequeño álbum de fotos familiares para que tu hijo pueda mirarlo cuando se aburra.

Consuela y tranquiliza a tu hijo. Aunque tu hijo sea muy pequeño, ponle palabras a la situación y nombra sus emociones: "Estás triste. No puedes esperar a que vuelva a casa. "Puedes decirle que, aunque estés trabajando, pensarás en él durante el día y te lo imaginarás jugando. Recuérdale que tienes una foto suya para mirarla cuando la eches de menos.

Si tu hijo tiene un hermano mayor en la misma guardería, pide que se vean todos los días durante el periodo de adaptación. Es tranquilizador para un niño pasar un poco de tiempo con su hermano.

Si tu hijo llora cuando te vuelve a ver al final del día, hazle saber que lo entiendes y ponle palabras a sus sentimientos. Por ejemplo: "Te pusiste triste al ver que me había ido, pero ya ves que he vuelto."

Adaptación del bebé o niño a la guardería

Para que tu hijo se sienta a gusto en su escuela infantil

  1. Habla de lo que ha hecho en el centro cada día. Aunque tu hijo sea pequeño, muéstrale interés por lo que hace en la escuela infantil. Si es mayor, hazle preguntas sobre su día, como: ¿Cuál ha sido tu actividad favorita hoy?
  2. Coloca sus logros y fotos de la guardería (por ejemplo, dibujos, manualidades, fotos de él con sus amigos de la guardería). Esto le ayudará a acostumbrarse a su nuevo entorno y le recordará los buenos momentos que ha pasado allí.
  3. Demuestra a tu hijo que aprecias a su educador. Si tu hijo ve que confías en su profesor y que no te preocupa dejarle en la escuela, se adaptará más fácilmente. Si el educador está de acuerdo, hazle una foto con tu hijo para ponerla en la nevera de casa y así poder hablar de ella mostrando su foto.
  4. Tómate un tiempo con tu hijo al llegar a casa para jugar con él antes de preparar la cena. Cuando le prestas atención a tu hijo, éste se siente amado y reconfortado. Cuando es un bebé, jugar al cucú también puede ser útil para que tu hijo se dé cuenta de que, aunque ya no te vea, sigues estando ahí.

¿Cómo desarrollar una buena comunicación con el educador?

  1. Trabajar bien con el educador de tu hijo es esencial para ayudarle a adaptarse al entorno de la guardería. Aquí tienes algunos consejos para crear un buen vínculo y hacer equipo.
  2. Intenta tener una pequeña charla con el profesor de tu hijo todos los días. Por la mañana, puedes contarle cómo se encuentra tu hijo: si se siente bien, si está entusiasmado por algo, si está preocupado por algo, etc. De este modo, el profesor puede reaccionar a las necesidades de tu hijo. Por ejemplo si sabe que ha tenido una noche inquieta y está más irritable de lo habitual. Del mismo modo, cuando regreses, pregunta al profesor cómo han ido las cosas durante el día.
  3. Llama al profesor durante el día para saber cómo le va a tu hijo en las primeras semanas o en un día en el que no parezca ir bien. Pregunta si es posible y cuándo es mejor llamar. Es importante que te pongas de acuerdo para que tu llamada no interfiera con la atención de tu hijo a otros niños.
    No dudes en hablar con el educador de tu hijo si tienes alguna duda. Por ejemplo, si tu hijo no parece adaptarse bien a la escuela, llora mucho o aleja a los demás. Juntos podréis encontrar la mejor manera de ayudar a tu hijo.

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