Cuando las condiciones de trabajo no son las adecuadas y se favorecen los riesgos psicosociales, aparecen alteraciones que podemos encuadrar en el estrés laboral, el síndrome de quemarse por el trabajo o síndrome de Burnout y el acoso laboral o mobbing.
Estrés laboral
El estrés laboral surge cuando las demandas del trabajo son altas, y al mismo tiempo, la capacidad de control de las mismas es baja. Y también se produce cuando existe un desequilibrio entre el alto esfuerzo (demandas, obligaciones...) y la baja recompensa (sueldo, estima...).
Síndrome de quemarse por el trabajo o síndrome de Burnout
Se ha conceptuado como un agotamiento físico y mental, y se caracteriza por tres dimensiones:
- agotamiento emocional
- despersonalización
- baja realización personal en el trabajo
Se da específicamente en aquellas profesiones que mantienen un contacto directo y constante con personas que son beneficiarias del propio trabajo (docentes, sanitarios, trabajadores sociales, etc.).
Acoso laboral o mobbing
Hace referencia al hostigamiento psicológico que se da en el ámbito laboral producido por las conductas hostiles, dirigidas de manera sistemática por uno o varios trabajadores contra otro, con una frecuencia de al menos una vez a la semana y durante un tiempo prolongado e más de seis meses.
Las conductas de hostigamiento pueden ser: Impedir que la víctima se exprese, aislarla, menospreciarla frente a sus compañeros, desacreditarla en su trabajo o incluso comprometer su salud.
Tipos de acoso laboral:
- Ascendente: Cuando un trabajador de nivel jerárquico superior es atacado por uno o varios de sus subordinados. Es el menos frecuente.
- Descendente: Cuando un trabajador de nivel jerárquico inferior es atacado por uno o varios trabajadores que ocupan posiciones superiores en la jerarquía de la empresa. Es el más frecuente.
- Horizontal: Cuando un trabajador es acosado por uno o varios compañeros que ocupan su mismo nivel jerárquico.
Aunque el efecto de la interacción entre la persona y sus condiciones de trabajo no se traduce inmediatamente en alteraciones de la salud; si la situación problemática se cronifica; las consecuencias pueden llegar a expresarse en trastornos como:
- Trastornos cardiovasculares: hipertensión, hipotensión, arritmias...
- Trastornos musculoesqueléticos: temblores, tics, contractura muscular...
- Trastornos respiratorios: asma, hiperventilación, sensación de ahogo...
- Trastornos gastrointestinales: úlcera péptica, dispepsia, colon irritable, estreñimiento, diarrea...
- Trastornos endocrinos: hipoglucemia, hipertiroidismo, hipotiroidismo...
- Trastornos dermatológicos: picor en la piel, sudoración excesiva, alopecia...
- Trastornos mentales y del comportamiento: dolor crónico, cefalea, ansiedad, depresión, trastornos del sueño, drogodependencia, trastornos de personalidad, trastornos de la sexualidad...
Fuente: MadridSalud