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Consejos para favorecer el sueño en los niños y adolescentes

El sueño es un aspecto importante de un estilo de vida saludable e, independientemente de si tiene 5, 15 o 50 años, es esencial obtener la cantidad necesaria de sueño para mantener el bienestar general.

A los niños, a veces, puede ser difícil llevarlos a la cama a tiempo, especialmente en las noches escolares y podría ayudar tener un patrón establecido para usted y sus hijos.

¿Cuántas horas de sueño se consideran adecuadas para los niños?

Al igual que nosotros, los requisitos de sueño de un niño pueden variar ligeramente de uno a otro, pero en general, los expertos consideran lo siguiente para niños de diferentes grupos de edad:

0 a 3 meses

  • Recomendado: 14–17 horas.
  • Aceptable: 11–19 horas.
  • Inadecuado / No recomendado: menos de 11 o más de 19 horas.

4 a 11 meses

  • Recomendado: 12-15 horas.
  • Aceptable: 10–18 horas.
  • Inadecuado / No recomendado: menos de 10 o más de 18 horas.

1 a 2 años

  • Recomendado: 11–14 horas.
  • Aceptable: 9–16 horas.
  • Inadecuado / No recomendado: menos de 9 o más de 16 horas.

3 a 5 años

  • Recomendado: 10–13 horas.
  • Aceptable: 8–14 horas.
  • Inadecuado / No recomendado: menos de 8 o más de 14 horas.

6 a 13 años

  • Recomendado: 9–11 horas.
  • Aceptable: 7–12 horas.
  • Inadecuado / No recomendado: menos de 7 o más de 12 horas.

14 a 17 años

  • Recomendado: 8-10 horas.
  • Aceptable: 7–11 horas.
  • Inadecuado / No recomendado: menos de 7 o más de 11 horas.

18 a 25 años

  • Recomendado: 7-9 horas.
  • Aceptable: 6–11 horas.
  • Inadecuado / No recomendado: menos de 6 o más de 11 horas.

Si bien tu hijo puede o no adherirse a estos patrones de sueño, puedes usarlos como una guía para evaluar si tu hijo está durmiendo lo suficiente para su edad. Y si le resulta difícil acostarse y quedarse dormido, intenta incorporar algunos de estos consejos para crear una rutina de sueño que toda la familia pueda seguir.

Consejos para que tus hijos duerman a tiempo, todos los días.

En promedio, los niños que van a la escuela necesitan al menos de 9 a 11 horas de sueño para funcionar de manera eficiente, por lo tanto, asegúrate de que tus hijos duerman lo suficiente en función de sus necesidades específicas.

Establece una hora estricta para ir a dormir: una de las cosas buenas de los niños que asisten a al colegio es que sus rutinas diarias son uniformes en comparación con los adultos que pueden tener reuniones temprano por la mañana o eventos nocturnos para asistir. Esto te ayudará a hacer una rutina que no necesite muchos ajustes durante el año escolar.

Limita el tiempo de uso de aparatos: la mayoría de los niños de hoy tienen su propio teléfono inteligente o tableta o tienen un horario programado para ver la televisión durante el día. Asegúrate de que no usen aparatos ni vean la televisión al menos dos horas antes de acostarse. Demasiada exposición a la luz de estos dispositivos puede dificultar la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño.

Trata de reducir el estrés: asegúrate de que tu hijo se dedique a actividades tranquilas antes de irse a dormir porque cuando las actividades son muy activas, puede aumentar el nivel de cortisol, la hormona del estrés que puede retrasar la aparición del sueño.

Diseña una rutina para la hora de acostarse: una rutina antes de dormir, dependiendo de los intereses del niño/a, le ayudará a comprender que una vez que comienza la rutina, la hora de acostarse se acerca. Esto podría ser tan simple como un baño seguido de un cuento. Seguir esta rutina constantemente puede ayudar a los niños a convertirlo en un hábito a medida que crecen.

    

Procura que la habitación sea cómoda: establecer el ambiente adecuado para dormir es un factor clave para ayudar a un niño o incluso a un adulto a conciliar el sueño rápidamente. Por lo tanto, haga que la cama sea cómoda, que tenga a mano su peluche favorito, atenúa las luces, mantén el entorno tranquilo y la temperatura ambiente relativamente fresca para inducir un buen sueño.

Abordar los temores: muchos niños tienen pesadillas o terrores nocturnos, por ejemplo, de monstruos en el armario o debajo de la cama. Asegúrate de abordar estos temores en lugar de simplemente ignorarlos. Los expertos aconsejan ayudar a los niños a superar el miedo haciéndoles entender que los monstruos no existen realmente.

Un tiempo de despertar constante es esencial: al igual que a la hora de acostarse, también es esencial tener un tiempo de despertar constante. De esa manera, el cuerpo de su hijo se acostumbrará a la rutina con el tiempo y pronto se despertará sin ningún esfuerzo. No cambie la hora demasiado los fines de semana porque puede interrumpir su patrón de sueño; Trate de mantenerlo dentro de una hora de la rutina para el menor impacto.

Si observa interrupciones del sueño, falta de sueño y dificultad para conciliar el sueño incluso después de una rutina, su hijo puede tener un trastorno del sueño y puede necesitar ayuda profesional.

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