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El bebé está por cumplir los 6 meses. Es tiempo de pensar en que necesita empezar a comer otros alimentos además de continuar con la leche materna.

A partir de los 6 meses de vida, los niños no solo ya están preparados para comenzar a consumir otros alimentos, sino que también necesitan de ellos para continuar creciendo y desarrollándose.

Algunos niños aceptarán rápidamente los nuevos alimentos, mientras que otros mostrarán al principio una reacción de rechazo. Lo importante es que las familias sigan ofreciendo estos alimentos de forma que puedan avanzar en este proceso.

Para comenzar con la alimentación la familia debe organizarse:

  • Es bueno que el niño tenga su propio plato, su propia cuchara y si es posible su propia silla.
  • La familia debe pensar cuál es el mejor momento para darle las primeras comidas. El momento ideal para la alimentación es aquel en el que la familia puede dedicarle tiempo en un ambiente de tranquilidad y sin distracción.

Puede ser un almuerzo, pero si los padres trabajan durante el día fuera del hogar, es preferible que sea de tardecita y así estar presentes en el momento de la comida. La presencia de los padres es muy importante, especialmente en estos primeros días; el niño comerá mejor si es estimulado, si se lo mira a los ojos, y sobre todo si la persona que lo alimenta le tiene mucha paciencia.

Al principio es conveniente ofrecer al niño un puré, complementado unas horas más tarde o más temprano con un puré de frutas, ya que muchas veces no es posible dar al niño todo lo que precisa de una sola vez.

¿Cómo comenzamos?

Comenzamos con un puré suave y que apenas se deslice en el plato.

¿Qué alimentos elegir para los primeros días?

  • Para el puré: papa, polenta, fideítos de sopa bien cocidos y pisados con un tenedor. Unos días después se combinan con un trocito de zapallo o zanahoria.
  • Para el puré de frutas: manzana, banana, durazno y peras.

¿Con qué consistencia?

La consistencia de todo lo que se le ofrezca al inicio debe ser la de un puré suave y espeso, bien pisado con un tenedor, pero no pasado por la licuadora.

La comida casera es siempre la mejor opción: no tiene colorantes, conservantes, edulcorantes ni aditivos, que ponen al niño en un riesgo innecesario. Se sabe lo que tiene, cómo fue preparada y, además, la casa se llena de ricos olores.

¿Qué cantidad preparar?

Al inicio, es bueno poner en el plato 2 o 3 cucharadas de puré, que se irán aumentando a medida que pasan los días.

Al comienzo comen cantidades pequeñas, que si tienen mucho líquido no serán nutritivas. Por eso el puré debe ser espeso y apenas deslizarse en el plato.

Es posible que en los primeros días el niño coma menos de lo que las familias esperan o rechace los alimentos. Esto no debe ser motivo de preocupación; es un proceso de aprendizaje y cada niño tiene su ritmo.

Se comienza a darle una vez al día unas cucharadas de puré de papa, o polenta, o fideítos de sopa bien cocidos y pisados con un tenedor. Al puré se le agrega 1 cucharadita de cualquier aceite vegetal y se puede suavizar con leche materna.

Es conveniente ofrecer el puré de frutas bien pisado unas horas más tarde o más temprano, eligiendo frutas de estación maduras.

Tener en cuenta que:

No hace falta agregar sal. No conviene que los niños se acostumbren a los sabores salados.

El alimento debe colocarse en el centro de la lengua para que el niño no lo escupa, ya que las primeras veces saca la lengua como lo hace para chupar.

Los primeros alimentos se deben dar entre las mamadas o mamaderas (biberones) para no sustituirlas.

Recién cuando el niño pueda comer una comida completa (primer plato y postre) se podrá omitir la mamada correspondiente.

Una semana más tarde, es bueno agregar al puré de inicio 1 cucharada de carne, sin grasa, bien cocida, a la plancha, hervida o a la parrilla. Hay que desmenuzarla con un tenedor o rallarla. La carne puede ser de vaca, de pollo, de cerdo o menudos. No es necesario elegir cortes de carne caros o especiales, porque la carne la debemos desmenuzar. Cualquier carne con poca grasa sirve. Nunca se debe licuar.

Así, a la semana, el puré, con todos los alimentos bien cocidos y pisados con un tenedor o desmenuzados estarán formados por:

  • 1 cucharada colmada de carne
  • Algún alimento energético (papa, fideos, sémola...)
  • Verduras (zanahoria, calabaza, calabacín)
  • 1 cucharadita de aceite

Es muy importante tener en cuenta que algunos niños pueden necesitar cantidades mayores de comida. En ese caso debemos dar porciones más grandes o darle de comer más veces en el día.

Progresivamente se pueden ir agregando otros alimentos para variar el puré, dar a probar nuevos sabores y texturas, así como ir logrando que el niño coma mayor cantidad.

El puré se puede hacer casi con cualquier verdura que esté cocida, sin cáscara y sin semilla; como por ejemplo: calabacines, acelgas, habas frescas, brócoli, coliflor, calabaza y zanahoria. Siempre son preferibles las verduras de estación.

Es muy importante darle todos los días fruta de estación e ir variándola (manzana, durazno, banana, pera, naranja, ciruela).

Fuente:
Proyecto "Nutrición infantil y desarrollo de prácticas saludables de alimentación"
Coordinador por UNICEF: Álvaro Arroyo
Coordinadoras por RUANDI: María Isabel Bove y Florencia Cerruti
Coordinadora por el Programa Nacional de Salud de la Niñez del MSP: Cecilia Muxi
"Los primeros olores de la cocina de mi casa"
Autores: Florencia Cerruti; María Isabel Bove; María Pía Vidiella; Nadya Golovchenko; Gabriel Dacal