El miedo al compromiso suele ser más habitual de lo que parece en el ser humano. De hecho, dicho temor crece en la misma medida en la que se acumulan decepciones en el corazón, es decir, en la medida en que se arrastra más de una ruptura. Y es que, a raíz de un desamor también se acumula desconfianza, dudas y miedo en el corazón. Surge la sensación de creer que el amor nunca es eterno y que tiene fecha de caducidad. Un amor sólo puede prolongarse a lo largo del tiempo en caso de que la pareja aprenda a resolver los conflictos de la forma adecuada. Por ello, es esencial potenciar la comunicación.
El miedo al compromiso también puede surgir en aquellas personas que tienen dificultad a la hora de cortar el cordón umbilical. Es decir, a la hora de independizarse desde un punto de vista emocional de su madre. Así sucede cuando la madre enviudó a una edad temprana y está sola. Está claro que esa es su historia, pero un hijo nunca debe perder la posibilidad de amar porque su madre, haya tenido un destino truncado en cierto modo.
El miedo al compromiso se puede superar, asumiendo también, que una historia de amor implica un trabajo constante y diario. Por tanto, el éxito no se alcanza por arte de magia sino que es fruto de la perseverancia. Además, el miedo al compromiso también se mitiga cuando das con la persona adecuada que respeta tu ritmo interno y no te fuerza. Es decir, respeta tu espacio y te comprende. Cuanto más rápido va una relación, más probabilidades hay de que salga mal, sencillamente, porque es importante dar tiempo al tiempo y tener paciencia.