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Hacer balance de las emociones para prosperar

Rara vez nuestros sentimientos cuelgan prolijamente de perchas elegantes y perfectamente espaciadas. En cambio, como nuestros armarios, a menudo tenemos una mezcla de emociones nuevas y obsoletas.

Pero puedes organizar tus sentimientos y lidiar con los que no te sirven o descartarlos. Examina tus emociones con regularidad para acabar con la ansiedad, el estrés o la frustración.

A continuación, te mostramos cómo optimizar tus sentimientos para comenzar a mejorar tu vida.

Cómo nuestras emociones afectan nuestro comportamiento

Si no hacemos un balance de nuestras emociones o por qué las sentimos, es probable que sigan atiborrándonos la mente, incluso cuando no sean necesarias. Eso podría tener consecuencias negativas para nuestro éxito, salud y relaciones.

Los estudios demuestran que nuestras emociones pueden afectar nuestra lógica y nuestra capacidad para realizar tareas.

Cuando estamos ansiosos o estresados, también es más probable que nos automediquemos con alcohol, drogas o comida chatarra. Todos estos pueden hacernos sentir como una mierda cuando los efectos adormecedores desaparecen.

Además, los estudios muestran que cuanto más inteligentes emocionalmente seamos, mejores serán nuestras relaciones románticas, y eso probablemente también se puede decir de las amistades y las conexiones con la familia. Y sabemos lo importante que es ese círculo íntimo o tribu para nuestro bienestar.

Organizar los sentimientos implica una versión ligera de la terapia cognitivo-conductual (TCC) que puedes hacer por tu cuenta o con la ayuda de un terapeuta. Realmente puede ayudarte a crecer como persona.

La premisa básica es que nuestros pensamientos influyen en nuestros sentimientos, que luego influyen en nuestras acciones. Un pensamiento malsano, o estar atrapado en un patrón de pensamiento malsano, puede llevar a acciones que simplemente empeoran el problema o nos mantienen atrapados en el mismo tipo de situaciones, básicamente haciendo girar nuestras ruedas.

Paso uno: descubre lo que sientes

El primer paso para organizar tus sentimientos es hacer una lista de tus problemas o preocupaciones.

Eso puede parecer algo negativo, pero a veces simplemente escribirlos aliviará la ansiedad.

Identificar el pensamiento o creencia subyacente, evaluarlo por su utilidad y verdad, y luego cambiarlo si no nos sirve bien puede ser increíblemente poderoso.

Cómo identificar la emoción central que te está molestando

Enumera tus preocupaciones o problemas y asigna las emociones, pensamientos y creencias adjuntos. Si no estás seguro de cuáles son esos pensamientos, Pregúntate: "Entonces, ¿qué significa eso?"

El ejemplo del ejercicio "Y qué":

Problema: Todos esperan que reorganice mi horario para adaptarlo al de ellos.

Sentimientos o emociones: enfado, resentimiento, dolor.

Pregunta - Respuesta (para encontrar tu creencia subyacente):

¿Y qué? - Entonces piensan que lo que están pasando es más importante que lo que yo estoy pasando.

¿Y qué? - Así que es egoísta por su parte ni siquiera pensar en cómo esto me incomoda.

¿Y qué? - Entonces, si quiero verlos o ser parte del evento, solo tengo que aguantar.

¿Entonces que significa eso? - Significa que, si no hago el esfuerzo, nunca podré pasar tiempo con ellos ...

Posible conclusión: significa que estaré completamente solo y eventualmente se olvidarán de mí. Me temo que soy olvidable o que no se preocupan por mí.

El significado que descubrimos en el ejercicio puede parecer brutal. Pero es entonces cuando entra en juego el verdadero trabajo o la organización de tus sentimientos.

Busca excepciones. “Pregúntate: '¿Es eso realmente cierto? ¿O puedo encontrar pruebas que contradigan esa creencia?"

En el ejemplo proporcionado, la persona podría pensar en ocasiones en las que otros se desviaron de su camino para verla o expresaron que se divirtieron mucho después de pasar el rato. Sabrán que la conclusión a la que llegaron es falsa.

Paso dos: averigua si se trata de un patrón

A veces tienes que decidir si un sentimiento es necesario o si solo se trata de operar un controlador de juego en tu cerebro.

Recuerda, nuestras emociones impulsan nuestro comportamiento. Debemos controlar nuestras emociones a menudo porque pueden volverse exageradas rápidamente. Esto eventualmente crea barreras para los objetivos que queremos lograr y las personas con las que queremos estar cerca.

Si te sientes negativo, podrías estar experimentando una distorsión cognitiva. En resumen, ese es tu cerebro diciéndote una mentira basada en viejos patrones de pensamiento.

¿Tu mente te miente?

Si estás nervioso por la cita en la que estás, por ejemplo, es posible que bebas demasiado. Pero tal vez estés basando tus nervios en una mala cita anterior. Esto podría provocar una reacción en cadena de citas llenas de ansiedad, llevándote a pensar que necesitas beber más de la cuenta para ser una buena cita (o que nadie está interesado en que estés sobrio).

Si somos conscientes de las razones detrás de nuestras acciones y tenemos una mejor comprensión de nuestras emociones, podemos cambiar nuestros patrones. Podemos evitar que el estrés, la preocupación o la frustración se apoderen de nosotros y nos hagan comportarnos de la manera que nos gustaría evitar.

Paso tres: ten cuidado con estas distorsiones comunes

Aquí hay patrones de pensamiento comunes que pueden afectar negativamente la forma en que abordamos las situaciones:

Distorsión - Concepto:

Pensamiento de todo o nada - No hay término medio. Todo lo que no sea perfecto es un fracaso.

Sobregeneralización - Una instancia de algo malo significa que seguirá sucediendo.

Filtrado mental - Filtra todo lo positivo y se concentra en lo negativo de una situación.

Saltar a conclusiones - Asumes lo que alguien siente por ti o asumes resultados negativos sobre eventos futuros.

Ampliación o minimización - Conviertes un pequeño error en algo monumental en tu mente o descartas sus cualidades positivas.

Razonamiento emocional - Asumes que, si sientes una emoción negativa sobre algo, debe ser la verdad sobre la situación.

Declaraciones de "debería" - Utilizas declaraciones de "debería" o "no debería" para sentirte culpable o hacer que otros actúen.

Culpa - Te culpas a ti mismo por las cosas sobre las que no tenías control, o culpas a los demás por completo por las situaciones negativas.

Crea cambios de comportamiento duraderos y haz que se mantengan

Reconocer el pensamiento distorsionado o un patrón de comportamiento que está interfiriendo con tu vida es el primer paso. Una vez que lo reconoces, es más fácil hacer el trabajo que necesitas para reemplazarlo. Puede ser más difícil que cambiar una vieja sudadera con capucha, pero la atención plena que construyes podría ser el cambio más cómodo de todos.

Escribe la acción que deseas cambiar, luego busca hacia atrás para determinar qué lo desencadenó. Una vez que aprendas los factores desencadenantes, tendrás una mejor oportunidad de intervenir y cambiar el pensamiento o el comportamiento.

Paso cuatro: analiza tus preocupaciones con un ejercicio de diario

Realiza un ritual de diario para mantenerte motivado.

Si eres de los que se levanta temprano, tómate 10 minutos cada mañana para recapitular tu progreso. Si anotaste una situación el día anterior, tómate este tiempo para completar el diario. Si eres un noctámbulo, ese sería un buen momento para incorporarlo a tu horario.

Preguntas que te ayudarán a realizar un seguimiento

  • ¿Qué pasó?
  • ¿Cuál fue el desencadenante o evento?
  • ¿Qué emoción sentiste?
  • ¿Cuáles fueron tus pensamientos exactos?
  • ¿Cómo reaccionaste?
  • ¿Podrían haber sido tus pensamientos o tus comportamientos diferentes? (Evalúa los hechos de la situación desde una mentalidad más tranquila y determina qué es lo que no es saludable para ti).

Si te sientes frustrado con el proceso, o te enfrentas a una situación urgente, no dudes en buscar la ayuda de un profesional de salud mental.

Muchos temas que creemos que son simples son en realidad bastante complicados y confusos. Si tienes dificultades, es porque hacer estos cambios es difícil. Debes buscar ayuda de inmediato si sientes que tus pensamientos o comportamientos son destructivos o peligrosos para ti o para los demás.

Recuerda que organizar tus sentimientos no es una herramienta destinada a invalidar tus emociones. Es una forma de ser más consciente de por qué los estás experimentando y de alertarte sobre posibles obstáculos.

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