Para su cuerpo el hombre
busca alimento
y para el alma algo que esponje
su pensamiento.
Si se cultiva,
de la comida hace arte
y hay recetas exquisitas
en todas partes.
Hay cultura del vino
y de la mesa,
comidas de amigos
y de promesas.
De Ávila la Santa
decía – y así lo creo-
que Dios mismo anda
entre los pucheros.
Arte, cultura, oración
en la cocina:
si se pone imaginación,
hay también poesía.
José García Velázquez
Segovia , 19 de febrero de 2005