manzano

El Manzano

Hace muchos años, había un manzano y un niño que lo adoraba y pasaba todos los días jugando alrededor de él. El pequeño creció y nunca jamás volvió a ser su compañero de juegos.

Un día, regresó ya hecho un muchacho y el árbol le dijo: -¿Juegas conmigo?-. Pero este le respondió: -Ya no soy el niño de antes, lo que ahora quiero son juguetes y no tengo dinero para comprarlos-. -Te sugiero que cojas todas mis manzanas y las vendas-, le contestó el árbol. Pero, tras hacer eso, se marchó dejándolo solo otra vez.

Transcurrieron unos años hasta que, ya hecho un hombre, volvió bajo su sombra protectora. -¿Vienes a jugar conmigo?-, le preguntó el manzano, -No tengo tiempo he de trabajar para mantener a mi familia. Necesito una casa. ¿Puedes ayudarme?-. Y éste le respondió -Coge mi madera y constrúyela-. Y así lo hizo. Pasaron muchos, muchos años, sin que el manzano supiese nada y un día se acercó un anciano con bastón que era su amigo. El árbol le dijo: -No tengo nada que ofrecerte, pero puedes apoyarte en mi seco tronco para descansar-.

Ésta podría ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres, que a lo largo de la vida nos lo dan todo y nos apoyan siempre sin pedir nada a cambio.