Pregunta sobre terrores nocturnos en bebés:

Hola. Gracias por atenderme.

Tengo un bebe de 60 dias y me ocurre algo muy extraño. Al dejarlo por la noche en la cuna o en la cama para dormir, al rato se despierta con unos gritos de auntentico terror y agitando los brazos buscando donde agarrarse.
Lo curioso (no se si esto tiene que ver) es que lo ha hecho solo cuando lo hemos dormido en nuestros brazos porque le costaba dormirse. Al menos eso creo.

Hace un rato me lo ha hecho y aun tengo metido en mi cabeza el grito aterrador que ha dado, cuando no lo hace ni en sus peores perretas, ya que tiene un llanto que no es precisamente escandaloso. Pero cuando le dan estos "ataques" el grito es como el de una persona adulta.

Estamos muy preocupados tanto su madre y yo, porque esto no nos paso con su hermanita mayor.
Agradeceria una respuesta orientativa.
Saludos y gracias.

Respuesta:

Estimado Ibomar:

Para Menudos Peques es un placer atenderle.
Por lo que he leído y desde mi experiencia, lo que le ocurre a su bebé está relacionado con el terror nocturno. En principio estas alteraciones aparecen y desaparecen en relación con cambios en la rutina diaria, cansancio, estrés. Suelen resolverse casi sin dificultad. En muchos casos supone una etapa más en el desarrollo del niño. En las siguientes líneas hago un repaso sobre algunos de los factores que impiden que un niño duerma con normalidad, algunas alteraciones del sueño, como las pesadillas y el terror nocturno, que son las que más le afectan a usted y algunas orientaciones sobre como favorecer el sueño. Espero le sirvan de ayuda, no obstante siempre es recomendable que si el problema persiste y afecta al bebé en su día a día, acuda a su pediatra. Pero sobre todo no se asusten y transmítanle mucha tranquilidad al niño siempre que lo necesite.

El sueño

El sueño es necesario para que el niño recupere las energías gastadas y favorezca su desarrollo neurológico. Nunca debe interrumpirse, ni siquiera para alimentarle.

Durante su primer mes de vida, un niño suele dormir de 16 a 18 horas diarias, repartidas en 5 ó 6 etapas, y suele estar despierto de 6 a 8 horas. Ya sobre los 3 meses el número total de horas que duerme el bebé es de unas 15. Aunque siempre depende de las necesidades de cada niño, hay bebés que duermen 20 horas y otros a penas lo hacen durante meses, algunos duermen durante largos intervalos y otros se echan pequeñas siestas. Es muy importante respetar el ritmo de cada niño.

Factores que influyen negativamente en el sueño de los niños

Hay bebés a los que no les gusta verse en la cuna y que necesitan la presencia de su padre o de su madre para poderse dormir y al despertarse y sentirse solos se angustian.
El cansancio en muchas ocasiones impide conciliar el sueño.
Cambios en su rutina diaria o en el ambiente familiar.
Estado de estrés, miedo o nerviosismo en los padres, es transmitido al bebé incluso durante la gestación.
Mala alimentación (carencia, exceso)
Entorno (ruidos, iluminación, temperatura)
Alteraciones de la piel (picores, dermatitis del pañal)
Malestar físico (dolor de oídos, dientes, catarro, cólicos)

Alteraciones del sueño

Sueño intranquilo: En niños pequeños suele estar relacionado con alguna molestia física (frío, calor, hambre, pañal sucio) o con alguna patología (fiebre, otitis) también con estados de estrés y nerviosismo.
Pesadillas: Sueños desagradables, el niño se despierta llorando y confundido, pero se calma en cuanto ve a sus padres. Suele suceder en la fase REM del sueño, donde se producen los sueños más intensos, presenta movimientos oculares rápidos y la actividad neuronal del cerebro, es muy activa, similar a nivel Beta (vigilia), donde la frecuencia cerebral oscila entre 14 y 21 ciclos. Como he dicho anteriormente, con hablarle muy suavemente y acariciarlo, el niño reconoce su voz y se despierta, donde podrá relajarlo aunque en dicha fase, los acontecimientos sobre recordados al despertar.
Terror nocturno: Son episodios de miedo muy intenso que afectan a los pequeños durante las primeras horas de sueño, el niño se despierta bruscamente con un grito de angustia, sudoración, taquicardia, respiración agitada y ruidosa, etc.
A diferencia de las pesadillas el niño no es consciente de lo que le ocurre (aunque tenga los ojos abiertos y hable o emita sonidos) y al día siguiente no se acuerda de nada. Suele suceder en la fase NoREM del sueño (sueño profundo), en la cual no hay movimientos oculares detrás de los párpados y es muy difícil despertarse durante ésta fase del sueño, por mucha agitación que se tenga.

En bebés de poco tiempo el terror nocturno suele estar relacionado con el recuerdo del momento del parto, por lo que no estaría mal, recordar si ha tenido un parto traumático (difícil). Lo primero que se debe hacer es tranquilizar y acunar al pequeño y en ningún momento intentar despertarlo, aunque no este consciente, se le debe hablar suavemente para calmarle; percibirá la voz familiar y se tranquilizará. Consultar con el médico si durante las crisis de terror se produce rigidez, contracciones o sobresaltos, o si esta dura más de 30 minutos, también si hay angustia en el niño a lo largo del día.

Somniloquia: Hablar dormido.
Parálisis del sueño: Despertar sin poder moverse.
Mioclonias: Contracturas musculares involuntarias con sensación de caída. No suele aparecer antes de los 3 Años.
Sonambulismo: El niño se levanta dormido con los ojos abiertos y camina por la casa durante un rato. Al día siguiente no lo recuerda. No aparece antes de los 7 Años.

Cómo favorecer el sueño

Procurar que el lugar donde el niño duerme sea tranquilo, evitando ruidos fuertes (teléfonos, timbres).
Evitar durante el día sonidos altos y estridentes que puedan alterar, asustar o excitar al niño (volumen de radio o televisión muy alto, chillidos, peleas, electrodomésticos)
No oscurecer la habitación de día, el niño debe diferenciar el día de la noche.
Airear la habitación.
Usar adecuadamente el aire acondicionado y la calefacción.
Intentar mantener los mismos horarios y rutinas, eso da seguridad y estabilidad a los bebés.
Darle un buen baño y un masaje relajante antes de acostarle.
Acostar al bebé con ropa cómoda y adecuada.
La ropa de la cuna debe estar limpia y seca.
Acostar al niño cuando esté despierto, quedándose con el y repitiendo siempre el mismo ritual (hablarle, cantarle, acariciarle...).

Recuerde que los niños son capaces de captar todo a su alrededor. Si estamos nerviosos, estresados o tensos, esa energía la captará el niño y lo pondrá nervioso. Los niños son muy receptivos hasta aproximadamente los 4 Años, debido a que aún trabajan mayormente en fase Alfa, donde la frecuencia cerebral oscila entre los 8 y 13 ciclos. Esto traducido al espAñol, quiere decir que al trabajar a una frecuencia más baja, las cosas que se ve y aprende, quedan grabadas en el cerebro con más fuerza y por consiguiente, un tiempo mucho más largo.
Esperamos que le hayamos servido de gran ayuda, cualquier otra consulta, no dude en realizarla.

Un saludo, Menudos Peques.

Pregunta finalizada. Valoración: 4 de 5.