El huevo por las características intrínsecas que tiene es un alimento muy sensible a la contaminación y proliferación microbianas. Aunque el interior del huevo está protegido por la cáscara y la cutícula, si eliminamos o dañamos estas barreras naturales facilitamos la entrada de microorganismos, aumentando el riesgo de contaminación.
La mayoría de las intoxicaciones alimentarias producidas por los huevos podrían evitarse si se respetasen unas sencillas prácticas de higiene.
Recomendaciones en la elaboración
Procure comprar huevos frescos
- Con la cáscara limpia, intacta y sin humedad.
- Con el código del productor impreso.
- Y que en los envases figure: Código del centro de envasado, Categoría de calidad y peso, Fecha de consumo preferente, Sistema de cría, Recomendaciones de conservación.
Elabore los alimentos que contengan huevo con seguridad, teniendo en cuenta los siguientes consejos.
- No usar los huevos una vez rebasada la fecha de consumo preferente.
- Lavar las manos y útiles antes y después de manipular los huevos.
- No romper los huevos en el borde del recipiente donde se baten.
- No separar las claras y las yemas con la propia cáscara.
- Nunca limpiar los huevos, para evitar que se contaminen.
Mantenga los alimentos que contienen en su composición huevo
- Siempre en refrigeración, si no se van a consumir de inmediato.
- Si el consumo es inmediato, los mantendremos tapados o protegidos (en vitrinas, con film transparente, papel de aluminio,...).
- Conserve los huevos, siempre en refrigeración.
Muy importante
Los alimentos con huevo deben cocinarse a una temperatura que alcance los 75ºC en el centro del producto (“cuajar bien las tortillas”).
Las mayonesas deben conservarse siempre en refrigeración (tapadas o protegidas), un máximo de 24 horas.
En los establecimientos del sector de la restauración, los alimentos con huevo y que no se cocinen (mayonesas), siempre se elaborarán con ovoproductos pasteurizados.
Fuente: Instituto de Salud Pública de Madrid