No estás solo, respira 🌿
Estás en el supermercado, tu hijo o hija quiere una bolsa de chuches, le dices que no… y, de repente, empieza la rabieta: llantos, gritos, tirarse al suelo. La mirada de otras personas, la sensación de vergüenza y el estrés del momento hacen que te entren ganas de gritar también 😅. Pero tranquilo, tranquila: Las rabietas son una parte normal del desarrollo infantil.
La clave no está en evitar que ocurran —porque es imposible—, sino en aprender a gestionarlas sin perder la calma y convertirlas en una oportunidad para enseñarles a regular sus emociones.
En esta guía encontrarás estrategias prácticas, efectivas y respetuosas para manejar las rabietas en público, sin gritar, sin castigos desproporcionados y sin perder la paciencia.
1. Antes de salir: La prevención es tu mejor aliada 🛡️
Aunque no podemos evitar todas las rabietas, sí podemos reducir la probabilidad de que ocurran:
1.1. Anticipa los detonantes
- Si sabes que suele estallar cuando pasáis por la tienda de juguetes o cerca de la zona de chuches, habla con él antes:
“Hoy no vamos a comprar juguetes, pero puedes elegir una pegatina cuando terminemos la compra.”
1.2. Mantén rutinas estables
El hambre, el cansancio y la sobreestimulación son las causas más frecuentes de rabietas. Intenta que tu peque coma, duerma y descanse siguiendo horarios regulares. Los niños que saben qué esperar del día gestionan mejor la frustración.
1.3. Pacta normas claras
Antes de salir, establece límites sencillos:
"Hoy compramos solo una cosa para ti, ¿vale?"
Cuando los niños saben qué esperar, se sienten más seguros y cooperan más.
1.4. Coordinaos como equipo
Si sois dos progenitores, es fundamental responder de forma coherente. Si uno dice “no” y el otro cede, el niño aprende que insistir funciona… y la próxima rabieta está garantizada.
2. Durante la rabieta en público: Qué hacer y qué evitar 🚦
Cuando la rabieta estalla, tu calma es la clave. Sé el ancla emocional que tu hijo necesita.
2.1. Qué hacer
✅ Mantén la calma
Respira profundo. Los niños absorben nuestro estado emocional: si te alteras, ellos se alteran más.
✅ Habla con frases breves y claras
Olvida los discursos largos. Usa mensajes sencillos:
"Sé que quieres ese juguete, pero ahora no lo vamos a comprar."
✅ Valida sus emociones
No minimices su enfado. Reconocer lo que sienten les ayuda a calmarse:
"Entiendo que estés enfadado porque no te lo llevas. Es normal sentirse así."
✅ Baja a su nivel
Agáchate, mírale a los ojos y háblale con un tono suave. Esto transmite cercanía y seguridad.
✅ Desvía su atención
Proponerle una actividad inesperada funciona muy bien:
"¿Me ayudas a encontrar las manzanas más grandes?"
Cambiar el foco puede cortar la intensidad de la rabieta.
✅ Permite que se exprese de forma segura
A veces necesitan liberar energía. Si es posible, llévale a un lugar tranquilo para que pueda llorar sin riesgos.
✅ Refuerza lo positivo
Cuando se calme, reconoce su esfuerzo:
"Gracias por tranquilizarte, así podemos seguir juntos."
Esto le motiva a autorregularse en futuras situaciones.
2.2. Qué evitar
- ❌ No grites: eleva la tensión y no enseña a autorregularse.
- ❌ No amenaces: “Si no paras, no te quiero” es dañino para su autoestima.
- ❌ No cedas siempre: si premias la rabieta comprando lo que pide, aprenderá que funciona.
- ❌ No uses pantallas como “chupete digital”: puede calmar el momento, pero empeora su autocontrol a largo plazo.
3. Después de la rabieta: Enseñando sin sermones 🌈
Cuando todo ha pasado, llega la fase más importante: aprender de la experiencia.
3.1. Habla con él cuando esté calmado
Explícale lo que ocurrió, ponle nombre a las emociones y buscad juntos soluciones:
"Hoy te enfadaste porque no te compré el juguete. La próxima vez podemos respirar juntos antes de gritar."
3.2. Enseña herramientas de autocontrol
Puedes practicar juntos:
- Respirar profundo contando hasta tres
- Apretar los puños y soltarlos para liberar tensión ✊
- Buscar un objeto que les dé calma (un peluche, un dibujo, etc.)
3.3. Refuerza el buen comportamiento
Elogia los pequeños logros:
"Me encantó cómo esperaste tranquilo mientras hablaba con la dependienta."
3.4. Sé consistente
Si un día ignoras la rabieta y al siguiente cedes, el aprendizaje se diluye. La coherencia es clave.
4. Cómo cuidar tu propia calma 😌
Manejar una rabieta en público es agotador, y muchas veces la vergüenza es lo que más nos altera. Aquí van algunos consejos para cuidar de ti mismo o de ti misma:
- Respira profundo: tres inhalaciones largas ayudan a regular tu propio pulso.
- Recuerda que no eres el centro de atención: la mayoría de la gente está más preocupada por sus cosas que por juzgarte.
- Habla contigo mismo: “Esto es solo una fase, mi hijo necesita aprender, y yo estoy aquí para acompañarle.”
- Pide ayuda: si estás con tu pareja, familiares o amigos, acordad turnaros para no saturarte.
5. Resumen práctico 📝
Situación | Qué hacer | Qué evitar |
---|---|---|
Antes | Anticipar detonantes, establecer rutinas y normas | Salir sin plan, horarios caóticos |
Durante | Mantener calma, validar emociones, usar mensajes cortos | Gritar, amenazar, ceder siempre |
Después | Hablar en calma, enseñar herramientas y reforzar lo positivo | Ignorar el tema o reñir sin enseñar alternativas |
Las rabietas en público no son un fracaso: Son una oportunidad para enseñar a tu hijo a reconocer, entender y gestionar sus emociones. Tu calma, tu empatía y tu consistencia son las mejores herramientas para ayudarle.
Recuerda: No se trata de ganar la batalla, sino de acompañar el proceso. Con paciencia, límites claros y mucho cariño, poco a poco verás que las rabietas se reducen y la conexión con tu peque se fortalece ❤️.
Fuentes y referencias
- El País - Psicología infantil: gestionar las rabietas
- El País - Pediatría y descarga emocional
- Guía Infantil - Cómo manejar rabietas en público
- Doctoralia - Estrategias para manejar rabietas
- Sapos y Princesas - Rabietas y autocontrol infantil
- El Confidencial - Alberto Soler sobre rabietas