Estrategias efectivas y respetuosas
Compartir es una de esas habilidades sociales que todos queremos que nuestros hijos aprendan pronto. Sin embargo, no siempre es fácil. A veces vemos a nuestro hijo aferrarse a un juguete con todas sus fuerzas mientras otro niño espera su turno. Nuestra primera reacción puede ser decirle “comparte” de manera automática, pero ¿realmente es la mejor forma de enseñar? 🤔
En este artículo vamos a ver cómo enseñar a los niños a compartir sin obligarlos, fomentando valores como la empatía, el respeto y la generosidad desde un enfoque positivo.
¿Por qué no deberías obligar a tu hijo a compartir?
Cuando obligamos a un niño a compartir, lo que realmente aprende no es la generosidad, sino la obediencia. Y eso tiene varias consecuencias:
- Pierde la sensación de control sobre sus pertenencias.
- Puede asociar compartir con una experiencia negativa.
- No desarrolla la empatía de forma natural, sino que lo hace por imposición.
- Existe el riesgo de que luego se vuelva más posesivo, como reacción a la obligación.
👉 Lo que queremos no es que comparta porque se lo decimos, sino que lo haga porque entiende la importancia de hacerlo y lo siente de manera auténtica.
Comprender el desarrollo infantil: una clave para tener paciencia
Antes de entrar en estrategias, es importante recordar algo: los niños pequeños (entre 2 y 4 años) están en una etapa egocéntrica por naturaleza. Esto significa que les cuesta ponerse en el lugar del otro.
- A los 2 años, es normal que digan “¡es mío!” constantemente.
- Entre los 3 y 4 años, empiezan a entender la idea de turnarse, pero aún lo viven con dificultad.
- A partir de los 5-6 años, la mayoría ya puede compartir con mayor naturalidad, sobre todo si han tenido buenos modelos y experiencias.
Conocer estas etapas te ayudará a ajustar tus expectativas y evitar frustraciones.
Estrategias para enseñar a los niños a compartir sin obligarlos
Aquí tienes un conjunto de técnicas prácticas y respetuosas que puedes aplicar en el día a día.
1. Sé un buen ejemplo 👩👩👦
Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que escuchan. Si te ven compartir tu comida, tu tiempo o incluso tu atención, entenderán que es algo valioso.
- Ofrécele un poco de tu merienda diciendo: “¿Quieres probar? A mí me gusta compartir contigo”.
- Deja que vea cómo prestas tus cosas a amigos o familiares.
2. Habla de lo que siente el otro niño
En lugar de obligar a tu hijo, ponle palabras a la situación:
- “Mira, tu amigo quiere jugar también con ese coche. Está esperando. ¿Qué podemos hacer?”
Esto desarrolla empatía y le da la oportunidad de buscar una solución por sí mismo.
3. Introduce el concepto de turnos ⏳
Compartir no siempre significa dar algo para siempre. Puedes enseñarle que hay un tiempo para cada uno.
- Usa relojes de arena o temporizadores para que visualicen cuánto dura un turno.
- Refuerza positivamente cuando cede el juguete tras su tiempo: “Has esperado y ahora le toca a él, muy bien”.
4. Valida sus emociones
Si tu hijo no quiere compartir un juguete en ese momento, no pasa nada. Puedes decirle:
- “Entiendo que quieras jugar más con él. Avísame cuando estés listo para prestarlo”.
Esto le transmite seguridad y respeto por sus sentimientos.
5. Crea espacios y objetos “compartibles”
Una buena idea es distinguir entre juguetes personales y juguetes comunes.
- Juguetes personales: los que no tiene por qué compartir si no quiere.
- Juguetes compartidos: aquellos que sabe que se usan con amigos o hermanos.
De esta forma, aprende a decidir y tiene sensación de control.
6. Refuerza positivamente cuando lo hace 🌟
Cuando comparta voluntariamente, reconócelo sin exagerar:
- “Has dejado que tu hermano use tu pelota, eso ha sido muy amable”.
Este tipo de feedback le ayuda a asociar compartir con una emoción positiva.
7. Usa cuentos y juegos sobre la generosidad
Los cuentos son una herramienta fantástica para transmitir valores. Historias donde los personajes comparten y todos ganan son un recurso sencillo y muy efectivo.
Ejemplo: “El pez arcoíris”, un clásico que enseña a los niños la belleza de dar a los demás.
Qué hacer en situaciones concretas
Cuando tu hijo se niega en seco 🙅
Respira hondo y evita frases como “Eres egoísta”. Mejor di:
- “Ahora no quieres compartir. Está bien. Vamos a pensar en otra opción”.
Esto evita etiquetas negativas y abre la puerta a la negociación.
Cuando hay conflictos con hermanos 👧👦
El conflicto es natural y también es una oportunidad de aprendizaje.
- Haz de mediador, no de juez.
- Pregunta: “¿Cómo podemos resolverlo para que ambos estéis contentos?”.
Cuando juega con niños fuera de casa
Explícale antes lo que va a ocurrir:
- “Hoy vienen tus primos. Habrá juguetes que todos podremos usar, pero si hay alguno que no quieres prestar, puedes guardarlo antes”.
De esta manera, evitas disgustos y le enseñas a anticiparse.
Lo que nunca deberías hacer
- Obligar directamente: “¡Dáselo ya!”.
- Compararlo con otros niños: “Mira, tu hermana sí comparte”.
- Castigarle por no compartir: eso solo genera resentimiento.
- Usar la culpa: “Si no compartes, nadie querrá jugar contigo”.
Estas frases minan la autoestima y no enseñan a compartir de verdad.
Beneficios a largo plazo de no obligar a compartir
Cuando acompañas el aprendizaje en lugar de imponerlo, tu hijo desarrolla:
- Empatía real: entiende cómo se sienten los demás.
- Generosidad auténtica: comparte porque quiere, no porque se lo mandan.
- Autonomía y seguridad: aprende a decidir sobre sus cosas.
- Relaciones sanas: jugar se convierte en un espacio de confianza, no de lucha de poder.
Recursos y actividades prácticas para fomentar la generosidad
Juegos cooperativos 🎲
Elige juegos donde todos ganan juntos en lugar de competir entre sí. Esto refuerza la idea de colaboración.
El “banco del compartir”
Crea un bote en casa donde cada vez que alguien comparta algo (un tiempo, un juguete, una ayuda) se mete una ficha. A final de la semana podéis ver cuántas fichas habéis conseguido como familia.
Role play en casa
Juega a intercambiar objetos y turnos de forma divertida. Puedes hacer teatro con muñecos para representar cómo se sienten al compartir o no hacerlo.
Sembrar hoy para cosechar mañana 🌱
Enseñar a los niños a compartir sin obligarlos requiere paciencia, respeto y coherencia. No se trata de que den lo suyo porque sí, sino de que entiendan el valor de hacerlo desde el corazón.
Recuerda: tu hijo no aprenderá a compartir de la noche a la mañana, pero con acompañamiento positivo, irá desarrollando la empatía y la generosidad de manera natural. Y esos aprendizajes, cuando se adquieren así, duran toda la vida.