Hay personas que aunque no se lo pidan ayudan y protegen a los demás en exceso. Esta sobreprotección impide que la persona protegida no pueda desarrollar su propia personalidad y que sea incapaz de tomar sus propias decisiones en la vida.
Las personas que padecen este síndrome de Wendy, salvan, ayudan y protegen a los demás, sin necesidad de hacerlo, para cubrir de forma inconsciente aspectos afectivos propios (cariño y reconocimiento) o por mensajes que recibieron en su infancia del tipo: los otros están peor que tú, tienes que ayudarles o complaciendo a los demás serás más querido.
Suelen establecer relaciones simbióticas con los demás, asumiendo responsabilidades que les corresponden a los otros y olvidando las que si deberían preocuparle.
Además de “salvadores” también son “victimas” haciendo reproches de cómo cuidan o se sacrifican por el otro.
Las personas con el síndrome de Wendy, suelen tener baja autoestima, ser pesimistas y es muy posible que sus relaciones familiares y sociales no sean buenas.
Suele darse más en mujeres y estos comportamientos se van trasmitiendo de madre a hija. La madre cuida y protege exageradamente a su hijo o hija impidiendo que sea autónomo y pretendiendo que viva con ella el resto de su vida.
Para superar este síndrome lo primero es aceptar que se tiene y comprender que se está anulando a la otra persona. Hay que permitir que los hijos, familiares, pareja tengan su espacio e independencia.
En el caso de tener hijos pequeños, se les debe ir dando responsabilidades adecuadas a su edad. También es necesario que tengan sus propios amigos, vayan de campamento u otro tipo de actividades que sí los ayudarán en su correcto desarrollo y autonomía.
Los que sufren este síndrome deben comenzar a pensar en ellos mismos. Aumentar su autoestima. Realizar actividades al margen de la familia, pareja, amigos… Dos o tres veces a la semana. Es decir, dedicarse tiempo.
Test: ¿Tengo una personalidad Wendy?
Contesta a estas preguntas y puntúa de la siguiente manera:
Sí, siempre: 3 puntos.
A veces: 1 punto.
No, nunca: 0 puntos.
- Creo que muchas personas te tienen que estar agradecidas por todo lo que haces por ellas.
- Soy más sumisa que rebelde.
- Tengo miedo a ser muy dura con los demás.
- Aunque no me lo pidan, siempre ayudo.
- Pienso que los hijos deben recibir ayuda y tutela durante toda su vida.
- Me hubiera gustado ser misionera o dedicar mi vida a ayudar en alguna ONG.
- Me encanta ocuparme de las tareas del hogar, es lo normal como ama de casa que soy.
- Me siento mal si no me sacrifico por los demás.
- Desearía que mis hijos fueran siempre pequeños.
- Tengo muy claro lo que está bien y lo que está mal en los diferentes aspectos de la vida.
De 0 a10 puntos: No tienes el síndrome de Wendy.
De 11 a 20 puntos: Debes ocuparte un poco más de ti.
De 21 a 30 puntos: Sobreproteges en exceso. Piensa en ti, dedícate tiempo y sube esa autoestima.