ojos secos

Síndrome del ojo seco

El síndrome del ojo seco, o enfermedad del ojo seco, es una condición común que se presenta cuando los ojos no producen suficientes lágrimas o cuando las lágrimas se evaporan demasiado rápido.

Esto hace que los ojos se sequen y se pongan rojos, inflamados e irritados.

El síndrome del ojo seco también se conoce como queratoconjuntivitis sicca, o simplemente "ojos secos".

Síntomas del síndrome del ojo seco

Los síntomas del síndrome del ojo seco son leves para la mayoría de las personas, aunque los casos más graves pueden ser dolorosos y llevar a complicaciones.

Los síntomas generalmente afectan ambos ojos y con frecuencia incluyen:

  • Sensaciones de sequedad, resentimiento o dolor que empeoran a lo largo del día.
  • Ardor y ojos rojos.
  • Párpados pegados al despertar.
  • Visión borrosa temporalmente, que generalmente mejora cuando parpadeas.
  • Algunas personas también pueden tener episodios de ojos llorosos, que pueden ocurrir si el ojo intenta aliviar la irritación produciendo más lágrimas.

Cuándo obtener asesoramiento médico

Vea a su médico si tiene síntomas persistentes pero leves del síndrome del ojo seco.

Puede examinarlo para verificar si el problema es causado por una condición subyacente, o pueden derivarlo a un especialista en ojos.

¿Qué causa el síndrome del ojo seco?

El síndrome del ojo seco puede ocurrir cuando el complejo proceso de producción de lágrimas se interrumpe de alguna manera. Hay muchas razones diferentes por las que esto puede suceder, aunque a menudo no se puede encontrar una sola causa identificable.

Las causas comunes incluyen:

  • Clima cálido o ventoso.
  • Uso de lentes de contacto.
  • Ciertas afecciones médicas subyacentes, como la blefaritis (inflamación de los párpados)
  • Efectos secundarios de ciertos medicamentos, incluidos los antihistamínicos, antidepresivos, bloqueadores beta y diuréticos.
  • Cambios hormonales en las mujeres, como durante la menopausia, el embarazo o mientras usa la píldora anticonceptiva.
  • Aunque la condición puede afectar a personas de cualquier edad, sus probabilidades de desarrollar síndrome del ojo seco aumentan a medida que envejece.

Se estima que hasta 1 de cada 3 personas mayores de 65 años experimenta problemas con los ojos secos.

El síndrome del ojo seco es más común en mujeres que en hombres.

Cómo se trata el síndrome del ojo seco

El síndrome del ojo seco no suele ser una condición grave. Los síntomas a menudo se pueden aliviar con medidas de autoayuda como:

  • Evitar ambientes calientes, ahumados o polvorientos.
  • Usar gafas de sol para proteger los ojos.
  • Mantener los ojos y párpados limpios.
  • Incluir grasas omega-3 (que se encuentran en ciertos tipos de pescado) en su dieta.

Si sus síntomas persisten o son más graves, hay varios tratamientos disponibles, que incluyen:

  • Gotas para los ojos, geles o pomadas para lubricar los ojos (están disponibles en farmacias sin receta)
  • Medicamentos para reducir cualquier inflamación.
  • Si es necesario, cirugía, para evitar que las lágrimas se drenen fácilmente.

Si el síndrome del ojo seco es causado por una afección subyacente, el tratamiento de esta afección generalmente ayuda a aliviar los síntomas.

Problemas adicionales

Aunque el síndrome del ojo seco puede ser incómodo, generalmente no causa ningún problema grave. Las 2 principales complicaciones asociadas con el síndrome del ojo seco son:

  • Conjuntivitis: inflamación de la conjuntiva, la capa transparente de células que cubre la parte blanca del globo ocular y las superficies internas de los párpados; La mayoría de los casos son leves y no necesitan tratamiento específico.
  • Inflamación de la córnea: en casos raros, el síndrome del ojo seco no tratado puede dañar la superficie de la córnea (queratitis); este daño puede hacer que la córnea sea vulnerable a la ulceración e infección, lo que podría amenazar su vista

Consulte con su médico, o vaya a su centro de urgencias más cercano inmediatamente si tiene alguno de los siguientes síntomas, ya que podrían ser un signo de una afección más grave:

  • Extrema sensibilidad a la luz (fotofobia).
  • Ojos muy dolorosos o rojos.
  • Deterioro en su visión.