Hematoma subdural: causas, síntomas y tratamiento

Un hematoma subdural es un coágulo de sangre que se forma entre las capas de las cubiertas protectoras del cerebro (meninges), cuando las venas se desgarran como resultado de un movimiento repentino del cerebro contra el cráneo. Suele estar provocada por algún tipo de golpe directo en la cabeza como consecuencia de una caída, un asalto o un accidente de tráfico. En los ancianos, una lesión en la cabeza relativamente leve puede ser suficiente para producir sangrado.

El cerebro

El cerebro controla y coordina las funciones corporales de forma consciente e inconsciente. Está protegido principalmente por el cráneo, que actúa como primera barrera. El cráneo funciona muy bien como barrera, pero el cerebro también necesita amortiguación desde el interior del cráneo. De lo contrario, incluso el más mínimo impacto en la cabeza podría hacer que el cerebro golpeara el interior del cráneo, provocando graves daños.

Las meninges

Un sistema de cubiertas protectoras del cerebro, llamado meninges, proporciona la protección necesaria. Las meninges se dividen en tres capas separadas:

  • Pia mater – Piamadre - más cercana al cerebro.
  • Materia aracnoidea - encima de la piamadre.
  • Dura mater - Duramadre: encima de la aracnoides y al lado del cráneo.

Aunque la función principal de las meninges es proteger el cerebro, también contienen vasos sanguíneos. Estos vasos sanguíneos pueden romperse como resultado de una lesión.

Tipos de hematoma subdural

Hay tres tipos principales de hematoma subdural:

  • Agudo: se desarrolla dentro de las 24 horas posteriores al trauma inicial.
  • Agudo sobre crónico (subagudo): se desarrolla entre dos y diez días después del trauma inicial.
  • Crónico: se desarrolla 10 días después del trauma inicial.

Los síntomas del hematoma subdural

Los síntomas dependen de la gravedad del sangrado, pero pueden variar desde un dolor de cabeza hasta la muerte. Pueden incluir:

  • Dolor de cabeza intenso.
  • Letargo.
  • Confusión.
  • Habla arrastrada.
  • Alteraciones visuales.
  • Debilidad de las extremidades.
  • Náuseas y vómitos.
  • Rigidez en el cuello.

Si ocurre algún síntoma inusual después de un golpe en la cabeza, consulta a tu médico de inmediato.

Diagnóstico de hematoma subdural

Si no se trata, un hematoma subdural puede crecer y presionar el cerebro. La presión sobre el cerebro puede ser dañina. Esta presión fuerza al cerebro contra el cráneo, causando daño al cerebro y obstaculizando la capacidad del cerebro para funcionar correctamente. Esta incapacidad para funcionar correctamente puede provocar daños cerebrales duraderos o, si no se trata, la muerte.

Las pruebas que generalmente se usan para diagnosticar un hematoma subdural son:

  • Tomografía computarizada - tomografía computarizada.
  • Imagen de resonancia magnética: resonancia magnética.

Tratamiento del hematoma subdural

Las posibles opciones de tratamiento incluyen:

  • Conservador: si la hemorragia subdural es demasiado pequeña para operar y no está causando daño al cerebro, el neurocirujano puede desaconsejar el drenaje quirúrgico de la hemorragia. Se lleva a cabo una observación cuidadosa durante un período de tiempo específico para garantizar que no haya más sangrado.
  • Quirúrgico: si la hemorragia está causando daño al cerebro, se requiere una intervención quirúrgica. Un neurocirujano realiza este procedimiento cortando un orificio en el cráneo para proporcionar acceso al cerebro. Esto es necesario para reparar cualquier vaso sanguíneo roto y para eliminar el coágulo de sangre. Una vez finalizada la operación, se reemplaza el hueso, se suturan el músculo y la piel y se coloca un drenaje dentro del cerebro para eliminar el exceso de sangre que quedó de la cirugía.

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