ansiedad

La ansiedad es una experiencia diaria, ya que es una advertencia interna de amenaza potencial que ayuda al individuo a prepararse para enfrentar el peligro. Cualquier amenaza alerta al sistema nervioso autónomo para que active la respuesta típica de huida y defensa. Como resultado, una gran cantidad de sustancias químicas se vierten en la sangre y cambian la forma en que funciona el cuerpo. La frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria se disparan y el flujo de sangre a los músculos aumenta para que estén listos para la acción en cualquier momento.

Sin embargo, estos mecanismos también pueden descontrolarse y causar un trastorno. En tales situaciones, pueden producirse ataques de pánico o ataques de ansiedad, que provocan intensas sensaciones de miedo y síntomas físicos, como latidos cardíacos rápidos, mareos, tensión muscular, etc.

Si bien esos síntomas generalmente disminuyen en un período corto, pueden persistir durante hasta 30 minutos o incluso más en casos raros, seguidos de fatiga y debilidad física y emocional. A menudo las personas no pueden predecir cómo o cuándo comenzará el ataque, lo que gradualmente comienza a encerrarlos en el aislamiento y el miedo.

Causas de la ansiedad

Los trastornos de ansiedad son una condición común. La causa más común se cree que es genética. Los factores de estrés tienden a agravar y precipitar la condición en algunos pacientes.

Desencadenantes de la ansiedad

La causa exacta de los trastornos de ansiedad es desconocida. Sin embargo, las investigaciones ha identificado ciertos factores desencadenantes.

Las causas de los trastornos de ansiedad se pueden resumir de la siguiente manera:

  • Genes: los genes heredados pueden determinar la propensión a desarrollar trastornos de ansiedad.
  • Sexo: las mujeres son más propensas a los trastornos de ansiedad que los hombres.
  • Los trastornos de ansiedad también pueden ser desencadenados por un evento particularmente estresante.

Esto se observa en pacientes con trastorno de estrés postraumático (TEPT). Una experiencia traumática (por ejemplo, abuso sexual o físico en el pasado) puede provocar temores y ansiedad más adelante en la vida.

Algunas drogas de abuso como las anfetaminas, el LSD o el éxtasis e incluso el café pueden provocar ataques de ansiedad.

Una experiencia significativa como la pérdida de trabajo, el embarazo o el traslado de una casa puede provocar la precipitación por ansiedad.

Los trastornos de ansiedad se deben a un desequilibrio de ciertos químicos en el cerebro. En realidad, son mensajeros químicos que transportan información dentro del cerebro y se llaman neurotransmisores.

Dos neurotransmisores que se relacionan con los trastornos de ansiedad son la serotonina y la noradrenalina.

El desequilibrio de estos neurotransmisores conduce a ciertos cambios y manifestaciones físicas y anímicas.

El problema más común es serotonina baja y noradrenalina alta.

La interrupción del sistema de ácido gamma-aminobutírico (GABA) en el cerebro es otra causa subyacente de los trastornos de ansiedad.

Síntomas de ansiedad

Los trastornos de ansiedad se caracterizan principalmente por preocupación, angustia y tensión. Esto puede conducir a trastornos en la concentración, el sueño y el funcionamiento regular social y relacionado con el trabajo.

Los síntomas varían de una persona a otra y generalmente se desarrollan lentamente. Los síntomas pueden ser físicos o psicológicos.

El síntoma principal generalmente está relacionado con la salud física. Esto es común en pacientes con ataques de pánico. Estos pacientes sufren ataques repentinos de ansiedad con dolor en el pecho, mareos, sofocos o escalofríos, asfixia, palpitaciones, náuseas, dolor abdominal, sensación de "muerte inminente", dificultad para respirar, temblores, sudoración, etc.

  • Síntomas psicológicos

Los síntomas psicológicos incluyen dificultad para concentrarse, cansancio y fatiga, irritabilidad, dificultad para quedarse y permanecer dormido, mareos y vértigo e inquietud y nerviosismo en general.

Hay una sensación de temor o "muerte inminente" y una sensación de estar constantemente en el "límite".

  • Síntomas físicos

Los síntomas físicos de los trastornos de ansiedad incluyen palpitaciones, dolores de cabeza, trastornos estomacales como náuseas y diarrea, opresión en el pecho, disnea, sudoración, temblores, debilidad muscular, etc.

Puede haber somnolencia, sensación de hormigueo, boca seca, sed excesiva, micción frecuente, períodos dolorosos y/o irregulares.

  • Preocupación o tensión

Constante preocupación o tensión que dura al menos 6 meses.

Los trastornos de ansiedad social se caracterizan por el miedo y la ansiedad en el entorno social y la evitación de las interacciones con las personas.

Las preocupaciones pueden pasar de una causa a otra como la familia, las relaciones, los problemas de trabajo, las finanzas, la salud u otros problemas. La mayoría de las veces pueden ser triviales.

Síntomas del TOC

El TOC o trastorno obsesivo compulsivo se manifiesta como acciones repetidas para reducir la ansiedad que surge de una obsesión, que puede ser una idea recurrente o intrusiva, preocupación o pensamiento.

Por ejemplo, limpieza o lavado repetidos debido a preocupaciones sobre la contaminación.

Síntomas de (TEPT)

Las personas con trastornos de estrés postraumático pueden sufrir ataques de pánico repentinos o ansiedad generalizada constante.

Tratamiento de la ansiedad

Los trastornos de ansiedad pueden ser angustiosos y a menudo pueden necesitar terapia.

La parte más importante del tratamiento de esta condición es la educación del paciente. Las pautas especialmente para los trastornos de pánico, donde el paciente puede sufrir ataques repentinos sin previo aviso, también recomiendan educación para la familia. Los síntomas de un ataque de ansiedad pueden parecer similares a un ataque cardíaco u otras dolencias médicas. Los pacientes y la familia deben ser educados con respecto a estos síntomas.

Si se presenta una afección médica como presión arterial alta, frecuencias cardíacas y ritmos irregulares o tiroides hiperactiva, puede ser necesario un tratamiento médico adecuado.

El tratamiento incluye psicoterapia y manejo con medicamentos. El objetivo de la terapia es garantizar que el paciente funcione adecuadamente en su vida cotidiana.