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La celebración del Día de Acción de Gracias es una tradición muy arraigada en los Estados Unidos. Muchas familias se reúnen en torno a una gran mesa para compartir un banquete de platos típicos de la época. Pero en un pequeño pueblo, la familia Johnson ha decidido celebrar el Día de Acción de Gracias de una manera diferente. Su objetivo es agradecer a su comunidad y compartir su generosidad con los demás. Acompáñanos en esta historia y descubre cómo la familia Johnson cambió el significado de esta festividad en su pueblo.

El Día de Acción de Gracias de la Familia Johnson

Había una vez, en un pequeño pueblo en medio de la nada, una familia muy especial. Eran los Johnson, y cada año celebraban el Día de Acción de Gracias de una manera muy diferente. No se reunían en la mesa para compartir un gran banquete, ni preparaban grandes platos para compartir con sus vecinos. En cambio, ellos se dedicaban a hacer algo para agradecer a su comunidad.

Este año, la familia Johnson había planeado algo muy especial. Durante meses habían estado cultivando verduras y hortalizas en su jardín, y ahora tenían suficientes para compartir con todos. Decidieron preparar una gran cena en el parque del pueblo, y servir a todos los vecinos que quisieran unirse a ellos.

El día de Acción de Gracias amaneció con un sol radiante y una brisa fresca que anunciaba la llegada del invierno. La familia Johnson se levantó temprano y comenzó a preparar la cena en el parque. Montaron mesas y sillas, pusieron flores y decoraciones festivas, y comenzaron a cocinar los platos que habían preparado con tanto esmero.

Mientras tanto, la noticia se había extendido por todo el pueblo. Los vecinos se habían enterado de la cena que la familia Johnson iba a ofrecer, y muchos comenzaron a llegar al parque para ayudar en lo que pudieran. Algunos trajeron platos de comida, otros ayudaron a montar las mesas y sillas, y otros más se ofrecieron a ayudar a servir la comida.

Finalmente, todo estaba listo. La familia Johnson se puso detrás de las mesas, y comenzó a servir a los vecinos que se habían acercado. Había una gran variedad de platos: ensaladas frescas, sopas calientes, guisos sabrosos, y postres deliciosos. Todos los vecinos estaban encantados, y disfrutaron de la comida y la compañía.

Mientras la gente comía, la familia Johnson comenzó a hablar con sus vecinos. Les agradecieron por ser una comunidad tan amable y acogedora, y les explicaron que querían hacer algo para agradecerles. Los vecinos, conmovidos por el gesto, comenzaron a contar sus propias historias de agradecimiento. Algunos agradecieron por la salud de sus familias, otros por la oportunidad de vivir en un lugar tan hermoso, y otros más por las amistades que habían hecho en el pueblo.

Finalmente, la cena llegó a su fin. La familia Johnson comenzó a recoger las mesas y sillas, mientras que los vecinos ayudaban a limpiar el parque. Todos estaban felices y satisfechos, y se fueron a casa con el corazón lleno de gratitud y alegría.

Esa noche, la familia Johnson se sentó a la mesa en su propia casa, con una cena mucho más modesta que la que habían compartido con sus vecinos. Sin embargo, estaban felices y agradecidos por haber podido hacer algo por su comunidad. Se dieron cuenta de que el Día de Acción de Gracias no se trataba de comida o regalos, sino de agradecer por todo lo que tenían, y de compartir esa gratitud con los demás.

Desde ese día, la familia Johnson comenzó a celebrar el Día de Acción de Gracias de la misma manera. Cada año, cultivaban más verduras y hortalizas en su jardín, y preparaban una cena para compartir con sus vecinos. Con el tiempo, la cena se convirtió en una tradición en el pueblo, y todos esperaban con ansias el día en que la familia Johnson abría sus puertas para compartir su generosidad y gratitud.

La familia Johnson se convirtió en un ejemplo para los demás, y muchas otras familias comenzaron a hacer algo similar en sus propias comunidades. Así, el Día de Acción de Gracias se convirtió en una fiesta de compartir y agradecer, en lugar de una fiesta de comer y recibir.

Y así fue como la pequeña familia Johnson, con su humilde jardín y su gran corazón, cambió el significado del Día de Acción de Gracias en su pueblo. Con su ejemplo, enseñaron a todos que la verdadera gratitud no se trata de lo que tenemos, sino de lo que podemos dar.

FIN.

©MenudosPeques

La familia Johnson nos enseña que la gratitud es una actitud que va más allá de la comida y los regalos. Se trata de reconocer la bondad de los demás y agradecer las pequeñas cosas de la vida. Su humilde jardín y su gran corazón son una prueba de que, con generosidad y solidaridad, podemos cambiar la forma en que celebramos las fiestas y transformarlas en una oportunidad para compartir y ayudar a los demás. En este Día de Acción de Gracias, recordemos la historia de la familia Johnson y demos gracias por las personas que nos rodean y por todas las bendiciones que recibimos cada día.

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