
El momento del parto está cargado de emoción, expectativas, miedos y muchas preguntas. ¿Dolerá demasiado? ¿Podré “parir sin epidural”? ¿Qué pasa si termina siendo una cesárea? ¿Y si algo no sale como esperaba?
Parte de la confusión proviene de la coexistencia de discursos sanitarios, culturales y emocionales. A nivel sanitario, existe un deseo creciente por promover el parto respetado (o humanizado): que la mujer tenga voz, opciones y que las intervenciones se realicen solo cuando sean necesarias. Pero también hay realidades clínicas: Muchas decisiones no dependen solo de tus deseos, sino del estado de salud del feto, de la madre y del progreso del trabajo de parto.
Además, los datos muestran discrepancias notables: Mientras la OMS (Organización Mundial de la Salud) históricamente ha sugerido que la tasa ideal de cesáreas no debe exceder un 10–15 % de los partos, en muchos países —incluido España— esas cifras están claramente por encima.
Por otro lado, en España se ha evidenciado que los hospitales privados tienen una tasa de cesáreas sustancialmente mayor que los públicos: Por ejemplo, en 2022, la sanidad pública registró un 22,4 % de cesáreas frente a un 34,5 % en la privada. También se ha documentado que los hospitales privados tienden a intervenir más ante situaciones límite o pueden ceder ante solicitudes maternas de intervención (aunque no siempre con un respaldo clínico).
Por eso, este artículo no pretende “dictar” qué es lo mejor, sino ayudarte a entender las opciones (y sus matices) para que puedas dialogar mejor con tu equipo sanitario y tomar decisiones informadas.
Parto natural (vaginal): Qué es, deseos vs realidad
¿Qué entendemos por parto “natural”?
Cuando hablamos de parto natural, nos referimos habitualmente a un parto vaginal en el que se minimizan las intervenciones (sin epidural, sin instrumentos, sin cesárea). Pero en la práctica, casi ningún parto es totalmente “libre de intervenciones”: Puede haber monitoreo fetal, control de la dilatación, rotura de membranas, etc.
Otra forma de verlo es que el parto natural busca respetar la fisiología del parto: Que el proceso avance espontáneamente sin aceleraciones innecesarias, y que las intervenciones (episiotomía, uso de fórceps, cesárea) se realicen solo si hay indicación médica.
Ventajas del parto vaginal
Algunos de los beneficios que suelen mencionarse (cuando el parto evoluciona dentro de lo esperado) son:
- Menor tiempo de recuperación materna: la madre suele estar más activa rápidamente.
- Menor riesgo de complicaciones asociadas a cirugía (infecciones, sangrado, trombosis, adherencias).
- Inicio más fácil de la lactancia (no siempre, pero frecuentemente se favorece el contacto piel con piel más pronto).
- Para el bebé, el paso por el canal del parto ayuda a movilizar líquidos pulmonares y regular la respiración.
- Satisfacción psicológica cuando la madre siente que “ha participado” activamente.
Sin embargo, estas ventajas dependen de que no surjan complicaciones y de que el parto esté bien gestionado.
Limitaciones o riesgos
No todos los partos vaginale evolucionan sin complicaciones. Algunas de las posibles situaciones adversas son:
- Prolongación excesiva del trabajo de parto (cuando la dilatación o el expulsivo se estancan).
- Dificultades del bebé (alteraciones en el ritmo cardiaco) que requieran intervención urgente.
- Uso de instrumentos (fórceps, ventosa, espátula) si el bebé no progresa.
- Desgarros perineales o necesidad de episiotomía.
- Fatiga de la madre, sobre todo si el parto se prolonga mucho.
Además, ciertos escenarios obligan a no intentar parto vaginal (o restringirlo): Embarazo con complicaciones, posición fetal anómala (por ejemplo de nalgas) o riesgo para la madre o el bebé.
Parto vaginal tras cesárea
Un tema que genera muchas preguntas es si tras una cesárea previa es posible tener un parto vaginal (“VBAC”, por sus siglas en inglés: Vaginal Birth After Cesarean). Sí, en muchos casos es factible, si se cumplen ciertos criterios (tipo de sutura, motivo original de la cesárea, estado uterino, número de cesáreas previas, etc.). Un estudio español resaltó que la tasa de éxito de parto vaginal tras una cesárea anterior sigue siendo “buena”, aunque se observó un descenso durante los primeros meses de la pandemia (pero que luego se estabilizó).
Pero no siempre es posible ni recomendable, y debe evaluarse cada caso.
Epidural: Cómo funciona, ventajas, riesgos y límites
¿Qué es la anestesia epidural y cómo se aplica?
La anestesia epidural es una técnica de analgesia regional que bloquea las señales de dolor en la parte inferior del cuerpo sin producir una pérdida total de consciencia. Se administra mediante una punción en la región lumbar (usualmente entre las vértebras L3-L4) en el espacio epidural, fuera de la duramadre.
El procedimiento se suele aplicar cuando el trabajo de parto ya ha comenzado, con contracciones regulares, y cuando la mujer ha alcanzado una dilatación de unos 3–4 centímetros (o el punto en que se considere adecuado). Esto se hace para evitar que la anestesia interfiera demasiado con la dinámica inicial del parto.
Una vez colocada, la epidural se puede ajustar mediante un catéter para proporcionar dosis adicionales de anestesia según la necesidad durante el parto.
Ventajas de la epidural
- Alivio efectivo del dolor: es una de las herramientas más potentes para manejar el dolor del parto.
- Participación consciente: la madre permanece despierta, puede presenciar el nacimiento, sentir presión, colaborar en el expulsivo.
- Flexibilidad: puede ajustarse la dosis según el progreso del parto.
- Seguridad si se requiere cesárea de urgencia: al estar ya anestesiada la zona inferior, si el parto vaginal no avanza o surge urgencia fetal, muchas veces ya no es necesario poner anestesia general (con sus riesgos).
- Descanso físico: permite ahorrar fuerzas si el parto se alarga mucho.
Riesgos, efectos secundarios y limitaciones
Aunque la epidural es segura en la gran mayoría de los casos, no está exenta de posibles efectos y riesgos:
- Descenso de la presión arterial: es uno de los más comunes, y puede afectar la perfusión del bebé si no se monitoriza bien.
- Dolores de cabeza post-punción dural: si la aguja perfora la duramadre por error, puede provocar fuga de líquido cefalorraquídeo y cefaleas intensas.
- Dificultad para empujar: si bloquea demasiado los nervios motores, empujar de forma eficaz puede complicarse.
- Pérdida de movilidad: mientras dure el efecto, puede limitar el movimiento de las piernas.
- Complicaciones raras: infección, hematoma epidural, daño nervioso permanente (muy raro).
- No es infalible: en algunos partos, puede no proveer analgesia suficiente, o el dolor puede persistir en zonas no bien cubiertas por la anestesia.
Un estudio en España que comparó partos vaginales con epidural frente a sin epidural observó que, en primíparas con epidural, el período de dilatación fue más largo en promedio (320 min frente a 209 min para las que no usaron). Eso indica que la epidural puede ralentizar un poco el progreso del parto, aunque no necesariamente llevar a cesárea.
Limitaciones prácticas
No en todos los hospitales o momentos puede aplicarse la epidural: depende de la disponibilidad de anestesistas, de personal de enfermería, de la capacidad de vigilancia materno-fetal, etc. Por ejemplo, se ha denunciado que en un hospital de Málaga una mujer no recibió la epidural que había solicitado por falta de personal.
También hay debates éticos si la epidural se utiliza de forma rutinaria o presionada, sin respetar tiempos fisiológicos y sin la participación activa e informada de la mujer.
Cesárea: Cuándo, cómo y qué implicaciones tiene
¿Qué es una cesárea?
La cesárea es una intervención quirúrgica que consiste en abrir el abdomen (incisión en piel, tejidos y útero) para extraer al bebé y la placenta. Suele realizarse con anestesia regional (epidural o raquídea), lo que permite que la madre esté despierta. En situaciones urgentes o no previstas, puede recurrirse a anestesia general.
Se planifica cuando existen indicaciones médicas, aunque en algunos casos se programa electivamente (a petición materna, con criterios clínicos).
Indicaciones típicas de cesárea
Las principales razones por las que se programa una cesárea son:
- Embarazo múltiple complicado
- Presentación fetal no favorable (por ejemplo, de nalgas no viable para parto vaginal)
- Distocia de parto: cuando el feto no progresa por el canal vaginal
- Sufrimiento fetal: signos de que el bebé no tolera bien el trabajo de parto
- Placenta previa o placenta que obstruye el canal
- Problemas en la madre: enfermedades obstétricas (placentarias, hipertensión grave, infecciones activas como herpes genital, ciertas condiciones quirúrgicas previas)
- Cesárea previa (dependiendo del tipo de herida y condiciones)
- Malformaciones fetales que contraindiquen el paso por el canal vaginal
Cada caso debe evaluarse con criterios clínicos y la menor intervención posible.
Ventajas y riesgos
Ventajas:
- Permite resolver situaciones de riesgo para la madre o el bebé de forma más controlada
- Evita un parto vaginal fallido o las complicaciones graves de un parto prolongado
- En una cesárea programada, ofrece previsibilidad
Riesgos y complicaciones:
- Infección del sitio quirúrgico o de la matriz
- Hemorragia
- Lesiones a órganos cercanos (vejiga, intestino)
- Mayor dolor postoperatorio
- Trombosis más probable en recuperación
- Riesgo anestésico (menor con epidural, pero presente)
- Adhesiones internas que pueden afectar embarazos futuros
- Mayor recuperación y estancia hospitalaria
Las estadísticas muestran que las cesáreas tienen un riesgo materno más elevado que los partos vaginales, aunque en general son seguras cuando se realizan en entornos adecuados.
Cesárea humanizada
Un enfoque reciente y valorado es la cesárea humanizada (o centrada en la mujer): consiste en hacer la intervención de forma respetuosa, promover el contacto temprano con el bebé (piel con piel si es posible), permitir la presencia de un acompañante y cuidar aspectos emocionales.
En España se ha comenzado a implementar esta práctica: Por ejemplo, el Hospital Lluís Alcanyís en Xàtiva (Comunidad Valenciana) realizó su primera cesárea acompañada para humanizar ese momento.
¿Qué porcentaje de partos son cesáreas en España?
Según datos publicados, en España cerca del 25 % de los bebés nacen por cesárea. En 2021, una de cada cuatro mujeres dio a luz por cesárea.
Si bien la tasa varía mucho entre hospitales y comunidades, hay centros privados donde más del 45 % de los partos son por cesárea.
Esta disparidad geográfica y entre público/privado muestra claramente que no solo los factores clínicos influyen, sino también culturales, institucionales y de recurso.
Factores que influyen en elegir una u otra opción
- Salud materna: hipertensión, cardiopatías, diabetes, enfermedades crónicas pueden condicionar.
- Estado del bebé: tamaño, presentación, bienestar fetal.
- Progreso del parto: si el parto se estanca, si no hay dilatación o expulsivo efectivo.
- Antecedentes obstétricos: cesáreas previas, cesáreas complicadas, parto instrumental previo.
- Recursos obstétricos del hospital: disponibilidad de anestesia, equipo quirúrgico, protocolos de humanización.
- Preferencia informada de la madre: cuanto más informado esté el equipo médico con tu voluntad, mejor será la experiencia.
- Cultura hospitalaria / institucional: algunos hospitales tienen una tendencia más intervencionista que otros.
Por ejemplo, la institución privada con tasa alta de cesáreas puede favorecer la intervención ante dudas, mientras que en hospitales públicos se puede respetar más el tiempo fisiológico, aunque esto no es garantía.
Un dato clave: el uso de epidural no implica necesariamente que se derive a cesárea. Su administración es compatible con parto vaginal en la mayoría de los casos, si no surgen complicaciones.
Mitos frecuentes y realidades
Aquí desmontamos algunos mitos que suelen generar confusión:
Mito 1: “Si me pongo epidural, seguro que acabaré en cesárea”
Realidad: No es cierto. Si bien la epidural puede ralentizar el parto en algunos casos, no hay evidencia clara de que cause un aumento directo significativo de cesáreas. Muchos partos con epidural terminan por vía vaginal.
Mito 2: “Un parto natural sin epidural es mejor para el bebé”
Realidad: En condiciones normales, el paso vaginal tiene beneficios fisiológicos. Pero si el bebé no tolera el trabajo de parto o hay complicación, lo más seguro puede ser una cesárea. El “mejor” depende de la situación.
Mito 3: “Una cesárea planificada es más cómoda y sin riesgos”
Realidad: Si bien la predictibilidad es una ventaja, una cesárea sigue siendo una cirugía, con riesgos asociados y recuperación más lenta. No es “mágica ni libre de efectos”.
Mito 4: “Cuantas menos intervenciones, mejor” (a toda costa)
Realidad: En muchos casos esa filosofía es adecuada; pero “sin intervenciones” no significa “sin riesgos”. Lo ideal es la intervención justa y oportuna, no la ausencia absoluta.
Mito 5: “Si ya tuve cesárea, siempre tendré otra cesárea”
Realidad: No necesariamente. En muchos casos, con evaluación adecuada y buen seguimiento, es posible un parto vaginal tras cesárea (VBAC), aunque no siempre será seguro o recomendable.
Consejos prácticos para informarte y decidir mejor
- Haz tu plan de parto: escribe tus preferencias, qué intervención aceptarías, qué no, qué postura prefieres, quién quieres que te acompañe. Llévalo al hospital y coméntalo con tu equipo.
- Pregunta y exige explicación: cada decisión médica debe venir acompañada de una explicación comprensible.
- Infórmate del hospital: cuál es su tasa de cesáreas, su política de epidural, modelos de parto respetado. Muchos hospitales tienen estadísticas públicas.
- Ten alternativas preparadas: por ejemplo, si no puedes tener epidural, qué otras formas de analgesia hay (masajes, técnicas de respiración).
- Elige un equipo sensible al parto respetado: ginecólogos, matronas y anestesistas que respeten tus tiempos y decisiones, siempre que sean compatibles con la seguridad.
- Prepárate físicamente: ejercicios de pelvis, preparar tu cuerpo, caminar en embarazo, mejorar posición fetal.
- Prepárate emocionalmente: hablar, leer experiencias, soporte psicológico si lo necesitas.
- Sé flexible: los partos cambian. Lo que planeaste puede necesitar adaptaciones: lo esencial es el bienestar del bebé y el tuyo.
- Evalúa las cesáreas humanizadas como opción legítima cuando sean necesarias
- Consulta estudios, guías oficiales y asociaciones de pacientes para estar bien informada.
No hay una única “mejor” vía de parto para todas las mujeres. Cada opción —parto vaginal, con epidural o cesárea— tiene su lugar, sus ventajas y sus riesgos. Lo fundamental es que las decisiones sean informadas, respetadas y ajustadas a cada situación clínica.
El objetivo ideal es que cada parto pueda desarrollarse con el menor número posible de intervenciones, pero que estén disponibles todas las herramientas (analgesia, cesárea) cuando sean realmente necesarias. Desmitificar significa reconocer que no todo depende de tu voluntad, pero sí que tu voz importa.
Referencias y lecturas recomendadas
- Ministerio de Sanidad, datos sobre cesáreas y partos en España (2024).
- RTVE Noticias: “Datos sobre partos deshumanizados y tasas de cesáreas”.
- Elsevier España: Clínica e Investigación en Ginecología y Obstetricia.
- Clínica Universidad de Navarra: “Anestesia epidural”.
- El Confidencial, El Diario, El País (2024–2025).
- Hospital Lluís Alcanyís, Xàtiva (2025).