Alcalosis metabólica durante el embarazo: ¿Es grave?

¿Qué pasa si tengo Alcalosis metabólica durante el embarazo?

Cuando los médicos dicen que alguien tiene alcalosis metabólica, se refieren a que el pH de los tejidos corporales de la persona es superior a 7,45. El pH normal de la mayoría de los tejidos corporales oscila entre 7,35 y 7,45, pero diversas situaciones pueden provocar alcalosis. A diferencia de lo que hayas oído decir a la gente que promueve la llamada dieta alcalina para elevar el pH, el principal control del pH en todo el cuerpo proviene de los riñones y los pulmones. Los riñones controlan la cantidad de un electrolito llamado bicarbonato (HCO3-) que permanece en el cuerpo o sale de él. Los pulmones controlan la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que sale del cuerpo y la que permanece en él. La cantidad de CO2 en el cuerpo, a su vez, controla la acidez de los tejidos corporales. Cuanto más despacio se respira, más CO2 permanece en la sangre y más ácida se vuelve la sangre. En contraste con muchos otros tejidos corporales, el pH del estómago es muy bajo, porque unas células especiales del estómago, llamadas células parietales, producen ácido para ayudar a la digestión de los alimentos. Comer alimentos más alcalinos puede ayudar a veces con las condiciones del estómago, pero no tendrá un impacto en la acidez de la sangre, porque los pulmones y los riñones están trabajando para mantener el pH dentro de ese estrecho rango y también porque los productos químicos en la sangre, llamados amortiguadores, evitan que el pH se desvíe significativamente.

Por otro lado, los problemas en el organismo pueden provocar problemas de pH, incluida la alcalosis metabólica. Esto puede ocurrir porque se retiene HCO3- o porque se elimina otro electrolito, llamado cloruro (Cl-), a través del tracto gastrointestinal o de los riñones. La eliminación de ácido a través del tracto gastrointestinal también provoca alcalosis metabólica, al igual que la excreción de demasiado ácido a través de los riñones, debido a una serie de alteraciones de electrolitos y líquidos. Ciertos medicamentos, condiciones genéticas raras, el exceso de ciertas hormonas y el consumo de demasiado calcio (como en los suplementos de calcio o la leche) también pueden causar alcalosis metabólica. Estas y otras causas pueden provocar alcalosis metabólica en las mujeres embarazadas, pero la principal razón de la alcalosis metabólica en el embarazo son los vómitos. Los vómitos, que provocan una pérdida tanto de ácido como de Cl-, pueden producirse como parte de las náuseas y vómitos comunes del embarazo, o de forma más intensa como parte de una afección denominada hiperémesis gravídica (HG). La HG es una complicación del embarazo que cursa con náuseas y vómitos intensos, así como con pérdida de peso y alteraciones electrolíticas, incluida la alcalosis metabólica, que suele ir acompañada de deshidratación. Las náuseas y los vómitos aparecen sobre todo en el primer trimestre, normalmente entre la cuarta y la sexta semana de gestación, y alcanzan su punto álgido entre la octava y la duodécima semana, mientras que la HG suele aparecer en la mitad del embarazo.

Mientras que las náuseas y vómitos comunes del embarazo pueden provocar una pérdida de ácido y cloro suficiente como para desarrollar una alcalosis metabólica, la HG tiene más probabilidades de provocar una alcalosis metabólica. Esto se debe a que la HG implica vómitos más intensos y frecuentes en comparación con las náuseas y vómitos comunes del embarazo. Por otra parte, las nauseas y vómitos afectan al 50-90 por ciento de los embarazos, mientras que la HG sólo afecta al 0,5-3 por ciento de los embarazos, y sólo una fracción de los casos de vómitos conducen a una alcalosis metabólica. Aparte de los vómitos, hay otros factores que pueden causar alcalosis metabólica o exacerbar la alcalosis desencadenada por los vómitos. Estos factores incluyen la hipopotasemia (bajo nivel de potasio), la deshidratación, la disminución del filtrado de la sangre a través de los riñones, la disminución de los niveles de cloruro, ciertos medicamentos y ciertas condiciones genéticas. También incluyen un exceso de aldosterona (una hormona que ayuda a aumentar la presión arterial al mantener el agua y el sodio en el cuerpo) y la ingestión de regaliz, que también causa presión arterial alta.

En cuanto al diagnóstico de la alcalosis metabólica, se basa en pruebas de laboratorio, pero los médicos pueden obtener pistas iniciales a partir de factores de la historia de tu enfermedad, como que hayas estado vomitando mucho o que padezcas contracciones musculares, espasmos o temblores, sensaciones de adormecimiento, aturdimiento y confusión. La evaluación de laboratorio de tu estado ácido-base requiere muestras de sangre, incluyendo una muestra de sangre estándar tomada de una vena y también sangre tomada de una arteria, normalmente la arteria radial de tu brazo, para una prueba llamada gases sanguíneos arteriales (GSA). En una GSA, se analiza el pH de la sangre, junto con las concentraciones de electrolitos y la presión de dióxido de carbono en la sangre. Los médicos prestan mucha atención a la concentración de HCO3-, que es elevada en la alcalosis metabólica. También prestan mucha atención a la concentración de potasio (K+), que suele ser demasiado baja en los casos de alcalosis.

La alcalosis metabólica puede causar diversos problemas en todo el organismo. Debido al bajo nivel de potasio que acompaña a la alcalosis metabólica, el ritmo cardíaco puede verse afectado de forma peligrosa. El sistema nervioso, los músculos y el hígado también pueden verse afectados, produciendo síntomas que incluyen contracciones musculares, espasmos o temblores, sensaciones de adormecimiento, aturdimiento y confusión. Si el sistema respiratorio está sano, compensará en parte la alcalosis metabólica disminuyendo la frecuencia respiratoria, lo que dará al bebé una buena dosis de protección. Sin embargo, si la alcalosis es grave y está presente en el momento del parto, el recién nacido puede tener alcalosis, que se manifestará en forma de respiración lenta, disminución del tono muscular y una serie de trastornos metabólicos y orgánicos que requerirán un tratamiento cuidadoso en la unidad de cuidados intensivos neonatales.

La estrategia para tratar la alcalosis metabólica consiste en tratar las causas subyacentes. Además, si es necesario, los médicos trabajarán para revertir la química que ha estado empujando el equilibrio ácido-base hacia un pH más alto de lo normal. Fuera del embarazo, esto puede lograrse con un tipo de medicamento llamado inhibidor de la anhidrasa carbónica, siendo el principal la acetazolamida. Sin embargo, el uso de la acetazolamida durante el embarazo es motivo de preocupación, ya que los estudios en animales de laboratorio muestran posibles riesgos para el feto. Hay muy pocos datos en humanos que respalden los estudios en animales de laboratorio, por lo que si la alcalosis es grave, hay casos en los que los médicos pueden administrar el medicamento durante el embarazo. Se cree que la acetazolamida no es perjudicial para las mujeres que amamantan. La reversión de la alcalosis también puede lograrse con una infusión intravenosa de ácido clorhídrico, el mismo tipo de ácido que produce el estómago y que se pierde al vomitar. La infusión debe realizarse de forma muy lenta y cuidadosa para evitar que se exceda y provoque la condición contraria, la acidosis.

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Detalles: Escrito por: Estefanía Morera; Categoría: Salud y Cuidados durante el embarazo; Última actualización: 05 Julio 2023