autoestima-infantil

Los padres y los educadores deben trabajar unidos para favorecer el desarrollo de una autoestima positiva.

Los niños y niñas viven muchas experiencias que les proporcionan alegría, satisfacción y otras que le producen estrés, ansiedad o tristeza.

Estas vivencias hacen que los niños puedan sentirse más o menos valiosos, fuertes, vulnerables, etc.

Los niños van conociendo sus debilidades y fortalezas según se van relacionando con los demás. Y de aquí parte el deseo del niño de impresionar a su familia, amigos y educadores para sentirse valorado y aceptado.

Los adultos debemos poner a los niños ante situaciones que estén a su alcance, convirtiéndose en desafíos y no en obstáculos.

Hay que tener en cuenta que:

  • Cuando se exige demasiado, se lleva al niño a la falta de confianza en sí mismo y a la inseguridad.
  • Cuando se somete, se produce miedo y retraimiento en el niño o niña.
  • La sobreprotección crea dependencia e incapacidad.

¿Cómo saber si hay una baja autoestima?

  • Suelen tener pocos amigos
  • Se desaniman
  • Culpabilizan a los demás
  • No colaboran
  • Suelen mentir
  • Tienen enfados y rabietas a menudo
  • Desean ser como otros
  • Tienen miedo a equivocarse
  • No valoran sus capacidades, habilidades y resultados
  • Complejo de inferioridad
  • Se sienten burlados

Lo que deben hacer padres y educadores para favorecer un buen desarrollo de la autoestima:

  • Respetar el ritmo de cada niño y su forma de ser.
  • Valorar el esfuerzo que realiza, independientemente de los resultados.
  • Escuchar siempre lo que tengan que decir.
  • Dejar que expresen con tranquilidad sus temores y dudas.
  • Ayudarles a mantenerse motivados.
  • Proponerles retos que no superen su nivel de desarrollo.
  • Enseñarles que de los errores siempre se aprende y que deben intentar de nuevo lo que no les salió como esperaban.
  • Proponerles situaciones donde sean ellos los que tengan que decidir, resolver y controlar sus conductas.
  • Cuando sea necesario, acudir a un profesional.