Beneficios generales de caminar y correr

Cuando se trata de ponerse en forma, dos de las opciones más sencillas y accesibles suelen ser caminar o correr. No necesitas material costoso, puedes hacerlo casi en cualquier sitio y, además, ambos ejercicios son altamente beneficiosos para la salud. Sin embargo, es normal que surja la duda: ¿Qué es mejor para mí, caminar o correr?

La respuesta no es única, porque depende de tu edad, tu condición física, tu historial de salud y, sobre todo, tus objetivos. En este artículo encontrarás una comparativa clara y actualizada para que tomes la mejor decisión. 🚶‍♀️🏃‍♂️

Beneficios generales de caminar y correr

Antes de entrar en comparaciones según edad y objetivos, conviene repasar qué beneficios aportan cada uno.

Beneficios de caminar

  • Bajo impacto: ideal para articulaciones y huesos, especialmente si tienes sobrepeso o problemas de rodillas.
  • Mejora la circulación y la salud cardiovascular: caminar a buen ritmo ayuda a reducir la presión arterial y el colesterol malo (LDL).
  • Reduce el estrés: una caminata diaria, especialmente en entornos naturales, mejora el estado de ánimo.
  • Accesible para todos: no requiere entrenamiento previo ni gran resistencia física.

Beneficios de correr

  • Quema más calorías en menos tiempo: es uno de los ejercicios más eficientes para perder peso.
  • Fortalece huesos y músculos: el impacto moderado estimula la densidad ósea.
  • Mejora la capacidad aeróbica: el corazón y los pulmones se fortalecen, aumentando tu resistencia.
  • Efecto “subidón de endorfinas”: muchos corredores lo describen como runner’s high, esa sensación de bienestar tras entrenar.

👉 Ambos son excelentes, pero tienen diferencias clave que hacen que cada uno se adapte mejor a distintos perfiles.

¿Caminar o correr según la edad?

Tu edad es un factor determinante para elegir entre caminar y correr. No significa que con cierta edad no puedas correr, pero sí conviene valorar qué es más seguro y beneficioso.

Niños y adolescentes

  • Caminar: adecuado en el día a día, pero no suele ser suficiente como ejercicio principal.
  • Correr: muy recomendable, sobre todo en juegos, entrenamientos de atletismo o deportes. Ayuda al desarrollo óseo y muscular.

👉 Lo ideal en esta etapa es alternar ambos, pero con más protagonismo del juego activo y el movimiento variado.

Adultos jóvenes (20-40 años)

  • Caminar: excelente para mantener un estilo de vida activo si trabajas muchas horas sentado.
  • Correr: perfecto para mejorar resistencia, controlar el peso y liberar estrés.

👉 Si estás sano, correr de forma regular (2-4 veces por semana) puede ser muy beneficioso. Eso sí, complementarlo con caminatas es ideal para mantener la actividad diaria.

Adultos de mediana edad (40-60 años)

  • Caminar: recomendable como base, ya que protege las articulaciones y es más fácil de mantener en la rutina.
  • Correr: sigue siendo una buena opción si ya tienes experiencia y no sufres lesiones. Eso sí, es clave cuidar la técnica y alternar con días de descanso.

👉 En esta etapa, muchos optan por power walking (caminar rápido) como sustituto de correr, con beneficios similares pero menor riesgo.

Mayores de 60 años

  • Caminar: suele ser la mejor elección. Aumenta la movilidad, previene el deterioro cognitivo y es seguro.
  • Correr: posible si has corrido toda la vida y mantienes buena salud articular y cardiovascular. Sin embargo, no se recomienda comenzar a correr de cero a esta edad.

👉 Lo ideal: caminar a diario, añadir ejercicios de fuerza ligera y, si el médico lo autoriza, trotes muy suaves en superficies blandas.

¿Caminar o correr según tu condición física?

Más allá de la edad, tu estado actual influye mucho en qué ejercicio se adapta mejor a ti.

Si tienes sobrepeso

  • Caminar es la mejor opción inicial: protege las articulaciones, ayuda a perder peso de forma segura y puedes progresar poco a poco.
  • Una vez hayas bajado peso y fortalecido músculos, puedes introducir trotes suaves o alternar caminar-correr.

Si tienes problemas articulares

  • Caminar es lo más recomendable, ya que correr puede agravar molestias en rodillas, tobillos o caderas.
  • Alternativas como la bicicleta estática o la natación también pueden ser útiles.

Si ya estás en buena forma física

  • Correr te permitirá avanzar más rápido en resistencia y quema de calorías.
  • Caminar puede ser un excelente complemento en días de recuperación o como actividad diaria para mantenerte activo.

¿Caminar o correr según tus objetivos?

Aquí es donde la decisión se vuelve más clara: depende de lo que quieras conseguir.

1. Bajar de peso

  • Correr quema más calorías en menos tiempo.
  • Sin embargo, caminar largo rato también ayuda a perder grasa de forma sostenible, especialmente si lo acompañas de buena alimentación.

👉 Estrategia ideal: combinar ambos. Por ejemplo, 2-3 días de carrera + caminatas diarias.

2. Mejorar la salud cardiovascular

  • Tanto caminar como correr reducen el riesgo de enfermedades cardíacas.
  • Caminar a paso rápido (unos 6 km/h) puede ser casi tan efectivo como correr en cuanto a salud del corazón.

👉 Si no disfrutas corriendo, no pasa nada: caminar rápido de manera constante es suficiente.

3. Ganar resistencia

  • Aquí correr es la clave. Aumenta tu capacidad aeróbica mucho más rápido.
  • Caminar es útil como base, pero si quieres correr una carrera o mejorar tu fondo, tendrás que correr.

4. Reducir el estrés y mejorar el ánimo

  • Ambos ayudan, pero de manera distinta.
  • Caminar es relajante, ideal para desconectar.
  • Correr produce un subidón de endorfinas más intenso.

👉 Elige lo que más disfrutes: lo importante es que lo mantengas en el tiempo.

¿Qué dice la ciencia?

Diversos estudios respaldan que caminar y correr tienen beneficios similares para la salud cardiovascular, siempre que el gasto energético sea equivalente. Es decir, recorrer 5 km caminando puede tener efectos parecidos a correr 5 km, aunque tardarás más.

Un estudio del Lawrence Berkeley National Laboratory concluyó que caminar a paso rápido reduce casi en la misma medida el riesgo de hipertensión, diabetes y colesterol que correr.

La diferencia clave está en la intensidad: correr mejora antes la condición física, pero también conlleva más riesgo de lesiones. Caminar, en cambio, es más sostenible a largo plazo.

Consejos prácticos para elegir y empezar

  1. Escucha a tu cuerpo 🧘‍♀️
    Si tienes molestias articulares o problemas médicos, comienza caminando.
  2. No te compares 🚫
    Lo importante no es la velocidad ni la distancia, sino la constancia.
  3. Empieza poco a poco
    • Si quieres correr: alterna caminar y correr hasta ganar resistencia.
    • Si quieres caminar: aumenta progresivamente el tiempo o la intensidad (caminar cuesta arriba, con bastones o a paso rápido).
  4. Calzado adecuado 👟
    Tanto para caminar como para correr, usa zapatillas deportivas de calidad para evitar lesiones.
  5. Constancia antes que intensidad
    Es mejor caminar 30 minutos cada día que correr una hora una sola vez a la semana.

Entonces… ¿Qué es mejor para ti?

  • Si buscas perder peso rápido, ganar resistencia o te gusta la intensidad: correr puede ser tu mejor aliado.
  • Si prefieres un ejercicio seguro, sostenible y que puedas mantener toda la vida: caminar es la opción más adecuada.
  • Si dudas: no tienes por qué elegir. Muchos expertos recomiendan una combinación: correr algunos días y caminar el resto.

Caminar y correr son dos actividades sencillas, gratuitas y con enormes beneficios para tu salud. La clave no está en cuál es “mejor”, sino en cuál se adapta mejor a ti.

Lo importante es moverse, mantenerse activo y disfrutar del proceso. Ya sea caminando por el parque o corriendo una carrera popular, lo fundamental es que encuentres una rutina que te motive y puedas mantener en el tiempo.

Así que, la próxima vez que te pongas las zapatillas deportivas, recuerda: lo importante no es si vas lento o rápido, sino que estás dando pasos hacia una vida más saludable. 🚶‍♀️🏃‍♂️💪