¿Cómo se trata una ampolla de leche?

Las ampollas de leche son un efecto secundario común de la lactancia. Se presentan en forma de dolorosos puntos blancos en la punta del pezón (similares a un grano), que son causados por la obstrucción de los poros del pezón.

Para ayudarte a volver a dar el pecho con facilidad, hemos encontrado los remedios más eficaces para aliviar el dolor de pecho.

Te ayudarán con el dolor provocado por el enganche, así como a prevenir la obstrucción de los conductos.

Las causas más frecuentes de las ampollas de leche son la succión superficial, el ángulo de lactancia incorrecto, la candidiasis mamaria y un enganche incorrecto.

Otras causas conocidas son el uso de un sujetador apretado (que irrita los pezones) o tener demasiada leche.

Todas sabemos lo difícil que puede ser dar el pecho con dolor (problemas de congestión mamaria, mastitis, exceso de leche y obstrucción de los conductos, por nombrar sólo algunos).

Muchas mujeres pasan por estos problemas después del embarazo, y una cosa es segura: ser madre es duro, pero siempre nos esforzamos y salimos fortalecidas, ¡y tú también lo harás!

Hay varios remedios caseros para las ampollas en los pezones y te traigo una lista de los que obtienen mejores resultados.

Aquí tienes todo lo que necesitas saber para curar la zona afectada, deshacerte de las ampollas del pezón de una vez por todas y asegurarte una lactancia sin dolor y cómoda.

Remedios efectivos contra las ampollas de leche

Utilizar una compresa húmeda y caliente

Cada vez, antes de empezar a dar el pecho, utiliza una compresa caliente. Basta con empapar un paño en agua caliente y escurrir todo el líquido sobrante.

El siguiente paso es aplicarlo suavemente en la zona del pezón y durante no más de 15 minutos. Y antes de empezar a dar el pecho, asegúrate de secar todo el calor húmedo de tu piel con suaves palmaditas.

Una solución de sal con agua tibia

Para ayudar a abrir los conductos de la leche, sumerge los pezones en una combinación de sal de Epsom mezclada con agua caliente.

Utiliza dos cucharaditas de sales de Epsom disueltas en agua caliente y deja que se enfríe durante un minuto.

Cuando la temperatura sea agradable, remoja tu pezón hasta cuatro veces al día, hasta que empieces a sentir que tus conductos lácteos se desbloquean y que la leche materna finalmente sale.

Masajea la zona

Proporciona a los pezones un poco de amor y cuidado. Masajea la zona afectada de forma muy suave y asegúrate de parar si sientes algún dolor.

Este masaje funciona mejor si sales directamente de la ducha o del baño.

Incluso es mejor si se aplica después de un baño de agua salina, porque es cuando la piel está más suave, que es lo que quieres.

Utilizar aceite de oliva

El aceite de oliva es un gran remedio ya que ayuda a que tus pezones se mantengan húmedos y, sobre todo, suaves y sin dolor.

Lo que debes hacer es poner un algodón empapado en aceite dentro del sujetador para que el pezón esté protegido.

La bola de algodón debe cambiarse al menos dos veces al día y debes retirar el aceite sobrante antes de empezar a dar el pecho a tu bebé.

Utilizar un sacaleches de grado hospitalario

No te alarmes si tu leche a veces parece pasta de dientes. A veces, eso puede ser el resultado de la obstrucción de los poros, lo que hará que sea mucho más difícil de extraer que la leche normal.

Si nada parece funcionar, es posible que quieras recurrir a un sacaleches que te ayude a mejorar el flujo de leche y a eliminar toda la leche espesa.

Para que el proceso sea más fácil para tu areola, considera la posibilidad de optar por un sacaleches de categoría hospitalaria.

A continuación, ve aumentando lentamente la fuerza hasta que sientas que el conducto de la leche se abre.

Reducir el dolor con pomadas calmantes

Las pomadas calmantes tendrán un efecto tranquilizador en la zona problemática del pecho. Hay muchas cremas que hacen maravillas.

Intenta comprar las que contienen caléndula y manzanilla, ya que son éxitos probados entre las nuevas mamás de todo el mundo.

Ayudan a mantener la zona húmeda al tiempo que disminuyen la sensación de incomodidad, como el picor y el dolor constantes.

También te alegrará saber que la gran mayoría de estos ungüentos están hechos pensando en la seguridad de la lactancia, ¡así que puedes estar tranquila mientras amamantas a tu pequeño! Consulta con tu médico o farmacéutico.

Prevenir la obstrucción de los conductos con suplementos de lecitina

La lecitina es una sustancia orgánica que a menudo se añade a los alimentos como emulsionante.

Existe la creencia generalizada (aunque no es un hecho científico) de que puede aumentar el contenido de ácidos grasos poliinsaturados de la leche materna y reducir la cantidad de leche pegajosa.

La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) ha considerado que la lecitina es perfectamente segura para su uso, a pesar de la evidente falta de confirmación científica de su eficacia para este fin concreto.

Una aguja estéril (aplicada por un profesional médico)

Si ninguno de los remedios mencionados te acerca a una solución respecto a tu ampolla de leche, es posible que quieras buscar asistencia médica.

Habla con un asesor de lactancia o con tu médico sobre ideas alternativas para abrir tus conductos obstruidos, como por ejemplo, utilizar una aguja estéril.

En ningún caso debes hacerlo por tu cuenta.

Sólo un profesional sanitario puede aplicarlo de forma segura y en un entorno estéril. De lo contrario, existe el riesgo de infección.

Es vital llegar al fondo de la causa subyacente de tu ampolla de leche.

Analgésicos

Si la causa del sangrado de la leche es una candidiasis o una infección bacteriana, el siguiente paso lógico debería ser buscar asistencia médica.

Llama a tu médico para que te recete un tratamiento que sea seguro tanto para ti como para tu pequeño.

Puedes tomar ibuprofeno como medicamento de venta libre, pero si necesitas algo más fuerte, un médico puede ayudarte.

Lactancia frecuente

Amamantar a tu bebé con frecuencia puede afectar positivamente al flujo de leche materna y los movimientos de tu pequeño son la mejor solución para estimular tus pezones de la forma necesaria.

Asegúrate de sujetar a tu hijo de la forma correcta para aumentar las posibilidades de reducir la ampolla de leche.

Sostén a tu bebé en un ángulo que le permita succionar la leche de la forma más eficiente posible.

Colocar compresas de hielo en los pezones entre las tomas también puede ser útil para reducir el dolor y la hinchazón causados por el ampolla de leche.

¿Cómo prevenir las ampollas de leche?

Para evitar que las ampollas de leche vuelvan a aparecer justo cuando te sientas mejor, aquí tienes las mejores opciones para evitar que se produzcan:

Acude a un asesor de lactancia

Los profesionales de la salud están ahí por una razón.

Cuando las nuevas mamás tienen problemas de enganche, no hay que avergonzarse de buscar ayuda.

A veces, eso es lo que te hará pasar el día.

Recibirás asesoramiento profesional gratuito que te beneficiará a ti y a tu bebé.

Limpia la zona después de cada toma

Para no tener que lidiar con los poros de los pezones obstruidos, simplemente limpia tus pechos de cualquier resto de leche después de las tomas.

Puedes aplicar una toallita húmeda en la zona para obtener los mejores resultados.

Bebe mucha agua

¿Sabías que mantenerte hidratada ayuda al flujo de leche? Te recomendamos que bebas al menos 8 vasos de agua al día.

Estar deshidratada es lo peor que se puede tener cuando se trata de las ampollas de leche.

Usa el sujetador adecuado

¿Qué sujetador sería, te estarás preguntando? Cualquiera que no sea demasiado ajustado o de materiales sintéticos. ¿Por qué? Porque irritan mucho la piel y favorecen la formación de ampollas de leche.

Trata los problemas de candidiasis inmediatamente

Si tienes una infección en el pecho, no debes esperar. Consulta a un médico lo antes posible si quieres evitar complicaciones adicionales (como si las ampollas no fueran suficientes).

¿Cuándo deberías ir al médico?

Aunque en la mayoría de los casos, las ampollas de leche pueden solucionarse con los remedios antes mencionados, hay ocasiones en las que es necesario buscar ayuda profesional.

¿Pero cuándo es eso?

  • Cuando las ampollas te causan un dolor casi insoportable.
  • Cuando están dificultando de forma imposible la lactancia de tu bebé.
  • Si observas signos de una posible infección (escalofríos, fatiga, hinchazón, fiebre y dolor corporal).
  • Además, si estás pensando en comprar suplementos de cualquier tipo o medicamentos de venta libre, consulta con tu médico antes de tomar cualquier decisión definitiva.
  • Los medicamentos de venta libre pueden darte una (falsa) sensación de seguridad, pero lo mejor para tu bebé (y para ti) es que pidas antes la opinión informada de tu médico.

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