Berrinches y pataletas 2 años

Situación típica: estás en casa, trabajando en tu escritorio. tu hijo de 2 años se te acerca con su libro favorito. Quiere que le leas. Le dices dulcemente que no puedes en este momento, pero que le leerás en un ratito. Tu hijo comienza a poner mala cara. Lo siguiente que sabes es que está tirado en el suelo, llorando sin control.

Muchos padres están perdidos cuando se trata de abordar los berrinches de su hijo. Sintiendo en el momento que no pueden manejar la situación porque su hijo no les está escuchando.

¿Qué hacer ante un berriche?

Los berrinches son una parte normal del crecimiento. Son la forma en que el niño de 2 años expresa sus frustraciones cuando no tienen las palabras o el lenguaje para decir lo que necesitan o sienten. Es más que solo los "terribles dos". Es la forma en que un niño pequeño aprende a enfrentar nuevos desafíos y decepciones.

Hay maneras de responder a los arrebatos o el mal comportamiento sin afectar negativamente al niño y a su desarrollo. Aquí hay algunos consejos sobre formas efectivas de disciplinar al pequeño en esta etapa.

  • Ignóralo

Esto puede parecer duro, pero una de las formas clave de responder al berrinche de tu hijo es no participar. Una vez que el niño de 2 años está teniendo un berrinche, sus emociones han sacado lo peor de ellos, y hablar o probar otras medidas disciplinarias puede no funcionar en ese momento. Asegúrate de que esté seguro y luego deja que la rabieta termine. Cuando esté tranquilo, abrázalo y continúen con el día.

Los niños de dos años generalmente no tienen berrinches a propósito, a menos que estén aprendiendo que tener un berrinche es la forma más fácil de llamar la atención. Es posible que desees hacerle saber, firmemente, que estás ignorando su berrinche porque ese comportamiento no es la forma de llamar tu atención. Dile con seriedad, pero con calma que necesita usar sus palabras si quieren decirte algo.

Es posible que aún no tenga el vocabulario completo, incluso si conoce las palabras, así que aliéntalo de otras maneras. Puedes enseñarle a tu hijo el lenguaje de señas para palabras como "Quiero", "dolor", "más", "beber" y "cansado" si aún no habla o no habla con claridad. Encontrar otras formas de comunicarse puede ayudar a reducir los arrebatos y ayudarte a construir un vínculo más fuerte con tu hijo.

  • Alejarse

Comprender sus propios límites es parte de disciplinar al niño de 2 años. Si te sientes enojado, aléjate. Toma un respiro.

Recuerda que tu hijo no está siendo malo o está tratando de molestarte. Más bien, está molesto y no puede expresar sus sentimientos como los adultos. Una vez que esté tranquilo, podrás actuar adecuadamente con tu hijo de una manera que no sea perjudicial.

  • Dale lo que quiere en tus términos

El niño coge la botella de jugo y está tratando de abrirla. Piensas que eso va a terminar mal. Podrías gritarle que suelte la botella.

En su lugar, toma suavemente el recipiente. Asegúrale que abrirás la botella y le servirás un vaso. Puedes aplicar esta técnica a otras situaciones, como si están buscando algo en el armario o si están tirando sus juguetes porque les está costando alcanzar el que desean.

Ayudarles de esta manera les permite saber que pueden pedir ayuda cuando tienen problemas en lugar de intentarlo solos y crear un desastre. Pero si no quieres que tengan un objeto, usa una voz suave para explicar por qué se lo estás quitando y ofrece un sustituto.

  • Distraer y desviar su atención

Nuestro instinto como padres es sujetar a nuestro hijo y alejarlo de cualquier objeto potencialmente peligroso al que se dirijan. Pero eso puede desencadenar un berrinche porque le estas impidiendo llegar a lo que quería. Si se dirige al peligro, como una calle concurrida, entonces está bien. Todos los niños de 2 años tendrán algunos berrinches en su camino para aprender lo que pueden y no pueden hacer; No todos los berrinches pueden prevenirse.

Otro método cuando la seguridad está en juego es distraer y desviar. Llama su atención y muéstrales algo que les guste y que sea seguro.

  • Piensa como tu niño

Es fácil enojarse cuando tu hijo está haciendo un desastre. Hoy, han dibujado todas las paredes con sus crayones. Ayer, rastrearon en la tierra jugando en el patio trasero. Ahora te queda limpiar todo.

Pero trata de pensar como tu pequeño. Ve estas actividades como divertidas, y eso es normal. Está aprendiendo y descubriendo lo que les rodea.

No lo quites de la actividad, ya que puede provocar un berrinche. En cambio, espera unos minutos y lo más probable es que continúe con otra cosa. O puedes unirte y guiarlo constructivamente. Por ejemplo, comienza a colorear algunas hojas de papel e invítale a hacer lo mismo.

  • Ayuda a tu hijo a explorar

El niño pequeño, quiere explorar el mundo. Parte de esa exploración es tocar todo bajo el sol. Y seguramente te sentirás frustrado con su agarre impulsivo.

  • Establece límites

"Porque lo digo yo" y "porque no" no son formas útiles de disciplinar a tu hijo. En cambio, establece límites y explica por qué al niño.

Por ejemplo, si tira del pelo del perro, retira la mano, dile que le duele cuando lo haces y muéstrale cómo acariciarlo. También establece límites manteniendo las cosas fuera del alcance (piensa en tijeras y cuchillos dentro de armarios cerrados, la puerta de la despensa cerrada).

Tu hijo puede sentirse frustrado cuando no puede hacer lo que quiere, pero al establecer límites, le ayudará a aprender el autocontrol.

  • Ponlo en tiempo de espera/pausa – El rincón de pensar

Si tu hijo continúa con su comportamiento negativo, es posible que desees ponerlo en espera. Elige un lugar aburrido, como una silla o el pasillo.

Pide al niño que se siente en ese lugar y espera a que se calme. El tiempo de espera debe durar aproximadamente un minuto por cada año (por ejemplo, un niño de 2 años debe permanecer en el tiempo de espera durante dos minutos y un niño de 3 años durante tres minutos). Lleva a tu hijo de regreso al tiempo de espera si comienza a vagar antes de que se acabe el tiempo. No respondas a nada de lo que diga o haga hasta que se acabe el tiempo de espera. Una vez que esté tranquilo, explícale por qué lo pusiste en espera y por qué su comportamiento fue incorrecto.

Nunca golpees ni use métodos de control de azotes para disciplinar a tu hijo. Tales métodos lastiman al niño y refuerzan el comportamiento negativo.

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