Cómo hacer Trifle de frutos rojos - Recetas Caseras
Los ingredientes que necesitas:
Para la base
- 500 gramos de frutos rojos congelados (frambuesas, moras, fresas, grosellas negras y grosellas rojas)
- 50 gramos de azúcar en polvo, o más al gusto
- 2 cucharadas de licor de grosella negra o de frambuesa
- 500 ml de jugo de manzana
- 5 hojas de gelatina
- 250 gramos de bizcocho ligero tipo pastel de Madeira
Para la crema
- 250 gramos de mascarpone
- 500 ml de Natilla de vainilla
Para la cobertura
- 300 ml de nata para montar
- Un puñado de almendras tostadas o avellanas, para servir
Elaboración del Trifle de frutos rojos:
Pon la fruta en una cacerola, agrega el azúcar, luego cocina suavemente hasta que el azúcar se haya disuelto y el líquido esté ligeramente almibarado. Retira la mitad de las bayas y el jugo en un tazón, agrega una cucharada de licor y luego deja enfriar.
Agrega el jugo de manzana a la fruta en la sartén y cocina a fuego lento. Prueba la fruta y agrega un poco más de azúcar si es necesario. Retira del fuego y agrega el licor restante.
Remoja las hojas de gelatina en un recipiente con agua fría durante cinco minutos, hasta que estén suaves y flexibles. Retira la gelatina del agua y exprime el exceso de líquido.
Agrega la gelatina a la fruta en la sartén y revuelve hasta que se haya disuelto por completo. Retira del fuego y transfiere la mezcla de gelatina a un cuenco. Deja enfriar, luego enfría en el refrigerador hasta que la mezcla se haya convertido en una gelatina bamboleante.
Corta el bizcocho o pastel de madeira en rebanadas de 1 cm. Agita la gelatina con sabor a fruta; debe estar suavemente asentada. Coloca la torta, la gelatina, la fruta y el jugo en el fondo de un plato pequeño (aproximadamente 20 cm).
Para la capa de crema, pon el mascarpone en un cuenco grande y luego agrega la natilla. Bate hasta que quede cremoso y suave. Coloca la crema sobre la fruta y el bizcocho.
Para la cobertura: Bate la nata hasta que se formen picos suaves cuando retires el batidor de la mezcla.
Coloca la nata sobre la parte superior del postre, comenzando desde el exterior y trabajando hacia adentro. Esto evitará que la nata se hunda en la crema.