Septiembre: Consejos para sobrevivir a la vuelta a la rutina

Septiembre es el nuevo enero. El mes en el que retomamos los hábitos que consideramos buenos para nosotros. Esos hábitos que hacen de nuestro día a día una rutina ordenada, mientras el verano se va apagando para dejar que llegue el otoño.

Siento que septiembre es como el primer día de un nuevo año. Es como el momento de volver a empezar. Atrás quedaron los helados y los días bonitos. Atrás quedan las fiestas divertidas y las grandes risas sin ver el tiempo volar. En septiembre, hola reloj y culpa.

La vuelta a la rutina afecta de una forma diferente a cada persona. Por ejemplo, aquellos que están satisfechos con su vida y con su trabajo, retoman el rumbo del día a día con ganas y fuerza. Por el contrario, aquellos que tienen sensación de frustración e incluso, ganas de huir de su presente, retoman el mes de septiembre como si fuese un drama.

Sin embargo, yo te invito a pensar en positivo, sencillamente, porque aunque te gustaría que la felicidad entrase por arte de magia por la ventana de tu habitación cuando te levantas de la cama, la realidad es que tienes que implicarte tú mismo en tu destino, a través de tu actitud y tus ganas por transformar el mundo, tu mundo. Ese que te rodea y que te envuelve cada minuto del día. Eres libre para modificar tu círculo de amistades, para alejarte de personas que no te aportan nada, para dejar de quedar con aquellos que siempre te critican y te hacen sentir mal, para no tener en cuenta a aquellos que no te dan el valor que tienes.

Cómo gestionar la vuelta a la rutina en septiembre

La vuelta a la rutina habitual en septiembre suele ir acompañada de la nostalgia por las escapadas veraniegas, la preparación de las clases si hay niños, los nuevos propósitos y, tal vez, un vistazo a los puentes que se avecinan hasta la llegada de la Navidad.

A menudo, los cambios en nuestros hábitos forman parte de nuestra propia decisión, y aunque asumir riesgos puede generar pérdidas, la realidad es que mantener una actitud flexible nos permite afrontarlos con eficacia.

Cambia tu percepción

El primer paso es abordar este cambio de estación de forma positiva. A menudo asociamos el final del verano con algo negativo y es fácil dejar que nuestras viejas creencias nos convenzan de que esta época del año es sombría. En lugar de dejar que la nostalgia se apodere de ti, este año simplemente intenta cambiar tu forma de ver las cosas.

Haz un esfuerzo consciente para ver la belleza de los cambios de estación y reconocer los beneficios que pueden aportar. Las estaciones son una manifestación del ciclo natural de la vida. Aprende a apreciarlas por lo que son: evolución, transformación, cambio continuo. Aprovecha este momento para formular intenciones, fijar objetivos y centrarte en los cambios que quieres hacer en tu vida para finales de año.

Cuida de ti mismo

Mientras que el verano suele ser sinónimo de excesos, distracciones e inquietud, la vuelta a la rutina otoñal nos permite reconectar con nosotros mismos y volver a cuidarnos. Es un momento importante de transición, que nos ofrece la oportunidad de recuperar la calma y el equilibrio.

Es el momento de descansar, recuperar el sueño perdido y volver a disfrutar de una mejor alimentación. Prepara un baño caliente, quema algunos aceites esenciales, recrea un spa en casa o lee un libro con una manta caliente. Encuentra un pequeño ritual de bienestar que te haga sentir bien y dedícale al menos unos minutos cada día.

Cambia tu rutina

Aprovecha el cambio de estación para incluir una nueva actividad o hábito en tu rutina, ya sea de entrenamiento, de ocio o social. Es el momento perfecto para empezar una nueva afición y, quién sabe, tal vez descubrir una nueva pasión.

Prueba a escalar, apúntate a una clase de yoga, pilates o bádminton. Si ha disfrutado del agua este verano, prolonga la diversión yendo a nadar a la piscina local. Forma un club de lectura con amigos, empieza a pintar o aprende a tocar un instrumento.

Sólo un pequeño cambio en tu rutina te ayudará a desterrar el aburrimiento y a disfrutar de la rutina.

Salir al exterior al menos 30 minutos cada día

En lugar de encerrarte y pasar las tardes frente al televisor, cuando llegue septiembre ponte como objetivo salir al aire libre al menos 30 minutos al día. Los días de otoño son hermosos, aunque sean un poco más fríos.

Tómate un café en el patio por la mañana, sal a pasear después de cenar o simplemente siéntate en el parque a leer un buen libro. Aprovecha para sentir el calor del sol en tu piel y admirar la belleza del cambio de estación. Es una forma sencilla de prolongar el verano y disfrutar de los placeres del otoño a medida que se va asentando.

Celebrar la cosecha

El final del verano y la transición al otoño marcan la época de la cosecha. Ahora es el momento de disfrutar de la abundancia que la naturaleza ha estado trabajando pacientemente para proporcionar desde la primavera.

Aprovecha la increíble abundancia de verduras y frutas para alegrar y dar color a tus platos y llenarte de vitaminas.

Una de las mejores maneras de preservar el verano es pasar un fin de semana haciendo mermeladas, adobos o salsas de tomate. Embotellar el verano para prolongar sus placeres y hacer que dure todo el año.

El mes de septiembre llega cargado de ilusiones renovadas en tu vida, pero para ello, debes estar dispuesto a recibir la buena suerte. Por tanto, ten iniciativa frente a la queja, creatividad y deja de compadecerte por sentirte víctima de tu destino. La vida te ofrece un universo infinito de posibilidades que debes aprovechar al máximo.

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