La belleza es un ideal para cualquier mujer que aspira a sentirse guapa cuando se mira en el espejo.

Sin embargo, de una forma cruel, muchas mujeres tienen una imagen negativa de sí mismas. Si este es tu caso, te propongo un ejercicio sencillo. Mírate en el espejo sin prejuicios y sin censura emocional. Sonríe a la imagen que ves reflejada frente a ti. Dile algo bonito a esa persona que no es más que el reflejo de ti misma. Seguro que puedes ver algún rasgo bello en esa estampa. Tal vez sean los ojos, el poder de la mirada, la sonrisa… 

Muchas personas viven enganchadas a los productos de belleza y pierden de vista que en realidad, nunca podrán sentirse guapas hasta que no se acepten tal y como son. Para ello, claro que también debes disfrutar del placer de la moda y de la elegancia, sin embargo, no necesitas ser una adicta al consumismo ni al materialismo para saber que eres guapa y que hay algo que te hace diferente a las demás personas. Un talento que te convierte en un ser especial.

Otro secreto de belleza que muchas personas pierden de vista es que en realidad, la verdadera hermosura brota del interior en tanto que es más importante el modo de ser que el maquillaje externo. Por ello, cultiva tus virtudes, intenta ser amable con los demás, no tengas miedo de ser feliz, de sentirte vulnerable en ciertos momentos, aprende a dar las gracias a la vida por todo lo bueno que pone a tu alcance. En definitiva, para que los demás puedan captar la belleza en ti, previamente, tú debes ser capaz de verla en ti mismo sin sentirte culpable o víctima de la vanidad por ello.

En la sociedad actual nos hacen creer que sólo existe un prototipo de belleza: el de la extrema delgadez. Nada más lejos de la realidad, existen muchos puntos de vista sobre la belleza femenina.