Reducir la felicidad a un estado o a una situación es un error. ¿Por qué? Sencillamente, porque estando en pareja también existen muchos conflictos, frustraciones, insatisfacciones y obligaciones.

Es decir, existen personas casadas que anhelan la libertad y la independencia del soltero. Por el contrario, muchas personas solteras viven con la frustración que un cuento rosa e idílico como el de Cenicienta produce sobre la mente de aquellas chicas que siendo niñas crecieron con el mito de un príncipe azul encantado y perfecto sobre sus espaldas. Un mito que pesa toneladas, sencillamente, porque al ser ideal no tiene nada que ver con la realidad.

¿Cómo puedes ser feliz tanto estando en pareja como en soltería? Aquí tienes las claves:

1) En esencia, la base de la felicidad reside en la soledad ya que debes estar bien contigo mismo para poder estar bien en pareja. Por otra parte, la soledad es algo inherente al ser humano, por el contrario, la compañía es algo puntual. Así lo muestran los acontecimientos más trascendentales de la vida: el nacimiento y la muerte son una realidad de la conciencia.

2) Deja de sufrir por tu soledad porque afortunadamente, estamos en una época en la que hay mucha gente soltera, divorciada o viuda. De este modo, siempre podrás hacer nuevos amigos que estén en tu situación. Pero además, aquellas personas que estén casadas no te van a dejar de lado si te aprecian de verdad. Por ello, también te incluirán en sus planes.

3) No existe historia perfecta ni vida perfecta. Por tanto, por más que brille la vida del vecino ante tus ojos, te aseguro que si profundizas un poco más, encontrarás imperfecciones que el otro, seguramente, no se atreve a confesar.

4) Tu vida es tuya, por tanto, haz de tu existencia una obra de arte.