Sin duda, hoy día, el precio de los pisos es muy caro más allá de que con la crisis económica los precios hayan descendido.

Sin embargo, muchas personas se encuentran ante un círculo vicioso. Es decir, no pueden comprar un piso propio porque tampoco pueden tener acceso a un empleo con un sueldo holgado. Un gran sector de la población todavía sigue ganando mil euros y a veces, ni eso.

Mientras las cosas cambian, conviene pensar en otras alternativas de vivienda como por ejemplo, el alquiler. De hecho, se trata de una opción que está en alza en otros países de Europa. Además, no sólo puedes compartir piso en época de universidad sino también, en otras etapas de la vida. Algo que tiene muchas ventajas positivas:

 1) Por una parte, desde un punto de vista económico, merece la pena tener otros inquilinos con los que poder hacer frente a los gastos.

2) Por otro lado, también es una opción muy interesante desde un punto de vista emocional para todas aquellas personas que no disfrutan nada con la soledad y que incluso, lo pasan mal cuando llegan a casa y no ven a nadie.

3) En ese caso, es esencial que encuentres compañeros con los que te sientas bien de verdad y puedas llegar a formar incluso, una pequeña familia. Por tanto, en caso de que estés incómodo, no dudes en cambiar de piso si es necesario y probar suerte en otra vivienda y con gente nueva.

4) La organización y el orden es esencial cuando se comparte piso con otras personas. Por supuesto, también lo es el respeto.

5) El mes de septiembre es un buen momento para buscar piso de cara al próximo curso académico. Una aventura que, sin duda, merece la pena.