El miedo es una emoción libre pero la realidad es que en la medida en que no afrontas tus propios temores, también se produce la situación inversa, es decir, el miedo crece como un fantasma que te resta libertad y te impide hacer cosas que te gustan. Por ello, ármate de valor y conquista la libertad interior a través de los siguientes consejos:

 

  1. Piensa en positivo, es decir, en vez de pensar en las mil opciones que pueden salir mal es mejor que te dejes guiar por tu instinto y por la verdad que habita en tu corazón. Además, concédete la oportunidad de aprender de tus errores, pero deja que esos errores sean tuyos, es decir, vive tu vida y no la que otros esperan que vivas.
  2. El miedo no es bueno ni malo en sí mismo, es decir, es una emoción y como tal forma parte del universo anímico del ser humano igual que la alegría, la ilusión y la esperanza. La clave está en no dejar que esa emoción influya tan directamente en la acción. Es decir, intenta actuar como si fueras valiente aunque por dentro no te sientas así. Poco a poco, este ejercicio de simulación interior te dará fuerza.
  3. La vida es breve, y la realidad es que no hay nada tan grave como la muerte. Frente al fantasma del final definitivo, cualquier problema, se relativiza. Por ello, no tengas miedo al ridículo, al fracaso,  ni siquiera a hablar en público o al rechazo de la persona que te gusta.
  4. En los momentos de dificultad, piensa que siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte. Es decir, déjate apoyar por las personas que te quieren, por tus mejores amigos y familiares.
  5. Escribe en un folio aquellas cosas que te dan miedo, y a pesar de todo, haz un plan para llevarlas a cabo. No dejes que el pánico te robe tus sueños.