Parece algo sencillo pero no es así. Tan difícil es asumir las críticas como recibir los elogios. De hecho, existen personas que se sienten muy incómodas cuando les dicen algo bonito.
Esto se debe a que a nivel cultural, hemos sido educados en la exigencia, en el hecho de tener que hacerlo todo bien, y que no hubiese ningún mérito en ello.
Por ello, para mejorar la comunicación en el seno de la pareja, de la amistad o de la familia, es esencial aprender a decir a los demás no sólo aquello que nos disgusta, sino especialmente, lo bueno. Se trata de una forma de refuerzo positivo y efectivo que merece la pena llevar a cabo. Las personas estarán más a gusto contigo si eres generoso a la hora de dar cariño. Por el contrario, si siempre estás exigiendo es muy probable que los demás se terminen alejando de ti poco a poco.
No dudes en decirle a un compañero de trabajo: “Me gusta mucho cómo has hecho este proyecto”. O también, decirle a una amiga que te gusta cómo le sienta la blusa que se ha comprado. Dile a alguien que te importe: “Me alegro de verte”. Se trata sencillamente, de ir más allá del individualismo propio de la sociedad actual para hacer la vida más agradable a los demás. Y para ello, hay que empezar cuidando los pequeños detalles y mejorando la comunicación para hacer que sea efectiva.
Dentro de los mensajes positivos no pierdas de vista el más difícil: “Te quiero”. El amor se siente, sin embargo, a veces, es muy difícil pronunciar esta palabra por pudor, timidez o vergüenza. Las personas tienen muchas virtudes más allá de los defectos que vemos en ellas. Por tanto, aprendamos a potenciar las virtudes de los demás con un poco de paciencia.