El amor es un acto de fe en otra persona, y el rostro del amor debe permanecer velado por el misterio.
Debe vivirse y disfrutarse plenamente, sin tregua, sabiendo que siempre que intentemos entenderlo, la magia se esfuma.
El amor es un acto de fe en otra persona, y el rostro del amor debe permanecer velado por el misterio.
Debe vivirse y disfrutarse plenamente, sin tregua, sabiendo que siempre que intentemos entenderlo, la magia se esfuma.